Cristina Kirchner: "No sé si hubiera sido la amante de Manuel Belgrano, pero algo hubiera tenido"
"No pienso hacer discurso de campaña", fue la aclaración que hizo Cristina Fernández en la presentación ante una multitud en Rosario de su libro Sinceramente. Esa advertencia tenía un sentido preciso. Cristina se mostró como Cristina, sin intentar ensayar un tono con cierta corrección política y "decir lo que la gente quiere escuchar". Habló de la necesidad de la "unidad nacional" pero en ningún momento mencionó a su compañero de fórmula Alberto Fernández, que sí apareció nombrado en los audios que sirvieron de prólogo a su presentación.
Ante un auditorio repleto, con más de 2500 personas dentro del salón metropolitano y más de 20.000 fuera, Cristina abandonó ese tono más conciliador y equilibrado, que había sintonizado en mayo en la primera presentación de Sinceramente en la feria del Libro de Buenos Aires.
La líder de Unidad Ciudadana retornó a un discurso lleno de ironía y críticas al presidente Mauricio Macri y a los medios de comunicación. Recalcó que Macri "llevó al país otra vez al Fondo Monetario Internacional", y recordó que hace cuatro años, cuando participó del acto del día de la bandera en el Monumento, "no había la desocupación, la crisis y el nivel de endeudamiento como el que ahora atraviesa a la Argentina".
Antes de ir hacia el salón Metropolitano, Cristina recibió una visita particular, según señalaron desde La Cámpora. El intendente electo de Rosario Pablo Javkin se reunió con la ex presidenta, "a pedido de su hija", según advirtieron la fuente de ese sector kirchnerista. La ausencia del gobernador electo Omar Perotti no sorprendió a ninguno de los dirigentes de Unidad Ciudadana. En primera fila se sentó la compañera de fórmula de Perotti, la ex jueza Alejandra Rodenas, que fue la única dirigente nombrada por la locutora oficial.
La senadora criticó a Macri por el acto que encabezó durante la mañana en el club El Ciclón de la zona sur de Rosario, donde puso bajo la lupa la "mafia" sindical que lideran Hugo y Pablo Moyano con el gremio de los camioneros. Cristina recurrió otra vez a la ironía, una herramienta discursiva que usaba con frecuencia, con un tono interrogativo.
"¿No había otro tema para tratar en un colegio (fue en un club), rodeado de chicos, que insultar a ese gremialista (Hugo Moyano), con el que él (Macri) se reunió el 17 de octubre de 2015 para festejar el día de la lealtad?", se preguntó Cristina. Desde la platea salió al unísono un "si" como si fuera un eco en busca de complicidad con la senadora.
Belgrano, mi prócer favorito
"Es un desmemoriado, porque hace cuatro años estaban juntos (Moyano y Macri). En las fechas patrias hay que hablar de la historia", recomendó Cristina, quien unos minutos antes desplegó una teoría, en el inicio de la presentación, sobre la humanización de los héroes de la patria. Su partener, Marcelo Figueras, en ese momento, le recordó que Manuel Belgrano era su prócer favorito. Cristina asintió y aseguró: "No sé si hubiera sido la amante de Manuel Belgrano pero algo hubiera tenido. Es mi prócer preferido".
Cada vez que la ex presidenta decía algo que ella sabía que rompía el molde de la "corrección" le decía al público: "Seguro que mañana en los diarios aparece esto como título". Usó ese recurso en busca de neutralizar lo que seguramente iba a aparecer en los medios.
Repitió ese concepto, cuando habló luego de las cadenas nacionales. "No me arrepiento. Si no hacíamos las cadenas nacionales nos hubieran pasado con una Carterpiler. No pienso hacer un discurso de campaña en el que se dice lo que quiere escuchar el electorado. Conmigo no", insistió.
En ese punto, Cristina machacó otra vez sobre el rol de los medios. Sin nombrarlos, pero en referencia a ese sector, dijo que "siempre están buscando la quinta pata al gato. No veo que se lo busquen a este gobierno, que lo maneja el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los empresarios. A este presidente capaz que lo maneje Christine Lagarde (la titular del FMI). A mi me llamaba la atención que hasta amantes me inventaron. Hoy mi lívido está en mis nietos. Pero hay mujeres que son hadas virginales (en referencia a María Eugenia Vidal)".
Con ese discurso zigzagueante, que iba de un lado a otro, con frases fuertes y poco frecuentes en un dirigente político, la ex presidenta habló de su relación con Néstor Kirchner. Figueras le recordó una frase del libro y ella se emocionó, y sus lágrimas destrabaron los aplausos, que se transformaron en el cántico "a volver, vamos a volver".
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