Cumple prisión perpetua un primo de Milani
Miguel Ángel Pérez fue condenado en Córdoba por represor; dice que el Ejército le "arruinó la vida"
CÓRDOBA.- En una celda del complejo carcelario de la vecina localidad de Bouwer, a 20 kilómetros de la capital provincial, cumple su condena de prisión perpetua por delitos de lesa humanidad el ex cabo Miguel Ángel "Perico" Pérez (59), primo hermano del jefe del Ejército, general César Milani , sobre quien también pesan denuncias por la represión ilegal de los 70.
Pérez, considerado uno de los más temibles represores, es oriundo de la ciudad de Cosquín, al igual que Milani, donde su hermano Rodolfo "Rody" Milani fue durante muchos años el dirigente peronista más influyente del Valle de Punilla.
El ex cabo, que llegó a esa función militar después de ser conscripto gracias a las gestiones del entonces subteniente César Milani, fue condenado en diciembre de 2011 a prisión perpetua, junto con Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez, por el asesinato del estudiante de periodismo Raúl "Paco" Bauducco, el 5 de julio de 1976, en la Cárcel Penitenciaria de Córdoba. Bauducco era oriundo de Río Cuarto, tenía 28 años, militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores y estudiaba en la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba.
Con el advenimiento de la democracia, "Perico" Pérez se mudó a Cosquín y realizaba tareas de camarógrafo en una productora de televisión de su propiedad, sin despertar sospechas sobre su pasado.
Fue contratista de la municipalidad cuando el intendente era Marcelo Villanueva -hoy cumple un nuevo mandato y enfrenta un proceso de destitución por presunta corrupción-, debido a la afinidad de ambos con "Rody" Milani.
En 2010, Pérez fue sometido a juicio en los tribunales federales de Córdoba, junto a Videla y Menéndez, en la causa por los fusilamientos de presos en la Penitenciaria del barrio San Martín. El tribunal sentenció a Pérez como "penalmente responsable de los delitos de imposición de tormentos agravada por la condición de perseguido político de la víctima (28 hechos en concurso real) y homicidio calificado por alevosía y por la pluralidad de partícipes (un hecho), todo en concurso real".
Durante el proceso, Pérez admitió su culpa, pero cambió el relato que había hecho en la etapa instructoria, para mejorar su situación.
Ante el Tribunal Oral Federal, antes de la sentencia, pidió "perdón" por la muerte de Bauducco y afirmó que fue "un accidente", al escapársele un tiro de su pistola reglamentaria en el patio del penal.
También acusó a sus superiores de haber manipulado su declaración, ya que le hicieron testimoniar que la muerte sucedió en un intento de arrebato del arma por parte de Bauducco. "Quedaba mejor decir que me quiso arrebatar el arma, por eso negué el accidente", confesó.
Responsabilizó al Ejército de "arruinar" su vida y la de su familia, por haberlo enviado en misión a la cárcel. "No era un destino militar, yo tenía dos meses de cabo, no tenía la experiencia ni la formación para ir a ese lugar", aseguró.
Sin embargo, los testimonios escuchados en el juicio echaron por tierra sus argumentos y lo señalaron como uno de los peores represores.
"A medida que los integrantes de cada celda llegábamos al patio, nos obligaban a colocarnos cuerpo a tierra, boca abajo, manos en la nuca", relató un sobreviviente.
Contó que en un momento "ordenan que se pongan de pie los de la celda Nº 3, el cabo (Pérez) se acerca hasta Bauducco, e insultos y amenazas se suceden sin cesar contra el compañero, los gomazos se intensifican y uno de ellos, como corolario final, pega en su nuca derribándolo. Cae de rodillas". Como Bauducco no podía levantarse, Pérez se dirigió con la pistola en la mano a conversar con el oficial a cargo del operativo, teniente Enrique Pedro Mones Ruiz. Luego regresó y le dijo a Bauducco que si no se levantaba lo iba a matar. Así, le disparó y lo mató, según el testimonio.
Ante los jueces, el ex cabo denunció diferencias de privilegios en las condiciones de encierro de los militares presos. "Mi situación es diferente. Mi señora se levanta a las 3 de la mañana los lunes para verme en Bouwer, se toma dos colectivos. Hay algunos que no están en mi misma situación, a pesar de ser los responsables de todo lo que pasó en el país", se quejó, en obvia alusión a Videla y a Menéndez.
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