Cristina Kirchner reapareció con críticas a la gestión y habló de “un festival de importaciones”
“Ganar la elección para no cambiar nada, mejor quedarse en la casa”, señaló en un plenario de la CTA; aplaudió la designación de Scioli, aunque le marcó la cancha y exigió un cambio de rumbo; reclamó bajar los planes sociales y movilizarse por la inflación
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Con mensajes a la disputa interna que mantiene con Alberto Fernández y críticas a la gestión, la vicepresidenta Cristina Kirchner fue la oradora principal del plenario de la CTA, desde donde disparó contra varios frentes.
“Hay festival de importaciones hace tiempo y creo que el Gobierno debe pensar cómo articular más adecuadamente: Banco Central, Ministerio de la Producción, AFIP y Aduanas. Esto tiene que ser articulado, lo cual no estaría sucediendo. ¿Por qué? Porque hay un festival de importaciones desde hace tiempo. En la Argentina, 600 empresas explican el 75% de las importaciones. Y el otro 25% de las importaciones lo explican 24.000 empresas”, dijo la vicepresidenta en una nueva crítica a la gestión de Alberto Fernández. Y redobló: “Estas cosas son usar las lapiceras. No hay que agarrarse de los pelos. No hay que agacharles la cabeza [a los empresarios]”.
De esta manera, le marcó la cancha a Daniel Scioli, el flamante ministro de Desarrollo Productivo. También le dedicó mensajes al Presidente, a la oposición y reclamó bajar los planes sociales.
“Para nosotros Avellaneda es una de nuestras casas. Ustedes saben que Manuel Belgrano es mi procer favorito”, dijo Cristina en la apertura de su mensaje. Y agregó: “Yo desconfío de los que no les gusta mirar el pasado. Será porque además, no les gusta las cosas que hicieron en el pasado. Yo no tengo problemas con el pasado. Con el mío, con el del peronismo”. Fue su primera intervención en público luego del acercamiento al presidente Alberto Fernández durante el acto por el centenario de YPF que desembocó, al día siguiente, en la salida forzada del Gabinete nacional de Matías Kulfas, exministro de Desarrollo Productivo. En aquel acto de YPF, el Presidente había dicho lo contrario. “No soy de los que le gusta volver al pasado”, había manifestado Fernández a Cristina para recordarle la frase de Spinetta: “Mañana es mejor”.
La vicepresidenta se refirió a las crisis económicas en el mundo y a la emisión monetaria. “Yo en Olivos o en la Casa Rosada parecía una mercachifle, vendiendo heladeras, bicicletas, porque necesitaba que nuestra economía no se cayera, que fue generada por el mercado y que sigue sin superarse”, dijo cuando recordó la crisis de 2008. “La segunda crisis viene en 2009, la H1N1, cuando Juan Manzur vino como ministro de Salud y se fue la que estaba, que Dios mío…”, continuó Cristina, en alusión a la exministra y actual diputada de Juntos por el Cambio Graciela Ocaña.
Después mencionó la pandemia del coronavirus, que marcó la gestión del Frente de Todos. “¿Qué hubiera sido sin Estado en 2008 y sin Estado durante la pandemia, sin vacunas? ¿El Estado es necesario, es innecesario? No, no, el Estado es imprescindible”, señaló, y siguió con las críticas al capitalismo: “Cuando el muro de Berlín cae, convencieron a todos que ser comunista era malo. Bueno, ahora somos capitalistas pero queremos consumir: queremos tener acceso a la comida, a la ropa, a la vivienda, a la salud y la educación. Porque si vamos a hacer capitalismo, hagámoslo en serio, para todos y todas”.
“Una vez más la inflación parece haberse disparado. Los mismos que van a los canales de televisión a decir que el Estado es lo único malo y el sector privado es todo benevolencia. Dicen que a la inflación la genera el déficit fiscal. De la emisión no voy a hablar”, remarcó la vicepresidenta. Y mostró un ranking de los países del G-20 sobre déficit fiscal primario. La Argentina figura en el escalón 13. “El mayor deficit fiscal lo tiene Estados Unidos, y no es de ahora”, puntualizó. Un ejercicio similar hizo con respecto al superávit comercial. “¿Pero Cristina, cómo puede ser si Estados Unidos es el país con más déficit primario, final y comercial? Ah bueno, pero tiene la maquinita que imprime los dólares. Y para ayudarlo tiene unos cuantos portaviones”, comentó, para concluir. “Entonces, el déficit, que es un término económico y no matemático, no necesariamente es el causante de los desmadres económicos y de la súper inflación”, remarcó.
Luego de pasar por los conceptos de déficit fiscal, superávit comercial, oferta y demanda, la vicepresidenta apuntó a las ganancias de las empresas como causal de la inflación. “¿Cuál es el problema entonces? Las ganancias de las empresas. Una alimenticia entre 2019 y 2021 fue del 412 por ciento. Otra de insumos difundidos, entre 2019 y 2021, fue de más de 200%”, señaló. La vicepresidente habló del el EBITDA, un indicador contable de la rentabilidad de una empresa. Se calcula como ingresos menos gastos, excluyendo los gastos financieros (impuestos, intereses, depreciaciones y amortizaciones de la empresa).
“Ahora viene la tercera gran excusa que escuchamos en los medios de comunicación: impuestos y la presión tributaria. Francia y Dinamarca deben encabezar la presión fiscal, pero la Argentina está lejísimos. Pero en materia de evasión fiscal, la Argentina es el tercer país que más evade. El primero es Guyana y Chad. El segundo está ocupado por Malta. Y el tercer país evasor en el mundo, la Argentina, junto a Comoras, Zambia, Pakistán y no me acuerdo qué país más. Y tenemos otro podio: también somos terceros en los países en formar activos en el exterior”, dijo. Y remarcó que el gran problema es la escasez de dólares y la economía bimonetaria. “La Argentina produce dólares, pero se evaden”, acusó.
“Hay festival de importaciones hace tiempo y creo que el Gobierno debe pensar cómo articular más adecuadamente: Banco Central, Ministerio de la Producción, AFIP y Aduanas. Esto tiene que ser articulado, lo cual no estaría sucediendo. ¿Por qué? Porque hay un festival de importaciones desde hace tiempo. En la Argentina, 600 empresas explican el 75% de las importaciones. Y el otro 25% de las importaciones lo explican 24.000 empresas”, dijo la vicepresidenta en una nueva crítica a la gestión de Alberto Fernández. Y redobló: “Estas cosas son usar las lapiceras. No hay que agarrarse de los pelos. No hay que agacharles la cabeza [a los empresarios]”.
“¿Quiénes han aparecido también en el mundo de las importaciones?”, se preguntó Cristina Kirchner, para responderse: “Los jueces y los fiscales. Entre enero de 2021 y marzo de 2022 salieron del país 1847 millones de dólares de importaciones autorizadas por jueces y fiscales, con amparos. Más de 6500 expedientes judiciales con amparos”.
Fue entonces que dirigió un dardo al vicepresidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, quien en una conferencia en Chile señaló que no hay recursos suficientes para sostener que detrás de cada necesidad existe un derecho. “Ven –dijo Cristina, mirando a Yasky, que minutos antes había recordado al juez de la Corte–, esos jueces no siguen la doctrina de Rosenkrantz: donde hay una necesidad de dólares, allí habrá un juez y un fiscal para darles dólares a los importadores. ¿Vieron? Si las necesidades son del pueblo, no hay derecho, ni Justicia. Si la necesidad es de los poderosos, hay jueces, fiscales, defensores, lo que haya”.
“Me gustaría que Hugo [Yasky] cuentes en el gabinete nacional las cosas que hiciste, que te movilizaste a ver si hacen algo. Tengo expectativas en que Daniel Scioli y el funcionarios que han puesto en Aduanas (Guillermo Michel) puedan reencausar las cosas. Y que nadie se preocupe: la unidad del Frente de Todos nunca estuvo ni estará en discusión”, señaló.
Después de hablar de la unidad, Cristina lanzó otro dardo por elevación al Presidente. “Los que no sufrieron las persecuciones, los que no estuvieron el 13 de abril [en la marcha a Comodoro Py] es muy posible que no tengan las mismas vivencias. Pero creo que todos tenemos que hacer el esfuerzo, pero no de quedar bien entre nosotros. A mí no me interesa quedar bien con ningún funcionario. Me importa un pito. A mí me importa quedar bien con la sociedad, con los argentinos”, subrayó, en medio de una ovación del público.
Volvió luego con sus críticas a la gestión de Mauricio Macri. “Es importante saber que la inflación es producto de la evasión y el endeudamiento. Porque acá los dólares no se fabrican. La ultrainflación es producto del endeudamiento criminal del macrismo”, dijo la vicepresidenta. Y recordó el acuerdo que selló Cambiemos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por el préstamo de 50.000 millones de dólares. Habló de “fuga” de dinero. “Cada vez que el país se endeuda en dólares, la economía bimonetaria hace saltar al país. Es necesario saberlo más allá de las diferencias que tengo con la gestión”, dijo, y reclamó que en Diputados [donde manda Sergio Massa] trate el proyecto que tiene media sanción del Senado sobre crear un fondo para “pagarle al FMI con dólares fugados”.
Luego se refirió a los piqueteros. “Son hijos de las políticas neoliberales de los 90. No nacieron con el populismo”, señaló, y pidió reducir la cantidad de planes sociales. “Con esta desocupación debería haber menos planes. El Estado nacional debe recuperar el control y la auditoría de los planes, que no pueden seguir tercerizadas”, planteó en una crítica al Movimieno Evita, que administra miles de planes. “Eso no es peronismo. No es depender de un dirigente barrial para que me de el alta o la baja. Y sobre todo las mujeres, que son las más explotadas, las más basureadas. Si Evita los viera, mamita...”, se quejó.
“Pienso en la relación de fuerzas. Debemos apelar a nuestras mejores acciones y convicciones, como aquella, hace cinco años, cuando fundamos Unidad Ciudadana. Por eso hoy, somos gobierno. No nos olvidemos de dónde venimos. Ganar la elección para no cambiar nada, mejor quedarse en la casa”, cuestionó Cristina, en otro ataque subterráneo al Presidente. Así, cerró su discurso, que duró 71 minutos.
Los mensajes de Ferraresi y Yasky
Además de la vicepresidenta, del encuentro participaron también el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, y el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, entre otros.
Presentado como “alguien que le cambió por completo la ciudad”, el intendente en uso de licencia y ministro de Hábitat y Desarrollo Territorial, Ferraresi, comenzó citando una sentencia de Manuel Belgrano, de 1812, destinada a los formadores de precios. “La repartición de la riqueza hace a la riqueza real y verdadera de un país, elevándolo al mayor grado de felicidad. Mal podría haberla en nuestras provincias cuando existiendo el contrabando, y con él, el infernal monopolio, se reducen las riquezas a unas cuantas manos que arrancan el jugo de la patria y la reducen a la miseria del resto”.
Ferraresi destacó también los cinco años de Unidad Ciudadana, la fuerza política que Cristina Kirchner impulsó en 2017 para competir contra Cambiemos. “Pasaron ya cinco años de aquel acto [de lanzamiento] en Arsenal”, dijo el ministro. Luego recordó su gestión en el municipio de Avellaneda. “Cambiamos la matriz económica, fuimos un municipio con independencia económica. Nos enfrentamos a los grupos económicos de la ciudad”, señaló Ferraresi.
Ferraresi también pronunció otra frase de Belgrano que pareció apuntar a la suba de tasas decidida desde el ministerio de Economía que conduce Martín Guzmán y el Banco Central, de Miguel Pesce. “Jamás el crédito puede ser útil al Estado. El grueso interés del dinero invita a los extranjeros a venir a ser acreedores del Estado”, señaló. Cerró pidiendo ganar las elecciones de 2023.
Luego fue el turno de Yasky, el anfitrión, quien es además diputado nacional del Frente de Todos. “Les voy a confesar que tengo unos cuantos discursos en plenario, pero este, con esta mujer [y miró cómplice a Cristina]”, abrió el jefe de la vertiente oficialista de la CTA. E hizo una mención a los dirigentes de la CGT que “estuvieron en la calle” durante la gestión de Cambiemos. “No estuvieron en los cálculos”, los endulzó. Y agregó: “El macrismo nos dejó en el peor de los mundos”.
También agradeció la presencia de los dirigentes sociales y de referentes de cooperativas. Y elogió especialmente a Axel Kicillof. “Demostró que la provincia de Buenos Aires es un distrito sin conflictos sindicales. Logró cerrar todas las paritarias”, dijo Yasky, cuyo número dos en la CTA, es Roberto Baradel, del Sindicato docente mayoritario bonaerense.
“No hay contradicción ser una central sindical y estar acá. Tenemos independencia del poder fáctico. Tenemos independencia de clases. Somos parte del Frente de Todos y reivindicamos a Cristina Kirchner como la figura política más importante en estos últimos años”, defendió Yasky su alineamiento con el kirchnerismo. Aprovechó, además, para reclamar por la libertad de Milagro Sala. “Vamos a seguir peleando para que esté libre”, dijo.
“En este lugar, en Avellaneda, sabíamos que tendríamos la posibilidad de reflexionar sobre el momento que estamos viviendo. Acaba de triunfar Petro en Colombia. Tanto Colombia como Chile trataron de mostrar como modelo que había que seguir, donde el neoliberalismo se ensañó de la manera más sangrienta. Pero el pueblo salió a la calle y construyó la derrota de los gobiernos neoliberales”, dijo Yasky. Y agregó: “Cristina nos señaló un camino”.
“Defender la unidad es levantar la voz”
“Defender la unidad no es hacer silencio para ser parte de un conglomerado que no tiene voz. Defender la unidad es levantar la voz, es decir las cosas que no andan bien y las que tienen que andar bien. Defender la unidad es tener la capacidad de escuchar a nuestros compañeros, de entender cuáles son las cosas que estamos haciendo mal”, dijo Yasky cuando se refirió a la interna del Frente de Todos. Denunció además a los medios y a la oposición de buscar “generar pánico”.
Llamó a “no dejarse vaciar desde adentro” y lo comparó con las destituciones de Dilma y Lula, en Brasil. “Tenemos que luchar contra ese enemigo que tenemos enfrente, pero también tenemos que luchar contra la sensación de creer que si solamente logramos administrar los tiempos, resolvemos los problemas. Eso puede hacer que muchos de los que creen en nosotros dejen de creer en nosotros”, planteó, en una crítica subterránea a la gestión económica de Guzmán. Y llamó a “recuperar la movilización del pueblo en la calle ante el aumento de los precios, la asfixia de la economía”.
Y agregó: “La paritaria por más que sea cada tres meses, perdemos. Tenemos que demostrar que no debe ser así. Es necesario recomponer el ingreso de los trabajadores a través de una suma fija, como nos dio Néstor [Kirchner] y después discutir en paritarias. No podemos tener compañeros que no lleguen a fin de mes teniendo empleo. Y esto es para fortalecer nuestro gobierno”.
Presencias y ausencias
Cerca del escenario se ubicaron el gobernador Axel Kicillof y su vice, Verónica Magario; los camporistas Mayra Mendoza (intendenta de Quilmes) y Andrés “Cuervo” Larroque (ministro de Desarrollo de la Comunidad provincial) y el intendente Fernando Espinoza (La Matanza). Estuvieron cerca de los sindicalista Pablo Moyano (Camioneros y uno de los triunviros de la CGT), Sergio Palazzo (La Bancaria), Roberto Baradel (Suteba), Mario Manrique (Smata), Pablo Flores (Aefip) y Daniel Catalano (ATE Capital), entre otros. No hubo presencia de “los Gordos” de la CGT ni referentes del espacio de Luis Barrionuevo. Hubo solo dirigentes del moyanismo, el sector más afín con el kirchnerismo.
Tampoco estuvieron referentes del Gobierno. Ni ministros ni intendentes que comulguen con el liderazgo de Fernández. Sí estuvo el diputado Eduardo Valdes, amigo del Presidente, que siguió serio el discurso desde una silla.
En el plenario ceteísta se plantearía la necesidad impulsar una protesta contra los formadores de precios por la escalada inflacionaria. La medida podría ser lanzada delante de la vicepresidenta en busca de un gesto de complicidad. Fue Cristina, en definitiva, quien a través de sus redes sociales apuntó contra los empresarios por la suba de los precios.
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