Cristóbal López le pasó el juego a un socio
Informó la venta de Inverclub a Ricardo Benedicto; gestiones por Casino Club
Acorralado por todos los frentes, el empresario kirchnerista Cristóbal López le transfirió a su socio histórico, Ricardo Benedicto, las empresas ligadas al negocio del juego en una suma cercana a los $ 350 millones. López informó ayer a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) la venta de su participación en Inverclub (casinos en Puerto Madero, Rosario y Neuquén). En paralelo, negocia la salida de Casino Club, empresa que participa en la operación de las tragamonedas del Hipódromo de Palermo y en ciudades del interior.
Empujaron a López a tomar la decisión la presión del gobierno porteño, que quiere restringir el juego en la ciudad y cobrarle Ingresos Brutos retroactivamente; de la administración nacional, que le reclama una deuda de $ 8000 millones del impuesto sobre los combustibles, y ; de la Justicia, que puso veedores en varias de sus empresas y lo investiga, junto con la ex presidenta Cristina Kirchner, en la causa Los Sauces.
No obstante, el negocio adquirido por Benedicto quedará en manos de un empresario históricamente cercano a López. Ante una consulta de LA NACION, un funcionario influyente que trabaja con Mauricio Macri se preguntaba anoche si Benedicto contaba con los fondos necesarios para comprar las acciones de López en el imperio de los juegos de azar.
Ricardo Benedicto tiene 61 años, nació en Carlos Casares, y es amigo de López desde hace décadas. De hecho, en los años 90 lo convenció de invertir en el negocio del juego. Es propietario de haras de caballos pura sangre, que maneja con su empresa Sheet Type SRL. Varios de sus 160 caballos residen en los hipódromos de Palermo y San Isidro.
Inverclub era hasta ahora una sociedad integrada por López (30%), Benedicto (30%), Juan Castellanos (30%) y Héctor Cruz (10%) y opera los barcos-casino de Puerto Madero, el City Center de Rosario (en sociedad con la española Cirsa), el casino de Neuquén, tres bingos en la provincia de Buenos Aires, y el Dania Beach Casino de Miami. Casino Club, que tiene la misma composición, participa en la unión transitoria de empresas que maneja las tragamonedas del Hipódromo, junto con Hapsa (Federico de Achával). Además, opera 11 salas de juego y 15 de tragamonedas en seis provincias. López ya transfirió Inverclub y negocia por Casino Club.
El empresario kirchnerista cree ser víctima de un hostigamiento público. Pero ya desde hace más tiempo considera que el apodo de "zar del juego" es injusto porque en Casino Club tenía la misma participación que otros accionistas. Ahora, además, empezó a pensar que sus socios no lo defienden como deberían. Por su parte, estos últimos piensan que los vínculos de López con el kirchnerismo y las causas judiciales que lo involucran son un lastre del que conviene alejarse. Ayer algunos de ellos festejaron la noticia de su alejamiento.
Hace una semana, el gobierno nacional concretó el traspaso del control del juego a la ciudad de Buenos Aires, que prevé comenzar a cobrarle impuestos a los operadores, y reclama el pago retroactivo de una deuda por ingresos brutos, que en total asciende a unos $ 4000 millones. En el Hipódromo desestiman la legitimidad del reclamo.
En la Capital, el Hipódromo de Palermo y el Casino Flotante facturan más de $ 20 millones por día. Los clientes apuestan en conjunto $ 600 millones por día y el 90% debe volver en premios, según la ley vigente. El negocio de las tragamonedas en la Capital comenzó en 2003, cuando fue autorizado por el entonces presidente Néstor Kirchner. El 5 de diciembre de 2007, pocos días antes de dejar el cargo a su esposa, extendió por decreto la concesión de las máquinas del Hipódromo hasta 2032.
López había empezado en febrero pasado una negociación secreta con sus socios de Cirsa. Las tratativas duraron dos meses e incluyeron dos viajes de empresarios españoles a Buenos Aires, pero finalmente no hubo acuerdo en el monto de la operación y el trato no se cerró.
La pelea entre López y el gobierno de Macri se radicalizó con los meses. El día de la primera vuelta electoral, un rato antes de que su socio Fabián De Sousa festejara con Don Perignon en el control del canal C5N el "efímero triunfo" de Daniel Scioli y Aníbal Fernández, López visitó al entonces candidato Macri en su quinta Los Abrojos, de Malvinas Argentinas. El propio Presidente confirmó esa visita en entrevistas periodísticas.
Luego hubo contactos informales por la relación de Nicolás Caputo, el mejor amigo del Presidente, con De Achával. Más recientemente, según reveló el periodista Luis Majul, López le envió una carta a Macri en la que afirmó: "Me llegan comentarios de que usted tiene un problema personal conmigo. Yo desconozco haberle hecho algo personal, si lo hice le pido disculpas y si algún día puedo hablar con usted me lo explicará".
López tenía estructurado sus negocios en dos grandes ramas, el juego -a través de Casino Club e Inverclub- y el resto de las actividades, a través del grupo Indalo.
Tras la derrota electoral del kirchnerismo, Indalo quedó en la mira por retener el pago de $ 8000 millones del impuesto a la transferencia de combustibles por parte de Oil Combustibles, como reveló LA NACION. López y Fabián de Sousa, su socio en Indalo, intentaron sin éxito separar sus negocios antes de que la Justicia -tras la denuncia de la AFIP- comenzara a investigar esos hechos.
En aquella fallida división, que fue suspendida por orden judicial, López pretendía retener los negocios sustentables -exploración y perforación petrolera- y dejar en manos de De Sousa los más problemáticos, entre ellos Oil Combustibles (refinería y red de estaciones) y el grupo de medios de comunicación: C5N, Radio 10 y cuatro FM, el diario Ámbito Financiero y las productoras Ideas del Sur, La Corte y Pensado para Televisión, entre otros.
En este contexto, López y De Sousa pusieron en venta buena parte de sus empresas, entre ellas el banco Finansur, la aseguradora Generalli y los medios. En tanto, algunos de sus socios también pujan por salir de los negocios compartidos. En esta última situación está Marcelo Tinelli, que vendió la parte minoritaria que retenía en Ideas del Sur, controlada por Indalo.
Cuáles son las sociedades en manos de López
En la Capital
El Hipódromo de Palermo es comandado por una UTE de las empresas Hapsa (72,5% de la sociedad), cuyo presidente es Federico De Achával, y Casino Club (27,5%), en la que Cristóbal López es el propietario del 30%. Y en el Casino Flotante, con 2100 empleados, la firma Cirsa posee el 50%; Hapsa, el 25%, e Inverclub (empresa participada por López), el 25%.
En el interior
Inverclub, además, tiene otros negocios: el casino City Center, en Rosario, donde posee el 50% de las acciones (de ese total, 30% son de López); en tres bingos de la provincia de Buenos Aires, la firma tiene el 33,3 % ; en el Casino de Neuquén, 50%; en la empresa de tecnología aplicada para el juego que trabaja en 13 provincias, 25%; y también en el exteiror, en el Dania Beach, de Miami (EE.UU.), 37.5% .
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