Curiosidades de la campaña: jubilados, docentes, donaciones simultáneas a candidatos rivales y expertos en trolls figuran entre los aportantes a los candidatos
Según datos de la Cámara Nacional Electoral, los cinco espacios políticos que compitieron en octubre recaudaron $1842,7 millones en los últimos dos años; pese a que quedó fuera del balotaje, Juntos por el Cambio fue el que más fondos reunió; el registro oficial solo computa los aportes en blanco, que están muy por debajo de los costos reales
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Jubilados que desembolsaron decenas de millones de pesos. Un publicista experto en trolls que aportó en especie. Empresas y ciudadanos que donaron fortunas de manera simultánea a candidatos rivales. Esos y otros datos surgen de los más de 21.600 aportes a las campañas declarados desde enero de 2022 ante la Cámara Nacional Electoral y que LA NACION procesó y analizó con tecnología de última generación.
Ese análisis permitió cotejar que los cinco espacios políticos que compitieron en las elecciones del 22 de octubre recaudaron $1842,7 millones durante los últimos dos años. También, que más de $8 de cada $10 declarados fueron a los cuatro espacios de la oposición que compitieron con el oficialismo por acceder a la Casa Rosada. Juntos por el Cambio fue el espacio que más fondos recibió, con $1258 millones, casi siete veces más que La Libertad Avanza (con $180,9 millones), y muy por encima de Hacemos nuestro país ($45,6 millones) y del Frente de Izquierda y de los Trabajadores ($11,8 millones).
Como espacio, Juntos por el Cambio recaudó más de $1170,3 millones de 909 personas físicas y jurídicas de todo el país desde principios del año pasado, cuando lideraba todas las encuestas, a un promedio de casi $1,3 millón por aportante. A esa cifra sumó otros $49 millones de la Unión Cívica Radical, además de $19,8 millones de Pro y $15,4 millones de la Coalición Cívica. De ese total, más del 56% ($658 millones) los recaudó desde las PASO, cuando Patricia Bullrich derrotó a Horacio Rodríguez Larreta y el espacio se ubicó segundo, detrás de Javier Milei, aunque ese caudal de fondos no le garantizó el acceso al balotaje.
Por su parte, Unión por la Patria, que lleva como candidato al actual ministro de Economía, Sergio Massa, lleva recaudados $341,7 millones desde enero de 2022. Los cosechó de 1995 donantes que, en promedio, contribuyeron $171.278 cada uno, a los que se sumó un remanente de $4,7 millones del Frente de Todos, el espacio con el que Cristina Fernández de Kirchner llevó a Alberto Fernández a la Presidencia cuatro años atrás. Dato: el 70% del total ($242 millones) lo recaudó desde las PASO, cuando Sergio Massa derrotó a Juan Grabois en la interna y quedó tercero, apenas por debajo de Juntos por el Cambio.
La Libertad Avanza, en tanto, recaudó $180,9 millones para la candidatura de Javier Milei de 191 aportantes, con contribuciones por transferencia bancaria, cheque, tarjeta o pago en especie hasta fines de octubre. Cada uno aportó alrededor de $950.000, muy por encima de los valores promedio que registró el oficialismo, pero por debajo de los números del espacio que llevó al frente de la fórmula a Bullrich. Y con un rasgo distintivo: casi el 72% ($130 millones) del total fluyó hacia los libertarios tras su triunfo resonante en las PASO.
Cabe aclarar, sin embargo, que la información de la Cámara Nacional Electoral que analizó LA NACION solo abarca los fondos que los distintos espacios y partidos políticos recaudaron en blanco, montos que están muy por debajo de los costos reales de una campaña de alcance nacional. Miembros de los equipos consultados por LA NACION durante los últimos meses indicaron que disputar la Casa Rosada podría insumir hasta US$84 millones este año, en tanto que competir por la gobernación bonaerense habría estado cerca de los US$23 millones.
Pagos clandestinos y en especie
Esa diferencia entre los costos reales de una campaña y el financiamiento “blanco” se cubre por múltiples vías. Desde aportes clandestinos de empresas, ya sea con bolsos en efectivo o pagos en especie –aviones, traslados, telefonía, comida, hoteles, encuestas, entre otros-, o el desvío de fondos públicos, como expuso el empleado de la Legislatura bonaerense, Julio “Chocolate” Rigau, una práctica común a los principales espacios políticos.
Cada espacio o partido político recibió, además, financiamiento del Estado nacional para publicidad electoral e impresión de boletas, entre otros gastos, con criterios de asignación y distribución de fondos previstos por la ley de financiamiento de los partidos políticos. Esos criterios incluyen, por ejemplo, los resultados electorales que cada espacio o partido tuvo en las elecciones nacionales inmediatamente anteriores.
De acuerdo a esos lineamientos, Unión por la Patria recibió más de $722.5 millones del Estado, seguido por Juntos por el Cambio ($659,5 millones) y La Libertad Avanza ($397,8 millones), en tanto que para las PASO, el frente que lideró Myriam Bregman recibió $134 millones en fondos públicos y la alianza que encabezó Juan Schiaretti, otros $131 millones.
Esta campaña presidencial registró, asimismo, un rasgo distintivo. Esto es, el uso intensivo de la maquinaria y el presupuesto del Estado nacional para fines proselitistas por parte del candidato oficialista, Sergio Massa, según denunciaron referentes de la oposición y economistas como Claudio Zuchovicki, quien cifró el aumento del gasto público en entre 2 y 3 puntos del Producto Bruto Interno (PBI), lo que caracterizó como “un plan Platita de unos 8000 millones o 10.000 millones de dólares”.
Grandes aportantes y jubilados
En los registros de la Cámara Nacional Electoral, en tanto, la familia Supervielle figura al tope de la lista de aportantes durante esta campaña. Giró $200 millones a Juntos por el Cambio a través de cuatro empresas. Mucho más atrás siguió Inurban Imversiones, del holding Techint, con $56 millones, y la compañía de seguros Libra, con $48 millones, también destinados al espacio cuyos rostros más visibles fueron Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.
Por debajo del podio de mayores aportantes, Juntos por el Cambio también recibió fondos de la firma Aurum Valores (de Emiliano Filippi, Martín Alejo Bo y Javier Orocyen, $39 millones), de Woden Energía (de los empresarios Patricio y Juan Neuss, $20 millones) y de los también empresarios Juan Oxenford y Federico Zorraquín, con $33 millones y $29 millones.
Los mayores aportantes en blanco de La Libertad Avanza fueron el empresario jubilado Héctor Miguel Falvino, de 79 años, quien aportó $44 millones a través de Smart Commerce SA y Dulkord Company SA, seguido por la firma tecnológica Franquimar SA (de Anita Makovich -72 años- y Gabriel Fernández), con $40 millones, y por el empresario Sebastián Braun, de la familia dueña de los supermercados La Anónima, con $30 millones. Entre los tres donaron el 63% de los fondos que recibió el espacio.
Distinto fue el aporte para La Libertad Avanza que declaró el publicista y controlante confeso de granjas de trolls, Fernando Cerimedo. Ante la Cámara Nacional Electoral consta que aportó $28,9 millones al espacio, aunque no transfirió dinero desde un banco, ni emitió un cheque: aportó “en especie”. Es decir, donó su trabajo para Milei.
Otro caso singular lo protagonizó Alicia Szapiro. Docente jubilada, figura en los registros como aportante de $27,4 millones para el Movimiento al Socialismo (MAS), del que es apoderada, en tanto que otro jubilado, pero del rubro del transporte de pasajeros y también vinculado a una empresa avícola de Chivilcoy, Alberto Eduardo Garay, de 70 años, donó $22,6 millones a Hacemos por nuestro país, de Schiaretti.
Entre quienes más contribuyeron al espacio que lleva como candidato a Massa, en tanto, aparece el empresario Francisco de Narváez, que con $10 millones quedó muy por debajo del contador Rodolfo Francisco Serrano, de 65 años, quien donó $20 millones, y del comerciante chino Lin Hang, con intereses en los rubros cárnicos e inmobiliarios, entre otros, con $15 millones.
Doble juego y ausencias
Otro puñado de contribuyentes descolló por un motivo inusual: donaron a dos espacios de manera simultánea. Aparecen Unicenter SA (giró $20 millones a Juntos por el Cambio y $7 millones al oficialismo), Massalin Particulares ($10 millones y $5 millones) y la empresa de logística portuaria PTP Group Warrant SA ($6 millones a cada uno), mientras que el despachante de aduana Juan Pablo Damonte invirtió los términos ($15 millones a Unión por la Patria y $4 millones a Juntos por el Cambio).
Otros nombres llamaron la atención, pero por su ausencia. En los registros de Unión por la Patria no aparecen como aportantes Marcelo Mindlin, Mauricio Filiberti, Daniel Vila, José Luis Manzano, Daniel Guerra o Jorge Brito (h.), entre otros empresarios muy cercanos a Massa, como tampoco figuran Rubén Cheñajovsky, Cristóbal López o Fabián de Sousa.
Por el lado de Pro, no aparecen Nicolás “Nicky” Caputo o las familias Madanes, Tarasido o Andrenacci, otrora grandes aportantes, como tampoco figura Eduardo Eurnkeian con Milei, ni con ningún otro espacio o partido político, ni los candidatos de La Libertad Avanza que desembolsaron 5000, 10.000 y hasta 50.000 dólares para acceder a las listas, como admitieron varios a LA NACION y denunciaron ex aliados como Carlos Maslaton, Mila Zurbriggen, María Laura Montenegro y Juan Carlos Blumberg, entre otros.
Una última curiosidad: Bregman fue la única candidata presidencial que aportó fondos a su propio espacio ($28.776), en tanto que su compañero de fórmula Nicolás del Caño contribuyó con $64.747, y Malena Galmarini donó $520.000 al Frente Renovador. Pero no aparecen Massa, ni su compañero de fórmula, Agustín Rossi, del mismo modo que tampoco aportaron Bullrich y Luis Petri, ni Milei y Victoria Villarruel.
Con la colaboración de Ricardo Brom.
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