De obispo en Formosa a sacerdote en Cuba
Al aceptar Juan Pablo II su renuncia al obispado de Formosa, monseñor Dante Sandrelli se irá a un santuario en Cuba como "simple sacerdote".
En su lugar asumió automáticamente monseñor José Vicente Conejero Gallego, de 47 años, que en marzo de 1997 fue consagrado como obispo coadjutor con derecho a sucesión.
Consultado telefónicamente por La Nación , Conejero Gallego elogió el ánimo de su antecesor: "El tiene ese deseo misionero, se siente joven, con muchas fuerzas, ha aceptado el llamado de la Iglesia de Cuba para colaborar".
Era el mediodía y ambos obispos estaban almorzando con quien los antecedió, monseñor Raúl Scozzina, de 76 años, que en 1978 renunció al obispado de Formosa por motivos de salud.
Una decisión inmediata
Cuando Sandrelli tomó el teléfono para hablar con La Nación , confió el origen de su decisión: "El año último, los obispos de Cuba pidieron a los episcopados de otros países si podían enviar sacerdotes para ayudar. Como yo estaba por presentar mi renuncia, pensé inmediatamente que podía ofrecer mis servicios y, si ellos me aceptan, voy con mucho gusto".
Habló con el nuncio en aquel país, y con el arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Pedro Meurice Estiú. Y quedó en ejercer el ministerio sacerdotal -confesar, celebrar la misa, bautizar- en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre.
Sandrelli es argentino naturalizado. Nació en Arezzo, Italia, el 6 de junio de 1922, y vino a nuestro país como sacerdote a los 28 años.Estuvo 26 años en el Chaco y 22 en Formosa.
En 1976, Paulo VIlo hizo obispo auxiliar de monseñor Scozzina, a quien sucedió dos años después.
Ahora irá a un clima tropical, pero con un calor no tan intenso "como el que tenemos acá en Formosa, que está permanentemente arriba de los 40 grados". Pero no coincidirá con el caldeado clima de la visita del Papa. El piensa ir el 10 de febrero, por un mes, para conocer la situación del país. Pero en abril participará en la asamblea del Episcopado argentino, antes de establecerse definitivamente en Cuba. "No voy con ningún plan, ni ningún pensamiento de organización. Voy como un simple sacerdote, me pongo a disposición para lo que necesiten los obispos. Voy a prestar servicio al amparo de la patrona de toda Cuba", comentó a La Nación .
Ni aguardiente ni puros
Sandrelli es un entusiasta hincha de Boca Juniors. "A mucho honor, en las buenas y en las malas.Voy a lamentar no poder seguirlo", admitió. Sabe que allá gustan más otros deportes, como el béisbol.
No fuma ni toma. "No voy a hacer honor al aguardiente ni a los cigarros cubanos -dijo-, pero voy a identificarme con las inquietudes espirituales de ellos."
Sandrelli no es el primer sacerdote argentino que va a desempeñarse en Cuba. Conoce a varios que fueron de la diócesis de San Isidro, que rige monseñor Jorge Casaretto. "Uno de ellos -recordó- venía a misionar a Formosa".
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