De Javier Milei a Perez Companc. Las 72 horas de hiperacción que marcan el futuro de la economía argentina
Qué piensan los empresarios más influyentes del país; la trastienda del discurso presidencial y la lógica del “caso argentino”; la actividad, el dólar y las bases del plan; la preocupación por las tasas municipales y los sectores en la mira
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Las luces estaban apagadas. El fondo de la pantalla del escenario en azul oscuro -no negro como ocurre habitualmente- y el silencio hacía que los minutos de vacío se convirtieran en una eternidad. Unos 1200 hombres y mujeres de negocios de los que 400 eran CEOs y dueños de compañías estaban con sus celulares en mano esperando.
Detrás de escena, todo era vertiginoso. El presidente de la Nación, Javier Milei, había llegado 15 minutos antes de su horario programado para poner fin al Coloquio 60 de IDEA titulado “Si no es ahora, ¿cuándo?”. El nombre le gustó desde un primer momento y les dijo a los organizadores que les iba a explicar la razón de la elección. Una especie de etimología del encuentro. En su introducción citó al Talmud: “Él solía decir. Si yo no estoy para mí, ¿quién estará para mí? Y aunque esté para mí (solo), ¿qué soy?, y si no ahora, ¿cuándo?”. Esa referencia fue el puntapié inicial para el discurso.
Avión, helicóptero, saludo al intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, y visita express al Sheraton de Mar del Plata. No hubo ni un minuto dedicado al 2023 en el que había sido convocado por Juan Nápoli, titular de Valo, para dar una charla en lo que por entonces se llamó “la contracumbre”. Estaba rodeado por el vocero Manuel Adorni y por Demian Reidel, jefe del Consejo de asesores del Presidente. Tomó cinco minutos a solas y Seguridad avisó que ya estaba listo. Así comenzaba el final de las 72 horas de mayor hiperacción de la economía local. Un encuentro en Mar del Plata en el que las definiciones no fueron grises y en el que se dio una particularidad completamente inédita en la historia de los Coloquios: el on y el off the record coincidieron en espejo.
Los pasillos y los contenidos programados tuvieron por primera vez una consistencia en la que se tocaron todos los temas: inflación, competitividad, impuestos, oportunidades, inversiones y por qué no también algunos puntos que el empresariado puso en las palabras de Santiago Mignone, presidente de IDEA, quien pidió por la libertad de expresión y jueces probos. La justicia no formó parte este año del programa.
La letra chica de las palabras
El presidente tiene tres familias de discurso: una que prepara solo, otra que comparte con su asesor Santiago Caputo y una tercera que Caputo le escribe a pedido. Cuando se trata de economía es Milei quien lo hace de puño y letra y suele regalarle lo escrito a alguien. Esta no fue la excepción. Fue el propio Reidel quien se llevó la carpeta azul que enmarca el contenido principal de la hora y cuarto que se extendieron sus palabras.
“Estoy frente a empresarios. Por eso les presenté a la Argentina como un caso de negocios. La conclusión es que cuando ves un activo de larga duración que va a subir es el momento de invertir. Porque esta vez es diferente”, se entusiasmó el presidente en diálogo con su mesa chica. También quiso dejar en claro que la política monetaria y fiscal no cambiará en el año electoral y llevó eso al escenario. “Estoy quemando todos los libros, frente a un año electoral voy a seguir con déficit cero y emisión cero. Es un cambio copernicano”, resumió. El tono fue distinto al de otras alocuciones, más pausado y más en línea con lo que había presentado en las Jornadas monetarias y cambiarias. El empresariado celebró esa forma. “Nosotros estábamos en una jaula cerrada y dentro de esa jaula había una especie de marco transparente que nos permitía ver pero no movernos más allá de lo que nos dejaban hacer. No podíamos ni pagar a los proveedores. De pronto la jaula se abrió y el marco transparente no existe más. Ahora la pelota está en el sector privado. Es ahora”, tomó el guante el CEO de una multinacional de bebidas en una comida reservada que se hizo con once pares de los rubros más disímiles.
“Hubo una intención de enumerar lo que pasó en estos primeros diez meses porque la gente se acuerda de las cosas que ve en su vida e interactúa, pero muchos olvidan que íbamos a una híper, que las calles vivían cortadas y que estábamos al borde del abismo. Eso al empresariado no le pasa inadvertido”, graficó otro asesor del presidente. El propio Reidel utilizó la red social X para publicar una frase de Mark Twain sobre los primeros diez meses del presidente. “Ellos no sabían que era imposible de hacer, entonces lo hicieron”, publicó. Milei confirmó que avanza hacia la “dolarización endógena” y el cierre del Banco Central, tal como había dicho en campaña, así como también aventuró que el riesgo país “va a colapsar” y que cuando termine con la inflación “inducida”, se hará la salida del cepo. Todo lo tiene escrito desde los tiempos de campaña.
El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, ya les había exigido a los empresarios que dejasen de pedir que el Gobierno les baje impuestos y que a cambio reclamen reducción del gasto público. En tanto, anunció que comenzará una etapa de “deep motosierra” en las distintas áreas del Ejecutivo y hasta bromeó con que quería llevar una y ponerla en el escenario para ilustrar su charla, pero alegó que el personal de seguridad no lo dejó. El ministro de Economía, Luis Caputo, en tanto cuestionó a la oposición kirchnerista por querer “romper” el ancla fiscal y la calificó como “una manga de delincuentes”. Luego aseguró que es la primera vez en la historia que la Argentina tiene orden macroeconómico “por decisión política”. El funcionario dijo que la inflación seguirá bajando, que no hay fecha para salir del cepo y ratificó nuevamente que no devaluará el peso. El comentario por los pasillos era que se los veía muy distintos en esta etapa tanto a Caputo como a Sturzenegger. “Se los ve liberados. Son otro Toto y otro Federico”, ironizaba por lo bajo un legislador macrista. Además de la agenda formal se multiplicaban actividades “blue” o directamente cerradas para un grupo selecto de participantes. Un encuentro de CEOs con el jefe de gabinete, Guillermo Francos, sponsoreado por una cadena de hamburguesas; un mano a mano con el expresidente Mauricio Macri; un ida y vuelta con Santiago Bausili del equipo económico y otra actividad con Martín Menem, son solo algunos ejemplos de la complementariedad formal a los que se incorporaron varias actividades “extracurriculares” de las que surgieron definiciones certeras.
Los nuevos dueños
Los número uno de energía, banca y finanzas y directivos del sector automotor fueron los más optimistas con la foto actual, aunque desde las terminales automotrices miran de reojo una posible invasión de autos chinos. Los de consumo masivo se mostraron preocupados por las ventas pero remarcaban una y otra vez que creían que el camino macroeconómico es el correcto. Los representantes del negocio del acero y la siderurgia estaban atentos por dejar en claro que la apertura indiscriminada de la exportación de chatarra perjudicaría no solo a ellos sino también a muchas empresas pymes que la toman como insumo para fundición. “Con escasez de chatarra quizás saldrán dólares para importarla. Hay que tener en cuenta que es un bien escaso en el mundo”, señalaban. En el Ministerio aseguran que esa medida busca proteger a unos pocos grupos a costa de prohibir la exportación de un producto con su consiguiente impacto en la generación de divisas. “Es parecido a cuando Guillermo Moreno prohibía la exportación de carne supuestamente para proteger la mesa de los argentinos”, disparan. El debate está instalado.
“Uno ve que hay luz al final del túnel y que estamos en el camino correcto. Es el momento para nosotros los empresarios de arremangarnos, de hacer las cosas bien cada vez mejor dentro de nuestras empresas para salir a competir”, resumió Luis Perez Companc, titular del Grupo PeCom, quien se quebró al recordar a su padre Goyo. Es que si se tratara de una empresa familiar podría hablarse de un traspaso generacional en Idea también. Mariano Bosch (Adeco Agro), Carolina Castro (Industrias Guidi), Nicolas Braun (La Anónima), Manuel Santos Uribelarrea (Grupo MSU), Veronica Cheja (Urban), Hernan Kazah (Kaszek), Ignacio Bartolome (Don Mario), Veronica Andreani (Andreani), Roberto Murchinson (Murchinson), fueron quienes contaron en primera persona por qué es ahora que hay que seguir apostando en el país. Darío Werthein, titular del grupo W y dueño de DirecTV, fue otro de los que tuvo un paso raudo por Mar Del Plata. Anticipó que se vienen nuevas inversiones en el negocio de internet satelital en América latina adonde se asoció con la empresa de Jeff Bezos. Por su parte, Jorge Brito, fue por primera vez como titular del Banco Macro y se mostró sorprendido por la convocatoria de dueños de empresas y CEOs de este año.
Consensos y disensos
Los tres días de debate dejaron en claro también algunos consensos y disensos entre los empresarios más influyentes del país. Ahora están convencidos en la base de superávit del plan y en la decisión política de no devaluar, creen también que la inflación irá bajando y dependiendo del rubro plantean signos de alivio o preocupación respecto de su microeconomía. Saben que la desregulación amanecerá cada 24 horas en la cuenta del ministro de Desregulación en X y que ningún sector está exento, pero insisten en la necesidad de nivelar la cancha tributaria en donde juegan provincias y también tasas municipales.
Por los pasillos de IDEA circulaba el caso de la intendencia de Ramallo, donde está localizado el principal centro industrial de Ternium, productor de aceros planos de la región, que aumentó la tasa de Seguridad e higiene en septiembre. La compañía pasará a pagar de $129.459 en septiembre por empleado por mes a $172.310 en diciembre cada 30 días. Eso supone que para este ejercicio, Ternium pagará 2,5 millones de dólares por año adicionales por la tasa de Seguridad e Higiene a los que pagó en el período anterior.
No por nada solo hubo un intendente invitado al Coloquio: Diego Valenzuela de Tres de Febrero. “Tenemos que repensar el sistema tributario y seguir bajando impuestos aunque se enojen mis colegas intendentes”, apuntó quien lleva adelante una reforma impositiva en su municipio, con las habilitaciones gratuitas para comercios e industrias, eliminación de impuestos y simplificación de trámites. “Es muy difícil saber para el vecino que está pagando, es una torta marmolada que nadie entiende”, agregó el intendente que también comparó el valor de la Tasa de Seguridad e Higiene para supermercados de su municipio que es de 0,8% mientras en Lanús es de 6%. La micro de las intendencias no para de generar “sorpresas” al mundo empresario. De hecho, en Necochea, Unión por la Patria-PJ impulsa una ordenanza para que todos los camiones que ingresan o salen con carga del Puerto de Quequén paguen una “tasa solidaria” para recaudar US$ 4 millones extra del campo. Los productores agropecuarios ya están en alerta y ven esta foto como una imagen local de la pendular contienda electoral que recién comienza. Ni más ni menos.
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