Cristina volvió a criticar a Obama por su postura ante Siria y los fondos buitre
Esos dos temas dejaron al descubierto la tensión entre el gobierno argentino y el de Estados Unidos; ajustada sintonía con Putin y enfrentamiento con la Unión Europea; hoy la Presidenta regresa al país
SAN PETERSBURGO.- La foto de familia de la cumbre del G-20 parecía una metáfora del alineamiento político que desplegó la presidenta Cristina Kirchner en su paso por Rusia: al lado del anfitrión, Vladimir Putin; bien lejos del norteamericano Barack Obama.
Si el retiro del apoyo de la Casa Blanca a la Argentina en el juicio contra los "fondos buitre" la irritó, el tenso debate de los líderes mundiales sobre la crisis en Siria la encontró en el extremo más opuesto a un Obama empeñado en lanzar una represalia bélica contra el régimen de Bashar al-Assad, al que acusa de haber atacado con armas químicas a poblaciones civiles.
"Propusimos que viajen a Siria los cancilleres de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (que integra la Argentina) para intentar una misión humanitaria, que negocie un cese del fuego", dijo ayer Cristina Kirchner en declaraciones a los periodistas argentinos que cubrieron la cumbre.
Relató, además, que durante el debate presidencial ella condenó el uso de armas químicas, pero "sin un doble estándar". Y, al respecto, enfatizó: "No tiene sentido ni coherencia pretender evitar muertes con más muertes".
La Presidenta evitó cuestionar al dictador sirio: "Se había hablado de una guerra civil, pero evidentemente hay un Estado, en este caso presidido por Al Assad, que tiene las armas que normalmente tiene el ejército de un Estado. Ahora yo pregunto: ¿las armas que tienen los que están del otro lado, quién las vende?"
Es una argumentación similar a la que emplea Putin, principal aliado del régimen de Damasco. Aunque defiende la intervención multilateral no se refirió esta vez al poder de veto con el que Rusia y China bloquean cualquier acción del Consejo de Seguridad, principal órgano de resolución de la ONU.
Sintonía con Rusia
Durante los tres días que pasó en San Petersburgo, Cristina Kirchner exhibió una ajustada sintonía con Putin en este momento de extrema tensión global. Compartió con él una larga caminata por los jardines del palacio Peterhof antes de la cena en la que se debatió la crisis siria, posó a su lado en la foto de familia y mantuvo una reunión bilateral ayer, en la que hablaron de eventuales proyectos de inversiones rusas en la Argentina en materia energética.
Con Obama, en cambio, intercambió saludos de cortesía. "Ayer cuando entró él, yo justo estaba en la puerta cuando él pasaba. Y hoy de nuevo, fui la primera presidenta que llegué y él fue el segundo", dijo.
¿Le planteó a Obama su malestar por la falta de apoyo en el juicio por la deuda?, se le preguntó. "No correspondía, era impropio asaltar en el pasillo a un presidente para decirle tal o cual cosa".
Lo cierto es que la actitud de Obama complicó la situación argentina en la pelea contra los "fondos buitre".
El líder demócrata se negó a apoyar ante la Corte Suprema de Estados Unidos la apelación que acaba de presentar la Argentina contra el fallo de segunda instancia, que condenó al país a pagar al 100 por 100 los bonos en default de los acreedores que no aceptaron los canjes de deuda.
¿Cree la presidenta argentina que el giro de Obama es una señal de que la Corte puede rechazar la apelación? "No contesto sobre hipótesis y menos sobre señales, que hacían los indios con humo. Yo creo mucho en otras señales, no en éstas", respondió.
Un vínculo desgastado
La relación con Estados Unidos se agrietó de manera profunda cuando la Argentina decidió el año pasado firmar un polémico acuerdo con Irán para investigar el atentado contra la AMIA. La Casa Blanca interpretó que el gobierno kirchnerista realineaba su política exterior hacia un terreno hostil para Washington.
Irán es uno de los aliados clave de Siria, al igual que la Rusia de Putin, el gran antagonista de Obama en la cumbre que terminó ayer.
De todos modos, pese al evidente distanciamiento con Estados Unidos, Cristina Kirchner procuró no ser agresiva con Obama. "Estamos construyendo un polvorín sin precedente y me parece que es lo que nadie busca, ni siquiera creo que lo busque tampoco, obviamente, el presidente de Estados Unidos", señaló, al advertir los riesgos de lanzar un ataque contra el régimen de Al Assad.
En Rusia, la Presidenta tuvo también reuniones bilaterales con sus pares de India, China, Sudáfrica, además de la mencionada cita con Putin. Apenas entró en contacto con los líderes de las potencias europeas.
Antes de la cumbre existía malestar en la delegación argentina por el duro documento de la Unión Europea (UE) contra "las medidas proteccionistas" del Gobierno que afectan a los productos comunitarios. Cristina Kirchner respondió aquí con una áspera denuncia contra las barreras que imponen los países desarrollados a los productos argentinos.
Al único europeo que elogió fue al mandatario francés Francois Hollande, a quien agradeció el apoyo brindado por su gobierno a la posición argentina contra los "fondos buitre". Curiosamente, Hollande es el principal aliado de Obama en el plan para atacar Siria sin esperar una resolución de las Naciones Unidas. Al margen de las reuniones, Cristina Kirchner sintetizó su posición en varios tuits. "Creemos que intervenciones extranjeras en vez de solucionar conflictos, los agravan", escribió.
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