Debate presidencial: qué puede cambiar en el segundo round entre los candidatos
Y ahora, ¿qué? A horas de comenzar el segundo debate presidencial, ¿qué ocurrirá cuando los seis candidatos vuelvan a encontrarse? ¿Cambiarán sus estilos? ¿Prepararán algo distinto, basados en sus experiencias del domingo pasado? ¿Pueden los temas que abordarán esta vez beneficiar o perjudicar a ciertos candidatos? Y aun así, ¿puede todo esto impactar en sus intenciones de voto?
Por lo pronto, este segundo debate presidencial se centrará en cuatro ejes temáticos diferentes al del domingo pasado, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), según comunicó la Cámara Nacional Electoral (CNE):
- "Seguridad".
- "Empleo, Producción e Infraestructura".
- "Federalismo, Calidad Institucional y Rol del Estado".
- "Desarrollo Social, Ambiente y Vivienda".
Dada esa agenda, los equipos de Mauricio Macri, Alberto Fernández, Roberto Lavagna, Nicolás del Caño, Juan José Gómez Centurión y José Luis Espert se ilusionan con que sus respectivos candidatos aprovecharán las oportunidades que se les abren. Sea para destacar logros propios -junto a Macri creen que abordar los ejes "seguridad" e "infraestructura" lo beneficiará, por ejemplo-, o para cargar contra la actual gestión -junto a Fernández anticipan dardos por el crecimiento de la pobreza durante los últimos años-.
A estas variantes se sumarán, claro, las sorpresas que cualquier debate puede deparar. Sean las que preparen los candidatos o las que surjan por sus tropiezos. Como ocurrió durante el primer debate, a partir de la endeblez que mostró Lavagna al hablar de economía -eje que se descontaba que sería su fuerte- o las dificultades de Gómez Centurión para comunicar su mensaje en el tiempo pautado.
"En donde Macri probablemente salga a confrontar con el kirchnerismo sea en calidad institucional o en mostrar, por ejemplo, que no descendió su gasto social para sectores vulnerables, y quizás pueda endurecerse al plantear que ahora es necesaria una contraprestación. Es allí donde más duelo cruzado puede darse", estima el presidente de la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales, Mario Riorda, quien también avizora una dificultad en la agenda del segundo debate. "Al no haber Política Internacional, Economía, ni Derechos Humanos", sopesa, "no habrá un eje fuerte para ningún candidato opositor minoritario".
De todos modos, el presidente de la Sociedad Argentina de Análisis Político, Martín D’Alessandro, cree que un dato sustancial que surgió del primer debate podría incluso acentuarse en este segundo encuentro. ¿Cuál? Que "cada candidato buscará dar su mensaje sin prestarle tanta importancia a lo que digan los demás, salvo cuando les resulte ineludible o provechoso". ¿Por qué? Porque "a ninguno les importa ‘ganar’ el debate, sino ‘pasar el mensaje’ que les interesa para consolidar sus votantes".
D’Alessandro propone un ejemplo de esta tendencia: "El que más interactuó con los restantes candidatos fue Alberto Fernández porque le lleva tanta ventaja a los otros en las encuestas que se concentró en hablarle a su público en vez de buscar nuevos votos. Y se mostró más agresivo con Macri, no para atraer nuevos votantes, sino para darle señales a los más radicalizados de su propio espacio y fortalecer su liderazgo interno".
Pero si cada candidato buscará maximizar las oportunidades y reducir los riesgos propios de cualquier debate, la doctora en Ciencias Sociales, profesora universitaria e integrantes del Consejo de Administración de Poder Ciudadano, Adriana Amado, también ve un llamado al periodismo para corregir y mejorar su cobertura. "¿Estuvieron los candidatos a la altura del interés demostrado por los ciudadanos? Definitivamente, no. Pero tampoco el periodismo. Demasiados periodistas se dedicaron a opinar qué candidato estuvo ‘mejor’ durante el primer debate, lo que es siempre opinable, en vez de analizar las ideas y propuestas que plantearon los candidatos a lo largo de la noche".
En ese sentido, Amado considera que "la ciudadanía dio una lección al sentarse a ver el primer debate a pesar del ninguneo de los medios. Fue el ‘espectáculo’ peor ‘vendido’ del año por los comunicadores y aun así la noche del domingo acaparó la mitad del encendido, algo que solo puede asimilarse al rating de una gran final de fútbol. ¡Y después los medios se dedicaron a hablar del ‘dedito’ de Fernández cuando los candidatos aportaron indicios de cinco o seis modelos distintos de país!".
Nichos en disputa
Para Amado, el debate del domingo pasado permitió vislumbrar que "hay una ciudadanía ávida de información, pero que hay una clara brecha entre la expectativa ciudadana, los planteos de los candidatos y el análisis informativo posterior del evento, que debió centrarse en lo que dijo cada candidato, más allá de la verificación factual, ‘cierto o falso’, de los datos que ofrecieron a lo largo de la noche",
Al encarar este segundo debate, sin embargo, Riorda estima que Fernández cuenta con una ventaja que lo distingue del resto, incluso para evitar riesgos y callar propuestas. "Todas las encuestas lo ubican en el 50 por ciento de los votos, por lo que puede limitarse a cumplir con la exigencia legal de presentarse al debate, sin cambiar su tono o su discurso, sin pagar costos, ni perder votantes".
Riorda también avizora que a Macri podría interesarle más salir a disputar con Gómez Centurión y Espert los votos de derecha, en vez de confrontar con Fernández. "Su objetivo es consolidar a su alrededor el polo opositor que deberá conformarse a partir del 27 de octubre, y para eso necesitar evitar que se dispersen cinco puntos porcentuales de ese polo".
Pero si Macri recorre la senda de la confrontación, sea con Fernández o con Gómez Centurión y Espert, D’Alessandro vislumbra un desafío adicional para el candidato de Juntos por el Cambio. "Lleva años construyendo una imagen de que la ‘nueva política’ no confronta, por lo que sonaría ‘raro’ y podría perder más votos de los que gane, lo que no le pasa a Fernández, que tiene otro perfil y otro tipo de seguidores".
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