Cristina Kirchner se asegura un pelotón de resistencia en Diputados: más de la mitad de los candidatos a una banca son kirchneristas
En al menos 12 distritos la vicepresidenta colocó dirigentes leales en los primeros lugares de las listas; en Buenos Aires y CABA el kirchnerismo copó las nóminas; el reaseguro de los gobernadores peronistas
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Cristina Kirchner no logró colocar su apellido en la fórmula presidencial como tampoco a un representante de la “generación diezmada” como hubiese preferido. Sin embargo, a manera de compensación, logró imponer un pelotón de dirigentes leales en los primeros lugares de las listas de candidatos a diputados nacionales en al menos la mitad de los distritos de todo el país.
En efecto, este año el oficialismo –ahora llamado Unión por la Patria- pone en juego 68 bancas: si logra renovarlas, la vicepresidenta se aseguraría la fidelidad de más de la mitad de los diputados ingresantes, al menos 37 voluntades. El resto de las candidaturas se reparten entre los gobernadores -que se llevan una veintena-, el candidato presidencial Sergio Massa y el presidente Alberto Fernández.
La vicepresidenta no quiere repetir aquel trauma de 2015 cuando, apenas asomó el gobierno de Cambiemos, 17 diputados peronistas que respondían a sus gobernadores rompieron el otrora poderoso bloque del Frente para la Victoria para hacer rancho aparte y negociar las leyes que requería la flamante gestión. El kirchnerismo puro y duro quedó reducido a su mínima expresión, sin capacidad de fuego en el recinto. A sabiendas que las lealtades en la política son lábiles, Cristina y Máximo Kirchner se aseguraron candidatos fieles en los lugares más expectables de las listas, no solo para curarse en salud ante un eventual futuro gobierno opositor, sino también para marcarle la cancha a Sergio Massa si las veleidades del destino lo colocan en el sillón presidencial.
El desembarco mayor se produjo en la nómina por Buenos Aires. Allí el oficialismo renueva este año las 19 bancas que ganó en la gran performance electoral de 2019, cuando el Frente de Todos se impuso en las elecciones presidenciales y a la gobernación bonaerense. De repetir ese desempeño, Cristina se aseguraría 14 diputados de paladar kirchnerista, mientras los restantes cinco se reparten entre Fernández y Massa.
En la ciudad de Buenos Aires repitieron esta lógica: allí al oficialismo le toca renovar cuatro bancas. Distrito hostil por antonomasia para el kirchnerismo, le será difícil a la tropa porteña recuperarlas a todas, pero la vicepresidenta se aseguró que los cuatro primeros lugares en la lista, encabezada por la camporista Paula Penacca, sean de lealtad indubitable.
El oficialismo también juega una partida importante en Santa Fe, donde pone en juego cuatro de las 10 bancas que ganó en 2019. De repetir esta performance, Cristina Kirchner se aseguraría la lealtad férrea de al menos dos de los postulantes: Florencia Carignano, directora nacional de Migraciones y dirigente del equipo de Eduardo Wado De Pedro, y la cristinista María de los Ángeles Sacnún, exsenadora nacional. El rosarino Germán Martínez –cabeza de lista- si bien se proclama kirchnerista, responde sin cortapisas a su jefe político y candidato a vicepresidente Agustín Rossi. Tercero en la nómina, el ministro de Transporte Diego Giuliano, es hombre de Massa.
En Córdoba la pelea se presenta por demás complicada: allí el kirchnerismo renueva dos bancas, pero atento a su desempeño en las últimas elecciones provinciales –su candidato a gobernador salió sexto-, solo podría aspirar a que la boleta que encabezan Massa y Rossi traccione en octubre próximo su lista a diputados nacionales, encabezada por dos leales: Gabriela Estévez y Martín Fresneda.
Si de provincias antikirchneristas se habla, Mendoza es sin dudas una de ellas. Allí el oficialismo pone en juego dos bancas y presentó dos listas, que competirán en primarias. La mandamás de la tropa kirchnerista, la senadora Anabel Fernández Sagasti, coló a la economista María Amalia Granata en segundo lugar. Cabeza de lista es el intendente de Tunuyán Martín Aveiro, de paladar más peronista que kirchnerista. Les compite en otra lista José Luis Ramón, exdiputado y hombre de Massa.
En provincias como Formosa, Río Negro, Chaco, Santa Cruz, Chubut y Neuquén las listas del oficialismo están encabezadas por soldados kirchneristas. El gobernador formoseño Gildo Insfrán, que siempre jugó con Cristina Kirchner -aun en tiempos de Mauricio Macri-, pone en juego dos bancas, que buscará fidelizar con el exministro de Agricultura y Ganadería Luis Basterra. El caso de Chaco es similar: Jorge Capitanich, cercano a la vicepresidenta, designó a dos representantes kirchneristas –Aldo Leiva y la camporista Julieta Campo- para ocuparlas.
En Santa Cruz, cuna política de los Kirchner, no se concibe la posibilidad de colocar tibios en las listas. Allí el kirchnerismo renueva dos bancas y, si bien hay internas, corre con ventaja la nómina encabezada por la actual senadora cristinista Ana María Ianni. En Chubut, si bien su gobernador Mariano Arcioni es hombre de Massa, Cristina Kirchner impuso a los dos primeros lugares de la lista, que será encabezada por el jefe de la Policía Aeroportuaria José Glinski.
En Neuquén habrá lista de unidad acordada entre los dos mandamases kirchneristas de la provincia, el senador Oscar Parrilli y Darío Martínez. Allí el oficialismo debe renovar solo una banca; para ese lugar se designó a Pablo Todero, jefe regional de la Anses. En Río Negro y en Tierra del Fuego, donde se ponen en juego dos escaños respectivamente, el kirchnerismo se aseguró encabezar sendas nóminas con dos leales, Martín Soria, actual ministro de Justicia, y Andrea Freites.
En Jujuy y Corrientes, dos provincias de signo opositor, el oficialismo pone en juego dos bancas respectivamente. En ambas habrá internas: en Jujuy lidera una de las nóminas el senador Guillermo Snopek, cuya fidelidad kirchnerista quedó en duda tras romper el bloque oficialista. En Corrientes, La Cámpora impuso a Cristian Zulli en el segundo lugar de una de las listas.
La lapicera de los gobernadores
¿Qué sucede en las listas de candidatos del resto de las provincias? Allí prevaleció la lapicera de los gobernadores peronistas. Si bien hoy juran lealtad a la fórmula Massa-Rossi, habrá que ver si esta fidelidad persiste si el 10 de diciembre asume un gobierno opositor y la necesidad de recursos los obliga a entregar a sus legisladores, como sucedió en 2015.
En este lote figuran las provincias de Entre Ríos, San Luis, La Rioja, Misiones, Santiago del Estero, Salta, San Juan, Tucumán, Catamarca y La Pampa. Todas ellas suman 20 bancas oficialistas que se pondrán en juego; los gobernadores se cuidaron bien de poner dirigentes leales a la cabeza de las respectivas listas. Allí, por caso, se destacan el actual gobernador entrerriano Gustavo Bordet; el riojano Sergio Casas y el tucumano Pablo Yedlin, hombre de Juan Manzur.
Ergo, si triunfa Unión por la Patria, la cosecha legislativa será para ellos. Un lote de diputados nada desdeñable a la hora de negociar las futuras leyes si el futuro gobierno recae en Juntos por el Cambio que, aún realizando una buena elección en octubre, difícilmente alcance quorum propio.
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