Decepcionado, Kulfas presenta hoy su renuncia al Presidente, en medio del malestar del gabinete por el “boicot” de Cristina
El exministro de Desarrollo Productivo quiere entregar en mano su dimisión y se reunirá con Daniel Scioli; recibió mensajes de apoyo y sugestivos silencios de sus pares
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Matías Kulfas dejó sus valijas a medio hacer. Hasta el mediodía del sábado tenía planeado partir anoche a Los Angeles para participar de una reunión de ministros de Desarrollo Productivo, hasta que el tuit de la vicepresidenta Cristina Kirchner, en la que sin nombrarlo lo acusaba por versiones sobre favoritismos en la adjudicación de obras para el gasoducto Néstor Kichner, precipitó su salida del cargo.
Resignado, uno de los ministros hasta el viernes más cercanos al Presidente estará hoy, en Casa Rosada o en Olivos, con su renuncia firmada para entregársela al primer mandatario. Su mezcla de bronca y decepción es compartida por varios de los ministros que, durante los dos últimos días, lo llamaron para transmitirle su solidaridad y despedirse.
En esa lista hay amigos, como Cecilia Todesca o Santiago Cafiero, con quienes compartió el grupo Callao. Entre los faltantes está el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, y su par de Justicia, Martín Soria, ambos cercanos a la vicepresidenta.
“No va a cambiar nada. Alberto va a seguir así, esperando que la economía se recupere, mientras los otros nos pegan”, coincidieron dos miembros del gabinete en el día después del pedido de renuncia del Presidente, que siguió a las quejas de Cristina.
Es precisamente esa sospecha, y más allá de los anuncios económicos que el Presidente y su ministro de Economía, Martín Guzmán, efectivizarán hoy, la que golpea la moral de muchos miembros albertistas del gabinete, que sin justificar a Kulfas (“se equivocó”, coinciden) creen que “siempre los muertos son del mismo lado”.
Y que el Presidente no utilizó su “lapicera” como le pidió la vicepresidenta para deshacerse de funcionarios de La Cámpora o cercanos que no sólo renunciaron a sus cargos en septiembre pasado, sino que continúan (algunos en off the record, como le adjudican a Kulfas) criticando duramente a Fernández y sus medidas de gestión.
“Alberto no quiere ya pasar a la historia como el mejor Presidente. Quiere, en términos ajedrecísticos, llegar a hacer tablas. Pero sí los socios no quieren es difícil”, sostienen desde un despacho leal al primer mandatario en Casa Rosada en referencia crítica al cristinismo.
¿Cómo seguir de aquí en más? Cerca del Presidente hay quienes prefieren mirar para adelante y no generar más roces. “Nadie ayuda mucho. Pero es imperdonable que los supuestos propios hagan esto”, se quejó un funcionario de trato diario con el Presidente. Y remarcó que Fernández “definió una línea política de unión del frente de todos y de fin de los off y de los librepensadores”.
Otros referentes, en tanto, justifican las críticas de Kulfas, quien respondió a las acusaciones del cristinismo de no “usar la lapicera” lanzadas por la vicepresidenta hacia Fernández en el acto de los 100 años de YPF. “Algunos piensan que hay que seguir así, sin reaccionar, y otros que pensamos que no hay que tolerar estoicamente la violencia verbal y el boicot de Cristina”, se desahogó un albertista partidario del “palo por palo” contra el cristinismo.
La llegada de Scioli
A mediodía del sábado, y según conocedores del diálogo, Kulfas llamó al Presidente para poner a disposición su renuncia. “Esperá, no digas nada, dejame ver”, le contestó el primer mandatario, para una hora después si pedirle su dimisión.
En el transcurso de la tarde, Kulfas dialogó con Daniel Scioli, que ya sonaba como eventual reemplazo, para ponerlo al tanto de algunas cuestiones relativas a su nueva función, que no comenzará -coinciden cerca del embajador de Brasil y en la Casa Rosada- hasta entrada la semana próxima, una vez que el Presidente retorne de la Cumbre de las Américas, a la que partirá mañana por la noche.
“Tiene que desarmar su vida en Brasil. No solo la casa y lo personal sino cuestiones que tenía pendiente con empresarios y embajadores de otros países”, lo justificaron desde la oficina de la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti. Scioli se quedó en Buenos Aires, a la espera de su reunión con el Presidente para definir el nuevo organigrama del ministerio y la política a seguir.
Mientras cerca del todavía embajador y del Presidente coinciden en que su asunción es cuestión de días, trascendió que sectores de la Cámpora no se dan por vencidos e insisten en que sea Sergio Massa quien asuma en ese ministerio.
Desde el entorno de Massa afirman que no lo ven factible, y que el presidente de la Cámara baja está “a full con el proyecto de monotributo”, a tratarse esta semana en el Congreso. Massa, que no oculta sus diferencias con Guzmán, estuvo en la quinta de Olivos la tarde del sábado, y su nombre circuló como eventual reemplazo de Kulfas antes de definirse que el ex gobernador bonaerense sería el elegido para ese puesto.
“El problema es la continuidad de la línea que lidera Guzmán. La política está desordenada y vamos hacia subir otro escalón en la inflación”, advirtió otro incondicional del Presidente, preocupado por los próximos meses y la continuidad del plan al que hoy Fernández apuesta para sobrevivir sin demasiados sobresaltos hasta el final de su mandato.
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