Del arrepentido Carvajal al caso Antonini: las sospechas de más vuelos y más valijas
El exagente de inteligencia venezolano declaró en la Justicia de España que el embarque con US$800.000 que llegó a Aeroparque en realidad formó parte de una operativo que incluyó 21 vuelos y US$21 millones; la trama detrás de ese oscuro circuito
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Hugo “Pollo” Carvajal arrastra la más oprobiosa de las famas en Venezuela. Fama de torturador y asesino, de aprietes y extorsiones. De encargarse de los trabajos sucios de su jefe, Hugo Chávez, y de liderar un sistema paraestatal temido por todos.
“Si Carvajal te hacía una ‘visita’, lo mejor que podías hacer era marcharte de Venezuela de inmediato y dejar que pasara un largo tiempo antes de regresar”, recordó un empresario venezolano a LA NACION. Lo detestaban los generales, también, porque podía destruir sus carreras con apenas una llamada. Y le temía incluso su superior teórico, Henry Rangel Silva.
Ahora, Carvajal busca evitar en España que lo extraditen a Estados Unidos. Por eso abrió la boca. Aunque resta saber si tiene evidencias que corroboren sus dichos. Sería raro que un experto en inteligencia y contrainteligencia no haya resguardado material flamígero, a modo de protección personal, en algún lugar del planeta.
Sería muy raro porque, entre otros motivos, ya vivió una situación similar. Ocurrió en 2014, cuando lo detuvieron en Aruba y evaluaron extraditarlo a Estados Unidos. En aquella ocasión, la presión de Nicolás Maduro dio resultado y logró repatriar al hombre bomba.
Primer dato de interés: cuando Carvajal pisó suelo venezolano, Rafael Reiter fue uno de los funcionarios chavistas que lo recibieron en el aeropuerto. Es decir, el jefe máximo de seguridad de la petrolera estatal venezolana (PDVSA), señalado desde hace años como el “valijero” que en agosto de 2007 llevó dos valijas, repletas de dinero, al vuelo que desató el “caso Antonini”.
Segundo dato de interés: entre quienes fueron a recibirlo también estuvo Pedro Durán, el hermano de uno de los detenidos y condenados en Estados Unidos por el “caso Antonini”, Franklin Durán, quien portaba una credencia de la “Inteligencia Naval” venezolano cuando lo arrestó el FBI.
Tercer dato de interés: durante la investigación del “caso Antonini”, el FBI grabó conversaciones de Antonini con Rangel Silva, el superior (teórico) de Carvajal y uno de los funcionarios bolivarianos involucrados en los intentos por terminar con el escándalo.
Cuarto dato de interés: Carvajal afirmó ante la Justicia española que sabe sobre 20 vuelos –sin contar el del “caso Antonini” en los que el régimen chavista habría enviado dinero a la Argentina. Y que en cada viaje se transportó US$ 1 millón.
Dos salvedades. La primera: la noche del 4 de agosto de 2007 llegaron US$5 millones al Aeroparque porteño, de los que el funcionario argentino Claudio Uberti retiró US$4,2 millones de la zona VIP sin pasar por los controles, que sólo detectaron US$ 800.000, de los que una o varias personas mordieron 9450 dólares antes de labrar el acta de secuestro.
La segunda salvedad: las sospechas no se ciernen sobre 20 vuelos de características muy similares al del “caso Antonini”; abarcan en realidad un total de 42 vuelos, según reconstruyó y reveló LA NACION durante los últimos años.
El entonces jefe de la Pdvsa para la Argentina, Diego Uzcátegui, fue el que primero aportó un indicio sobre ese tráfico aéreo de divisas. Fue 36 horas después del decomiso en Aeroparque, cuando le preguntó a Guido Alejandro Antonini Wilson dónde estaban los otros US$ 4,2 millones. Habló también de “otras maletas”, “más grandes”, y de “otros vuelos” anteriores, que él protagonizó.
La respuesta al interrogante caliente sobre los US$ 4,2 millones quedó en manos del hijo de Uzcátegui, Daniel, y de Antonini, quien había asumido como propia “la maleta más pequeña” ante las autoridades de Aeroparque.
La revelación de los US$ 4,2 millones con forma de pregunta generó un cruce rápido y caliente. Antonini le habría reprochado que Diego Uzcátegui los hubiera metido a él y a Daniel en semejante entuerto y el entonces colaborador del titular de Pdvsa, Rafael Ramírez, lo cruzó con un insulto y un retruque aún más inesperado.
“Cierra la boca. Yo ya estoy cansado de llevar maletas así”, fue la frase de Diego Uzcátegui. Una segunda fuente, independiente de la primera y desde Venezuela, ofreció una variación del mismo comentario del hombre de Pdvsa: “Yo llevo maletas más grandes que éstas”.
Pero tras el cortocircuito, Uzcátegui se corrigió a sí mismo y centró sus insultos en los funcionarios argentinos que debieron “garantizar la seguridad” al arribar a Buenos Aires. Su bronca se centró en Claudio Uberti, a quien en Venezuela consideraban “el verdadero embajador” argentino, más allá de la presencia de Alicia Castro en Caracas.
Las supuestas maletas que llegaron en vuelos anteriores al del “caso Antonini”, según dijeron a LA NACION desde Venezuela, tenían a Buenos Aires como su destino final. Pero algunas rumbearon hacia Paraguay, donde Diego Uzcátegui solía centrar muchas de sus energías y de su tiempo.
Las supuestas maletas de ése y otros vuelos conformarían los “fondos adicionales” a los que se refirió el fiscal federal Thomas Mulvihill durante una de las primeras audiencias que se desarrolló en Miami tras los cuatro arrestos de diciembre de 2007.
De aquella noche turbia y tensa del domingo 5 de agosto, las transcripciones que desclasificó la Justicia estadounidense ofrecieron indicios aislados, pero contundentes de lo que pasó. Como el diálogo que protagonizaron Antonini y sus entonces socios, Franklin Durán y Carlos Kauffmann, la noche del 23 de agosto de 2007, en el Jackson Steakhouse de Fort Lauderdale.
-Frank, yo fui un pasajero... que le echaron una vaina -se quejó Antonini. Eso es lo menos que él [por Diego Uzcátegui] pudo haber hecho. Yo fui un pasajero... que recostaron una maleta. Lo menos que él pudo haber hecho es tratar de defenderme o defenderme.
-No lo hizo. No lo hizo -maldijo Durán.
-Porque él sabía -se enojó Antonini-, él sabía que estaba mandando esa plata pa , pa esa mierda. Porque a mí me lo dijo: «Yo, yo, yo [tartamudea] estos viajes he hecho muchos».
-Pero te lo dijo después que estabas metido en el peo [lío].
-El me dijo a mí –completó Antonini-. El me dijo a mí en el hotel que él ha hecho muchos de esos viajes y el ministro [por Rafael Ramírez], también.
Alusiones a Diego Uzcátegui, Uberti y Ramírez aparecieron en otras grabaciones. Conformaron el trío que perdió “la confianza del presidente” Hugo Chávez, según sostuvo Durán. ¿Por qué? “Porque ellos tres fueron los que cometieron ese envío mal hecho –completó el luego convicto en Miami-. Ese envío fue un error de logística”.
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