Cristina Kirchner propuso un "nuevo contrato social" y envió señales políticas
En la Feria del Libro, la expresidenta no habló de su candidatura, pero encabezó un acto electoral en el que rescató políticas de Trump y criticó a Macri por aumentar planes sociales
Ante una sala colmada de dirigentes y militantes que la llamaron "presidenta" y clamaron por su regreso a la Casa Rosada, la expresidenta Cristina Kirchnerpresentó ayer su libro Sinceramente, evitó las definiciones electorales y, en lo que pareció una alusión a la propuesta de 10 puntos lanzada por el Gobierno, planteó la necesidad de alcanzar un nuevo "contrato social".
"En épocas de grandes acuerdos entre sectores, nadie puede estar en desacuerdo, pero permítanme decirles que va a ser necesario algo más: un contrato social de todos los argentinos y argentinas, con metas verificables, cuantificables y exigibles", dijo en un tramo de su discurso, de casi 40 minutos, en el que buscó mostrarse moderada.
Algunos de los presentes interpretaron que no fue una respuesta al gobierno de Mauricio Macri, sino a las propuestas de unidad de la oposición. Sin precisar de qué se trataba la propuesta, Cristina Kirchner lo definió como un "contrato social de ciudadanía responsable" y manifestó que se necesitaba del esfuerzo de todos los sectores para generar "trabajo genuino".
La expresidenta no hizo mención al ataque que sufrió el diputado radical Héctor Olivares, que provocó la muerte de su acompañante, Miguel Yadón. Afirmó que había elegido hacer la presentación un 9 de mayo porque se cumplían 44 años de su casamiento con el fallecido expresidente Néstor Kirchner. Contó que le había querido dedicar el libro, pero se había acordado tarde.
Sus palabras fueron interrumpidas en varias oportunidades por los cánticos de los más de mil presentes en la Sala Jorge Luis Borges, la más grande de la Feria del Libro. El mensaje de la expresidenta también fue reproducido por pantallas instaladas en las afueras del predio de La Rural, donde se concentraron miles de sus simpatizantes. Dentro y fuera de la sala se cantó "¡vamos a volver!", el grito de guerra kirchnerista. Pero ella prefirió devolver otro registro: "Como decía Borges, ustedes son incorregibles", los llamó al orden, con tono cómplice.
El acto fue un gran reencuentro de dirigentes que alguna vez pasaron por el kirchnerismo. En la primera fila quedaron Alberto Fernández, a quien Cristina agradeció la idea de escribir un libro; Aníbal Fernández, uno de los más aplaudidos al entrar, y Felipe Solá, representante del sector que volvió a acercarse a la expresidenta, como Victoria Donda y el Movimiento Evita. Pino Solanas se sumó a ese grupo.
Cerca del escenario también quedaron Raúl Zaffaroni, Estela de Carlotto, Adolfo Pérez Esquivel y figuras del mundo artístico, como Cecilia Roth, Pablo Echarri y Nancy Duplaá. La cara más llamativa en esa primera fila fue la de Daniel Vila, del Grupo América. Su presencia puso en evidencia la ausencia de empresarios. Tampoco hubo sindicalistas de peso, por fuera de Hugo Yasky y Roberto Baradel, ni gobernadores. En cambio, de los intendentes del conurbano casi no faltó ninguno.
Sin levantar nunca la voz, la expresidenta no mencionó a Mauricio Macri, pero cuestionó al Gobierno al reclamar la reactivación del mercado interno y del proceso de industrialización como método para revitalizar la economía. "No se puede generar crecimiento económico sin un mercado interno fuerte", sostuvo, y, en un giro inesperado, elogió las políticas aplicadas por Donald Trump, presidente de los Estados Unidos y principal aliado internacional de Macri: "En Estados Unidos la economía vuela, tienen el desempleo más bajo en 50 años y no suben la tasa de interés. Algunos se dieron cuenta de que tenían que generar trabajo industrial para volver a generar riqueza. Sería importante que los que viajan tanto para allá, en vez de escuchar lo que dicen, imiten lo que hacen allá".
Escoltada por Juan Boido, director de la editorial Penguin Random House, y por la directora de la Fundación El Libro, María Teresa Carbano, Cristina también le apuntó a la gestión de Cambiemos al referirse a la falta de creación de puestos de trabajo. Sostuvo que en 2003 habían recibido el gobierno con 2.300.000 planes de empleo, que se habían ido con 207.000 y que hoy hay 477.000. "Hoy hay más planes que durante el gobierno de los choriplaneros", remató. Antes había recordado que el programa de Jefes y Jefas de Hogar se había implementado durante el gobierno de Eduardo Duhalde y con Roberto Lavagna como ministro. Pareció una mención neutral.
Al plantear la necesidad de un "contrato social", Cristina también cuestionó a los empresarios. Recordó que en uno de sus últimos discursos Juan Perón había denunciado que no se estaba cumpliendo el pacto social y había denunciado la existencia de especuladores. "Para ganar plata primero tienen que comer todos", dijo Cristina Kirchner.
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