De la Sota usará su historia de vida para potenciar la imagen
Lo resolvió con su publicista brasileño
José Manuel de la Sota pasó el fin de semana en San Pablo, Brasil. Viajó con su mujer, Olga Ruitort, para evaluar con el publicista Eduardo "Duda" Mendonça la estrategia de su campaña para disputar las elecciones internas del Partido Justicialista.
Mendonça no se puede mover de Brasil porque en este momento su cliente más importante es Luiz Inácio "Lula" Da Silva, el candidato de la izquierda, que encabeza las encuestas de intención de voto para presidente en Brasil.
Pero encuentra la manera de combinar sus trabajos. En San Pablo le mostró a De la Sota una publicidad en la que Lula cuenta su historia de vida. Algo muy similar verán pronto los argentinos por televisión: un corto que el gobernador de Córdoba utilizará a modo de presentación.
De esa manera, De la Sota pretende combatir el alto nivel de desconocimiento que tiene en la opinión pública, que es uno de los puntos débiles de su candidatura, según el análisis de Heriberto Muraro, el sociólogo que trabaja con el gobernador de Córdoba desde hace más de quince años.
Desde que De la Sota lanzó su precandidatura, Muraro está realizando encuestas cualitativas (aún no hizo una medición de intención de voto) para estudiar a fondo la reacción de la gente a su discurso. En una entrevista con LA NACION, el sociólogo aceptó compartir algunas de sus impresiones.
-¿Podrá De la Sota ocupar el espacio que dejó Reutemann?
-Eso de suponer que hay un nicho donde uno se ubica es ingenuo. La prueba es que es hoy en día la intención de voto de los candidatos revela más el tiempo que hace que están lanzados que la aceptación que tienen por parte del electorado. Menem y Rodríguez Saá están muy bien, han hecho punta. Pero Menem tiene una barrera: casi un 70 por ciento lo rechaza. Rodríguez Saá tiene otra barrera: lo rechaza casi el 40 por ciento. Tarde o temprano chocan con un techo de cristal.
-Entonces, sí salió a ocupar un determinado espacio...
-Es evidente que había un espacio para un candidato que no fuera una figura muy controvertida, que no fuera irritativo, sino una figura más bien continente en estas circunstancias.
-¿Una figura que no genere polarización?
-Así es. El otro dato a tener en cuenta es que tanto Menem como Rodríguez Saá tienen una fuerte presencia en distritos que se discriminan geográficamente, pero de muy poco caudal de voto. Menem tiene epicentro en el Norte, y Rodríguez Saá es cuyano. Todo el espacio que Landrú llamaba la "pampa chata" (Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos) queda a la búsqueda de un candidato.
-Pero De la Sota no logra remontar la cuesta en las encuestas.
-Si todo va bien, en el curso de los próximos 60 días José ya es el primero o está muy bien ubicado. Pero claro, en política, seguro no hay nada... El asunto es hacerlo conocer: que vean que es joven, que tiene un programa, que es un hombre que tiene un discurso... Esas son sus ventajas.
-¿Cuáles son sus debilidades?
-Que pertenece a un distrito que, si bien lo votó, ha sido del riñón del radicalismo. No tiene un apoyo irrestricto en su distrito. Eso lo afecta.
-¿A qué atribuye la fuerte caída que sufrió en imagen en Córdoba?
-Córdoba es muy dependiente de industrias que están sufriendo mucho, como la automotriz, la construcción y el sector lechero. Además, tenía un proyecto para pagar la deuda con privatizaciones y eso se frustró porque vino la crisis financiera. Cuando uno arranca con buen nivel, con baja de impuestos del 30 por ciento, se genera un colapso de las expectativas que es muy negativo.
-Si es obvio que es el candidato de Duhalde, ¿por qué le escapa?
-Nadie quiere estar identificado con el ajustador, el corralito, el FMI y todos los que caen encima al sentarse en el sillón de Rivadavia.
-Para poder despertar adhesiones en el PJ, ¿no necesita levantar en las encuestas?
-Están todos casados con la candidatura de De la Sota aunque no se dan cuenta porque, ¿qué otro hay que represente ese perfil y ese segmento? Nadie lo va a poder bajar y él no se va a querer bajar tampoco.
-¿No está demasiado pendiente de su imagen?
-Se exagera. Es muy moderno, le hace mucho caso a la comunicación. Le gustan los discursos pulidos, cuida su aspecto personal, todas esas cosas de comunicación espontánea.
-¿Eso es espontáneo?
-Bueno..., es como las comidas naturales, ahora son más artificiales que las naturales mismas.
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