Cuadernos: una arrepentida detalló los negocios de Muñoz y los Kirchner
La primera arrepentida de la causa de los cuadernos , Elizabeth Ortiz Municoy, una pieza clave en la expatriación de más de 70 millones de dólares del exsecretario presidencial Daniel Muñoz, dijo ante la Justicia que sospecha que el dinero pertenecía en parte a Néstor Kirchner . Mencionó, además, a la expresidenta Cristina Kirchner , e identificó bienes y propiedades por al menos 20 millones de dólares, cuya existencia hasta ahora se desconocía.
Tan importante fue su declaración ante el fiscal Carlos Stornelli que el juez Claudio Bonadio la liberó bajo palabra y dispuso el secreto del sumario en la causa para realizar medidas de prueba: entre otras, asegurar esos bienes y eventualmente proceder a allanarlos.
Como tantas veces el amor y el despecho son el motor de la historia: Municoy, martillera de la tradicional inmobiliaria marplatense Ortiz Lizmar, apareció en la investigación porque con Sergio Todisco, que fue su esposo, figuraban como titulares de sociedades offshore usadas para sacar del país unos 70 millones de dólares de Muñoz e invertirlos en lujosos departamentos en Miami y Nueva York. Todisco y Municoy fueron detenidos el fin de semana pasado. Todisco declaró ante Stornelli como arrepentido, pero en esa declaración inculpó a quien ahora es su exmujer.
Movida por esa indignación ante las acusaciones de su exmarido, Municoy pidió hablar con Stornelli para declarar como arrepentida y hace dos días que viene aportando detalles de los negocios que, según dijo, hacía su exesposo para Muñoz.
"Yo no tenía nada que ver, era mi exmarido. Él manejaba todos los negocios y lo demostré con pruebas", dijo anoche Municoy a LA NACION en la puerta del edificio de los tribunales de Comodoro Py 2002 cuando se fue en libertad, en compañía de su abogado Fernando Burlando.
Se la veía cansada, demacrada, vistiendo el jogging beige y la campera blanca con la que vino de la cárcel de Ezeiza con las esposas puestas. Ahora seguía con las manos entrelazadas, como si aún tuviera las esposas, pero se la veía más aliviada.
Le bastó a la mujer dormir una noche en el pabellón de mujeres de la cárcel de Ezeiza denominado Iric, el área para detenidos por corrupción, para convencerse de que no iba a pasar un día más allí. En un solo pabellón se amontonan 16 camas, algunas cuchetas que casi se tocan, una mesa con sillas, una televisión y dos baños para todas esas presas, la mayoría detenidas por casos de narcotráfico.
A lo largo de los dos días que declaró en la fiscalía ante Stornelli y el fiscal Carlos Rívolo, Municoy aportó documentación de los Estados Unidos para asegurar que el verdadero dueño de las sociedades era su exesposo Todisco y que ella estaba a su lado y firmaba.
Relató que la relación con Muñoz era de Todisco, pues su padre Sergio Mauro Todisco era quien tenía el vínculo con Cristina Kirchner. Mencionó que tal era la relación que en 2008 Cristina Kirchner hizo una acto en Textilana, la fábrica de suéteres familiar situada en Mar del Plata y dijo que era la más importante del país y Sudamérica. Comercializa sus productos bajo la marca Sergio Mauro. Ayer, Municoy contó que era vergonzosa la manera en que Daniel Muñoz y su esposa Carolina Pochetti gastaban dinero. Dijo que tenían un nivel de vida desproporcionado y lujoso.
Sostuvo que sospechaba que el origen del dinero del que Muñoz hacía ostentación eran los beneficios que le daba el cargo de secretario de Néstor Kirchner. Cuando le preguntaron si sabía si el dinero que invirtió Muñoz a través suyo y de su marido era de él o de Néstor Kirchner, dijo que no lo sabía pero sospechaba que en parte era del expresidente.
Así como hundió a su exesposo, que sigue preso, fue comprensiva con Carolina Pochetti, la viuda de Muñoz y su hasta ayer compañera de pabellón en Ezeiza.
Dijo que creía que como ella, hacía lo que el marido le decía sin saber bien de qué se trataba.
Fuentes del caso dijeron que Municoy ubicó propiedades por cerca de 20 millones de dólares, usadas para lavar dinero, cuya existencia se desconocía. Ese aporte hizo que el juez decretara el secreto de sumario para recuperar esos bienes y eventualmente inmovilizar dinero.
Municoy respaldó sus dichos con documentos que aportó al juez.
"Descalificó la imputación y acreditó su ajenidad en los hechos", dijo su abogado Burlando. En realidad los beneficios de la ley del arrepentido se aplican al que señala alguien por encima suyo en la cadena de responsabilidad (en este caso Todisco) o permite recuperar bienes producto del delito, como en este caso.
A la par que Municoy declaraba en la fiscalía en el quinto piso, un piso más abajo en el juzgado de Claudio Bonadio fue indagado Temistocles Cortez, uno de los que aparece en la cadena de sociedades que lavaron el dinero. Cortez no declaró como arrepentido, pero brindó datos sobre su actuación en las operaciones inmobiliarias y quedó detenido.
Las investigaciones que viene realizando LA NACION, a través de los Panama Papers, y la Unidad de Información Financiera (UIF) permitieron establecer que Muñoz sacó de manera electrónica vía una financiera el dinero hacia cuentas offshore.
Gold Black Limited, generada por el estudio Mossack Fonseca de Panamá fue la offshore que creó Muñoz con Todisco como director. Desde allí se formaron 13 empresas en Miami y una en el estado de Delaware donde aparece Municoy, aunque ella señala que era todo responsabilidad de su exesposo.
Esas firmas fueron cambiando de responsables y fueron usadas para comprar inmuebles de lujo, centros comerciales y hasta un departamento millonario en dólares en un edificio en Nueva York frente al Central Park.
Municoy había creado en Delaware Ocean Silver Inc, con una familiar. En 2014 se trasladó a Miami como Ocean Silver of South Florida Inc y adquirió un departamento de dos ambientes y 88 metros cuadrados en la Torre I del complejo Brickell Icon, Costó 350 mil dólares. A los tres días, el departamento fue transferido en una venta simulada a Municoy International Properties Inc, por 30.000 dólares menos.
Harbor Golden Inc fue creada por Todisco en 2011. En 2015, en manos de la panameña Puente Reséndez, esa firma compró un drive thru en Miami Shores, que ocupa un poco más que un cuarto de manzana. Pagaron 5.550.600 dólares.
Con North Golden Inc sucedió algo similar. Todisco la creó en 2011 y compró un departamento de 323 metros cuadrados, con 5 habitaciones y 4 baños, en la exclusiva torre Turnberry Ocean Colony, en Sunny Isles Beach por 3.600.000 dólares.
Free Experience Inc, a nombre de Todisco y su esposa, compró otro drive thru de 4046 metros cuadrados en la zona de Benson Lakes, por 6.975.000 dólares.
Dream Golden Enterprises Inc compró un departamento con 5 habitaciones, 4 baños y medio y 463 metros cuadrados, en el edificio Regalia de Sunny Isles, sobre la avenida Collins por 10.700.000 dólares.
Mother Queen Inc compró minishopping de casi 9 mil metros cuadrados en 12.100.000 dólares y luego departamento más modesto en la zona de Brickell por 380.000 dólares.
Esas propiedades fueron vendidas en más de 70 millones de dólares y la Justicia busca ahora bloquear esos fondos para repatriarlos.
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