Danza de nombres para la sucesión de Scioli en la embajada argentina en Brasil
Pinedo, Kreckler y Guelar suenan como posibles reemplazos en una embajada que debe llevar adelante una relación bilateral compleja; renunció el subsecretario de Deportes ante la llegada a esa área del exgobernador
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La previsible asunción de Daniel Scioli como nuevo secretario de Ambiente, Turismo y Deporte alegró ayer al ministro del Interior, Guillermo Francos, promotor de la llegada del exgobernador bonaerense al gobierno de Javier Milei, y envuelto en polémica en su rol de mediador con gobernadores y legisladores en torno a la ley ómnibus.
El desembarco de Scioli, del que se venía hablando hace meses, dejó un sensible casillero por llenar: la embajada argentina en Brasil, el principal socio comercial del país y actor central del Mercosur. No será, por cierto una elección sencilla: el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y Milei, que aún no se reunieron en lo que va de la flamante gestión de la Libertad Avanza, muestran posiciones disímiles en muchos temas y la grieta amenaza con ahondarse todavía más con las escasas probabilidades que hoy tiene el acuerdo UE-Mercosur. También influyó negativamente la decisión de Milei y de la Cancillería de rechazar la invitación para sumarse a los Brics, el grupo que integran China, Rusia, India, Sudáfrica y el propio Brasil, que durante la gestión de Alberto Fernandez impulsó la incorporación del país.
Aunque su pliego para continuar en el cargo fue presentado en el Senado, e incluso tenía el plácet otorgado desde Brasilia, Scioli venía manifestando en conversaciones privadas su interés en volver al país. A pesar de sus esfuerzos, su vínculo con el gobierno de Lula se había enfriado en las últimas semanas, ya que el presidente brasileño no olvidó el mote de “comunista” que Milei le había puesto durante la campaña electoral.
Desde la Cancillería, en tanto, confirmaron a este diario que a cargo de la embajada estará, por las próximas semanas, el actual encargado de Negocios, Rodrigo Bardoneschi, aunque la danza de nombres para ese lugar, que según fuentes oficiales “se definirá en unos días” ya comenzó.
En primer lugar aparece Federico Pinedo, expresidente provisional del Senado y actual sherpa argentino para el G20 de este año, que justamente organiza Brasil. Referente central en política exterior de Patricia Bullrich durante la campaña electoral, Pinedo sostiene un buen vínculo con la canciller Diana Mondino, quien hasta el momento se ha inclinado por designar a diplomáticos de carrera en la mayoría de las embajadas. La última designación se confirmó hoy por la mañana vía boletín oficial, con la confirmación del exembajador en Rusia, Ricardo Lagorio, como representante argentino ante Naciones Unidas.
Además de Pinedo, están en la lista dos experimentados: el diplomático Luis María Kreckler, actual cónsul argentino en San Pablo, y Diego Guelar, que entre otros destinos como embajador político cumplió funciones en Brasil durante el segundo gobierno de Carlos Menem.
Más allá del nombre del reemplazante de Scioli, las perspectivas del vínculo no son, por cierto, demasiado optimistas. “Imagino que vendrá una etapa de relaciones diplomáticas en el marco de los fuertes vínculos formales que tenemos, pero de discusiones fuertes por orientaciones políticas”, afirmó a este diario el experto en negocios internacionales, Marcelo Elizondo.
Para Elizondo, “Milei ha dicho que prevé en Argentina una etapa inicial de reformas de urgencia pero después un programa más identificado con sus ideas aperturistas. Si es así, habrá discusión en el Mercosur. La creciente probabilidad de que no se logre el acuerdo con la Unión Europea le quita puntos en común a la relación”, completó.
Incomodidad y renuncia
La designación de Scioli, que pasó los últimos veinte años ligado al kirchnerismo, generó durísimas críticas no sólo de sus viejos compañeros del peronismo, sino además en las redes sociales entre los propios votantes de Milei, y puso en situación incómoda a los libertarios de la primera hora. Consultado por esta situación, y luego de dar “la bienvenida a las críticas que se hacen de buena fe”, el portavoz Manuel Adorni afirmó que “Scioli es una persona de confianza del ministro (Guillermo) Francos, y el Presidente apoya confía en los colaboradores que designan sus ministros”.
Fuera de micrófonos, desde el Gobierno destacaron su “experiencia” en el área en el que trabajará, con sede en las oficinas del Ministerio de Turismo de la calle Suipacha. Pero evitaron formular un apoyo más caluroso, y atribuyeron, como Adorni, la responsabilidad de la decisión al ministro del Interior.
“El ministro estuvo hablando con Daniel estas semanas para convencerlo porque conoce su capacidad, que la demostró en estos años como embajador en Brasil, trayendo inversiones y fomentando el turismo, y también su experiencia en el área de la que va a ser secretario”, defendieron desde la planta baja de la Casa Rosada, dónde Francos tiene su despacho.
El aterrizaje de Scioli ya genera ruidos adicionales. El hasta hoy subsecretario de Deportes, Ricardo Schlieper, presentó su renuncia al cargo, y afirmó que “ante la designación de Daniel Scioli en un cargo del cual iba a depender, tomé la decisión personal de alejarme para darle la libertad de elegir su gente”. Ana Lamas, subsecretaria de Ambiente, y Yanina Martínez, subsecretaria de Turismo, se mantienen por ahora en sus puestos, próximamente a las órdenes del nuevo secretario.