Cumbre UE-Celac: difíciles negociaciones, marcadas por la desconfianza y las diferencias por el caso Ucrania
Alberto Fernández celebró en Bruselas que “Europa mire con vocación integradora al Caribe y a América Latina; abundó en críticas al FMI, a Mauricio Macri y a las “debilidades estructurales del sistema internacional”
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BRUSELAS – Alberto Fernández puede estar satisfecho. Ni el presidente del Consejo Europeo (CE), Charles Michel, ni el presidente protempore del bloque (UE), Pedro Sánchez, dejaron de rendirle hoy homenaje por los esfuerzos realizados para que se concretara la cumbre entre la Unión Europea (UE) y los países de América Latina y el Caribe (Celac), que reunió en Bruselas a unos 60 países de ambos bloques (27 de la UE y 33 de la Celac).
Un doble homenaje -acompañado ambas veces con una alusión a Jorge Luis Borges- que Alberto Fernández agradeció en su discurso, reconociendo la disponibilidad del gobierno argentino para colaborar con San Vicente y Granadinas, que actualmente preside la Celac, para preparar la cumbre y, sobre todo, llevar adelante la difícil negociación del comunicado final, que hasta anoche seguía en suspenso.
“Celebro que Europa, parte del norte desarrollado, mire con vocación integradora al Caribe y a América Latina, parte del sur que se quiere desarrollar”, dijo el Presidente.
En su alocución, Fernández no dejó de criticar al FMI, a la precedente gestión del exmandatario Mauricio Macri y, al referirse a las “debilidades estructurales del sistema internacional”, obvió cuidadosamente mencionar la guerra de Ucrania, tema que sigue bloqueando la redacción del comunicado final. Por un lado, los europeos exigen que ese texto incluya una condena firme a la invasión rusa. Por el otro, países como Nicaragua, Venezuela y Cuba se niegan a “verse obligados a alinearse” con esa posición.
“Esta no es una cumbre sobre Ucrania”, argumentan exaltados latinoamericanos, que también manifestaron su descontento al enterarse de que la CE había cursado una invitación al presidente ucraniano Volodymyr Zelesnky para participar virtualmente en el cónclave, invitación que quedó rápidamente en la nada.
“No es una cumbre sobre Ucrania. Pero en algún momento hay que tener el coraje de escoger el mundo en el que se quiere vivir. Y Europa ya lo decidió”, replica una fuente de la CE.
En todo caso, la profunda diferencia de visiones demuestra las dificultades de llegar a una posición común.
Las trabas para avanzar
“¿Cómo se hace para avanzar en el diálogo bilateral entre ambos bloques si existe semejante nivel de desconfianza entre europeos y latinoamericanos?”, se lamentaba este lunes un negociador europeo.
Las declaraciones de algunos líderes miembros de la Celac son violentas. El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció “la falta de transparencia y la conducta manipuladora” de la UE. Su homóloga venezolana advirtió sobre “la decisión de la UE de imponer su propio formato”. Una acusación curiosa cuando, en realidad, el formato escogido para esta cumbre ha sido el de la “inclusión”. En otras palabras, nadie fue excluido de la cumbre.
El miércoles pasado, el Parlamento Europeo condenó “las violaciones y abusos sistemáticos a los derechos humanos en Cuba”, y pidió sanciones para su presidente, Miguel Díaz-Canel. En un comunicado, La Habana respondió de inmediato que “el Parlamento Europeo carece de autoridad moral, política y jurídica para juzgar a Cuba”.
En ese diálogo que parece de sordos, los europeos, conscientes de la necesidad de desarrollar un multilateralismo democrático y sereno, “que nosotros mismos descuidamos en América Latina”, como lo reconoció el responsable de la política exterior del bloque, Josep Borrell. Los miembros de la UE persiguen además otro objetivo fundamental: incrementar el comercio bilateral y el acceso a los llamados materiales críticos (como el litio), así como el alineamiento político cuando se trata de votar en los foros internacionales.
Es muy poco probable que alguna de esas metas se logre en esta cumbre que bien podría terminar convertida en rehén de unos pocos países “ultras”. El formato multilateral tampoco habrá servido de mucho porque la mayoría de los contratos relativos a los materiales críticos ya han sido firmados a nivel bilateral.
Posibles signos positivos
¿Qué podría quedar entonces de positivo de estos dos días de debates y de grandes declaraciones de principios? Por parte de Europa, una gran satisfacción para España, que se había fijado esta cumbre como objetivo durante su presidencia protempore de la UE, que comenzó el 1° de julio.
“Quisiéramos concluir, además, el acuerdo entre la UE y Chile, la UE con México y, si pudiéramos, el acuerdo UE-Mercosur. Si no lo consiguiéramos, al menos que quede bien avanzado antes de fin de año”, dijo Sánchez, el presidente del gobierno español.
Pero estos dos días de debates tampoco habrán permitido avanzar en ese terreno. Este lunes por la noche los cancilleres del Mercosur se reunieron para enviar a los europeos el mensaje simbólico de la importancia que los sudamericanos le dan a la firma de ese tratado. Un pacto que, a pesar de los argumentos esgrimidos en torno a la protección del medio ambiente y a la igualdad de condiciones para los campesinos, para varios países europeos tiene mucho de condicionamiento político interno.
Objetivos bilaterales
En el capítulo de las reuniones bilaterales, Alberto Fernández se reunió con el primer ministro alemán Olaf Scholz. Se habló de energía y de hidrógeno verde. Dos temas importantes para Alemania, que busca con ahínco diversificar sus fuentes energéticas, después de la crisis en que se vio sumergida cuando Rusia decidió cortar los suministros de gas, del cual Berlín recibía el 60% de sus necesidades.
El presidente argentino, junto a sus pares de Brasil, Colombia y Francia, participaron también en una reunión sobre el proceso político en Venezuela. Se trató, en realidad, de un pronunciamiento -que debería ser redactado por Francia, país promotor de la reunión- de los cuatro gobiernos para alentar la continuación de las negociaciones entre el gobierno venezolano y la oposición.
Este martes, último día de la cumbre, continuarán los debates. Pero, a diferencia de la jornada del lunes, cuando los oradores hablaron en nombre de uno u otro bloque, mañana se esperan intervenciones más individuales, con una auténtica variedad de matices.
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