Cuando Cristina Kirchner fustigaba a los jueces de la “Corte ejemplar” de Néstor Kirchner
La vicepresidenta elogió hoy a los integrantes del tribunal formado durante la presidencia de su esposo, pese a que como jefa de Estado les dedicó entonces las mismas críticas
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“Limitándose en sus propias facultades para proponer los candidatos, Néstor Kirchner construyó una Corte Suprema de Justicia que fue catalogada por propios y ajenos como una Corte ejemplar”, afirmó hoy Cristina Kirchner en el video que subió a sus redes sociales. Aquella integración del máximo tribunal, no obstante, no siempre fue de su agrado. De hecho, como presidenta le dedicó fuertes críticas en más de una ocasión. Paradójicamente, los acusaba de lo mismo que le imputó hoy al máximo tribunal: los vínculos políticos de sus integrantes y la falta de independencia de los “grandes poderes concentrados económicos”.
Uno de los episodios más resonantes tuvo lugar en Río Gallegos, en junio de 2013, luego de que en aquella Corte “ejemplar” naufragara el proyecto conocido como “democratización de la Justicia” que impulsaba la entonces presidenta. Ante un público integrado por jueces, camaristas y fiscales santacruceños, en su mayoría elegidos durante el gobierno kirchnerista, la expresidenta criticó una y otra vez al Poder Judicial, les recordó a dos jueces de la Corte Suprema su pasado político y, horas más tarde, recurrió a la red social Twitter para agregar datos que le habían quedado fuera de los 45 minutos de discurso.
“Queremos independencia para el Poder Judicial de los grandes poderes concentrados económicos, de afuera y de adentro”, afirmó en uno de los pasajes más duros de su discurso. “A aquel que se piensa como contrapoder desde el Poder Judicial le notifico que, más que contrapoder del poder popular, es delegado de otros poderes, que no sabemos, pero imaginamos cuáles son”, agregó.
La frase recibió una ovación de los militantes de las agrupaciones Kolina y La Cámpora, que colmaron las instalaciones del edificio de la UTN de Río Gallegos, y aplausos del público judicial. En 20 años de kirchnerismo en Santa Cruz, ninguna denuncia que cuestionó al poder político avanzó en la justicia provincial, siempre férreamente controlada.
“Dos miembros de la Corte fueron militantes, yo los conocí siendo convencionales constituyentes, uno por el Frente Grande, un excelente académico penalista a nivel nacional”, dijo la Presidenta, y sin nombrarlo se refirió al actual juez de la Corte Eugenio Zaffaroni. Y también recordó que fue elegido por Néstor Kirchner, “pese a que era opositor nuestro y ha venido a esta provincia a oponerse a la reforma de la Constitución”.
En otro párrafo, se refirió al juez Juan Carlos Maqueda, a quien recordó su pasado peronista, “compañero de nuestro partido, que fue senador y diputado conmigo, yo lo voté como miembro de la Corte y nadie se horroriza porque todo el mundo sabe qué piensa, de qué partido es”.
Recordó además que “el propio presidente de la Corte Suprema de Justicia [el cargo era ocupado entonces por Ricardo Lorenzetti] fue propuesto durante nuestro gobierno”, y agregó: “Yo no lo conocía y Néstor presidente lo propuso sin conocerlo”.
Horas más tarde, ya en viaje hacia Buenos Aires, la jefa del Estado vía Twitter recordó al juez Carlos Fayt, “el casi centenario miembro de la Corte, que pertenece al histórico y también centenario Partido Socialista”, y cuestionó que no se haya jubilado pese al límite de 75 años de edad que establece la Constitución. “¿Ven que están mal informados? Por una acordada (decisión que puede tomar por simple mayoría la Corte Suprema)?”.
Ese mismo año, Cristina Kirchner ya había protagonizado un duro encontronazo con la Corte y el Poder Judicial, durante la apertura de la Asamblea Legislativa. Al anunciar el paquete de medidas para la reforma judicial, cuestionó la falta de transparencia de las causas, la demora en el trato de algunos fallos, el uso de las medidas cautelares y la falta de pago del impuesto a las ganancias que beneficia a los jueces.
En el mismo tono había cerrado el año anterior. El 10 de diciembre de 2012, y en medio de las disputas por la aplicación de la ley de medios, Cristina Kirchner utilizó una cadena nacional para enviar un duro mensaje al Poder Judicial, en el que exhortó a la Corte Suprema a actuar con “decoro e independencia de los poderes económicos” y pidió que “respete la voluntad popular”.
Días antes, la Casa Rosada había montado una movilización, bautizada entonces como el “7-D”, por la fecha en la Clarín debía ajustarse a la cláusula de desinversión de la ley de medios. Una cautelar, sin embargo, extendió el proceso de adecuación y frustró la celebración oficialista.
Tres días después, en el marco de un festival que se extendió durante la madrugada del 10 de diciembre y le daba la bienvenida al Día Universal de los Derechos Humanos y el aniversario del retorno de la democracia, la expresidenta desgranó duras críticas a los magistrados: los acusó de haber actuado en complicidad con la dictadura militar y calificó a los fallos de los magistrados de “fierros judiciales”.
“De qué democracia estamos hablando si no se tiene respeto a la voluntad del Parlamento, si no se respetan las leyes que legalmente emanan de allí”, se preguntó Cristina Kirchner, en una fuerte advertencia a la Justicia.
En ese momento, la Corte Suprema analizaba la apelación que mediante el uso del recurso de per saltum había presentado la Casa Rosada para dar de baja la cautelar que benefició a Clarín. Frente a la multitud, la entonces presidenta meneó la idea de una renovación profunda en los tribunales.
“Cómo no vamos a esperar nosotros unos días o unos meses si las Madres y Abuelas esperaron justicia por sus hijos durante 20 años”, apuntó, en relación a la aplicación de la ley de medios. En su párrafo más duro, Cristina apuntó que sufrió “intentos de golpe” y vaticinó que podría haber otros. “Me permito agregar que cuando a algunos les fallan los fierros mediáticos intentan construir fierros judiciales”, apuntó.
“Cuando fue derrocado [Yrigoyen] por un golpe militar, la entonces Corte Suprema declaró legítimos los golpes militares. Ahí se inició la etapa más negra de la historia argentina”, fue otra de sus críticas. “Es necesario que la independencia de la Justicia sea no sólo del poder político sino también del poder económico y de las corporaciones. La gente quiere una Justicia que sea menos corporativa”, cuestionó Cristina, y puso como ejemplo las salidas de delincuentes que reinciden en el delito. “La gente está cansada de todo eso”, agregó.
El frustrado 7-D estuvo presente en todo el mensaje. En su párrafo más duro, Cristina apuntó que sufrió “intentos de golpe” y vaticinó que podría haber otros. “Me permito agregar que cuando a algunos les fallan los fierros mediáticos intentan construir fierros judiciales”, apuntó.
Las críticas al máximo tribunal pueden seguir rastreándose hacia los inicios de su mandato. También hacia el final. En marzo de 2015, ante su última Asamblea Legislativa como presidenta, Cristina Kirchner acusó a los jueces de violar las leyes y criticó con dureza al fiscal Alberto Nisman, fallecido dos meses antes.
Cristina Kirchner no solo volvió a acusar a los jueces de integrar un “Partido Judicial”, sino que les achacó haberse “independizado de la Constitución y de las leyes”. Ubicado en una de las bandejas a pocos metros de la Presidenta, el entonces presidente de la Corte, Lorenzetti, escuchaba el discurso con el rostro demudado.
“Últimamente el Partido Judicial se ha independizado, pero de la Constitución -fustigó Cristina Kirchner, con tono encendido-. Hoy existe un derecho cautelar delivery para impedir que se gobierne y se apliquen las leyes que son constitucionales. La Justicia tiene que ser independiente del poder político, de los poderes concentrados de la economía, pero de lo que no puede ser nunca independiente el Poder Judicial es de la Constitución, de las leyes, de los códigos de forma y de los de fondo”.
El enfrentamiento con Lorenzetti fue directo y frontal, al cuestionar a la Corte Suprema por la falta de avances en la investigación del atentado contra la embajada de Israel, en 1992. También, por haber rechazado la investigación sobre posibles torturas sufridas por excombatientes en la Guerra de Malvinas.
Así se refería Cristina Kirchner a la “Corte ejemplar” que “construyó Néstor Kirchner”. Los mismos términos que utilizó hoy para acusar a los actuales ministros del máximo tribunal.
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