Cuadernos de las coimas: Oscar Centeno llevó a Comodoro Py un manuscrito con más datos
Oscar Centeno , aquel remisero que puso en jaque al poder con sus famosas anotaciones en los cuadernos , volvió a Comodoro Py . Por la mañana regresó a la sede de los tribunales federales por primera vez desde agosto cuando quedó detenido en un lugar custodiado. Y llevó un escrito con el objetivo de fundamentar su inocencia.
La idea del primer imputado colaborador de la causa es ampliar su declaración y dar más detalles de lo que acontecía aquellos años de traslados y millones en su remise.
En las primeras horas de la mañana hubo una reunión con su abogado, el defensor oficial Gustavo Kollman.
Centeno llevó una nota manuscrita para el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli en la que, según trascendió, complementó con nuevos datos los que ya entregó en agosto cuando reconoció que todos aquellos cuadernos manuscritos eran de su puño y letra.
Quienes lo vieron en Tribunales dicen que Centeno estaba muy firme en su decisión, consciente de la importancia de sus escritos. Contó que el 12 de enero de 2010 le preguntó a Roberto Baratta si le podía prestar 20.000 pesos para poder cambiar el auto. "De dónde querés que lo saque, no tengo", le contestó. El remisero le insistió, le dijo que lo iba a devolver en cuotas. Pero no hubo caso.
El escrito, fiel a su estilo, fue presentado de su puño y letra. En la última parte de su manuscrito dijo que recién ahora, que ve las noticias, tomó consciencia de los hechos. En el escrito se centra en las situaciones por las que atravesó y en los padecimientos que soportó por no poder revelar ni denunciar todo lo que escribía en los cuadernos. El texto hace foco en el temor que tenía a perder su trabajo.
El remisero, dicen quienes lo tratan, está plenamente convencido de la decisión de tomar nota de toda la corrupción que pasaba en vivo y en directo frente a sus narices.
En el escrito, además, relata que estuvo muy contenido y no podía denunciar lo que veía durante años por miedo.
Esa situación, dice, le ocasionó úlceras y problemas de salud.
Justamente, en este manuscrito también hay un relato de algunos detalles que, además, están contenidos en aquellas famosas anotaciones. Sucede que en los asientos que hacía cuando trabajaba para el extinto Ministerio de Planificación Federal no solo anotaba el día a día de los viajes de traslados millonarios, sino que también hay detalles de muchos de sus movimientos. Por ejemplo, cada vez que él se hacía una práctica médica lo asentaba. Sobre esos detalles irá ahora.
Finalmente, Centeno, detenido, embargado y arrepentido, se pregunta por qué está imputado si era un simple remisero que nunca participó de los hechos ilícitos que, siempre según sus dichos, no se llevó un peso de ello.
El remisero aduce que no podía denunciarlos porque perdería su trabajo y que, además, se enfrentaría a las personas más poderosas de país. Finalmente, en un escrito de nueve carillas, se hace una pregunta: ¿quién le creería si los denunciaba cuando eran poder?.
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