Cristina Kirchner vinculó el atentado en su contra al alegato del fiscal Luciani y denunció que “faltan los ideólogos”
Expuso en el juicio por el intento de asesinato que sufrió el 1° de septiembre de 2022; apuntó contra el fiscal que impulsó su condena por corrupción en la obra pública; reclamó a la Justicia que se investigue a los ideólogos y financistas del ataque
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La expresidenta Cristina Kirchner declaró hoy ante el Tribunal Oral Federal Número 6 en el juicio por el intento de asesinato que sufrió el 1° de septiembre de 2022. Al interior de los tribunales, la jornada estuvo marcada por la ágil marcha de una audiencia -duró menos de una hora y meda- en la que la exvicepresidenta de Alberto Fernández se apegó a la estrategia hasta ahora desplegada por su querella, que señala como insuficiente el alcance de la investigación. En las afueras, la jornada tuvo una tenue coloratura política con unos pocos manifestantes que buscaron irradiar calor militante.
El inicio de la declaración se dio en tiempo y forma, y el contenido, de acuerdo a lo previsto: Cristina Kirchner recorrió la línea trazada por la querella que busca poner en relieve el trasfondo político que –aseguran– tuvo el atentado en su contra y no es investigado por la Justicia, al menos de manera unificada, como se pretende. Vinculó el clima de violencia en la antesala a su ataque con la condena a prisión por corrupción en la obra pública de Santa Cruz que impulsó el fiscal Diego Luciani en el caso denominado Vialidad y responsabilizó al Poder Judicial de que no sean juzgados los ideólogos y financistas del ataque. Además, respaldó a su custodia.
“Faltan los autores ideológicos, los financiadores. El partido judicial sigue protegiendo a los ideólogos, no a los financiadores. Más que un reclamo mío es una deuda que se debe saldar con la democracia”, denunció Cristina Kirchner. La expresidenta apuntó contra el diputado bullrichista Gerardo Milman e insistió con que lo escucharon decir en el bar Casablanca, frente al Congreso: “Cuando la maten, voy a estar camino a la Costa”. Calificó a Milman de “nostradamus contemporáneo”. Y agregó: “Los celulares de sus secretarias fueron borrados por el director de tecnología informativa del Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich. Todo tiene que ver con todo”. Luego, la fiscal Gabriela Baigún le preguntó si lo conocía personalmente a Milman. La expresidenta dijo que “no”. Y agregó: “Querían la eliminación del adversario, querían exterminar al adversario”.
Encauzada por las preguntas de sus abogados defensores, Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira, la expresidenta pintó un cuadro de violencia política en los meses previos al ataque de 2022 -en donde incluyó la acusación del fiscal Diego Luciani-; señaló que su “condición de mujer” fue uno de los motivos de los ataques que padeció -enseñó caricaturas que la mostraban con moretones en un ojo-; apuntó contra el “partido judicial” y los “medios concentrados”, y remarcó en varias oportunidades que la investigación en curso es solo parcial: el presunto financiamiento y los autores intelectuales, aseguró, quedaron a un costado de la pesquisa. Además, acusó a la policía porteña de realizar tareas de “inteligencia” en los meses previos al atentado. “Está probado”, aseguró.
Sobre el hecho en sí, el ataque del 1° de septiembre, no hubo novedades y se dijo poco: Cristina Kirchner afirmó que no vio el arma (la Bersa calibre 32 con la que Fernando Sabag Montiel le apuntó), y que se enteró solo cuando volvió a subir a su departamento de que habían querido atentar contra su persona.
“¿Sabemos si la doctora arribó al edificio?”, preguntó la presidenta del Tribunal Oral Federal número 6, Sabrina Namer, a las 9.31 de la mañana. Era el horario previsto para el comienzo de la sexta audiencia del juicio oral contra los tres presuntos autores del ataque fallido del 1 de septiembre de 2022: Fernando Sabag Montiel y su novia Brenda Uliarte están acusados de tentativa de homicidio calificada que los expone a una pena de entre 13 años y 4 meses de mínima a 20 años de prisión de máxima. Nicolás Gabriel Carrizo, presunto jefe de ambos en el emprendimiento de la venta de copos de algodón, completa el banquillo de los acusados. Está acusado de ser partícipe del atentado.
Cristina Kirchner, en efecto, ya se encontraba en uno de las entradas laterales de Comodoro Py, que cuenta con acceso casi directo a la sala AMIA, donde hoy fue la única testigo del juicio que la tiene como víctima. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el intendente de Ensenada, Mario Secco, fueron solo algunos de los muchos dirigentes que se acercaron al tribunal para acompañar a la exvicepresidenta en su declaración. Las personas apostadas en la puerta principal de Comodoro Py blandían un único modelo de banderas: “La Patria es el otro”, rezaban todas ellas.
A las 9.34, Namer le dio la bienvenida a la exvicepresidenta, sentada ya junto a sus abogados en la sala.
Dadas las “particularidades” del debate, se permitió el ingreso de la prensa a la sala para tomar fotos. “Por favor con rapidez”, apuró Namer. En un puñado de minutos, las cámaras se agolparon sobre la exvicepresidente y se retiraron. La audiencia comenzó a las 9.39.
El rumbo inicial lo fijó la querella. Aldazabal le preguntó a su defendida sobre el clima previo al atentado, específicamente si hubo por aquel tiempo una “exacerbación” de la violencia política.
En su respuesta, afirmativa, Cristina Kirchner dibujó un cuadro general y enumeró diversos episodios que darían cuenta de ese recrudecimiento. Recordó, entre otras cosas, las bombas de pintura que recibió en su despacho, las guillotinas de cartón en la Plaza de Mayo, mencionó también visitas hostiles de distintos grupos a su departamento, y reparó en la responsabilidad que le adjudicaron por las muertes en la pandemia a través de carteles pegados en la vía pública.
El “histrionismo” del fiscal Diego Luciani, quien el 22 de agosto, en una encendida acusación, pidió 12 años de cárcel para la exvicepresidenta en la causa por Vialidad, también contribuyó a ese clima de violencia, según afirmó.
También sostuvo que los grandes poderes económicos “digitan” al “partido judicial” y a los medios “hegemónicos”. Apuntó, a su vez, contra la policía porteña: además de recalcar que los efectivos fueron demasiados permisivos con quienes se manifestaban en su contra, les imputó tareas de “inteligencia” en la previa al atentado. “Está probado”, aseguró.
Luego de describir el clima de la antesala al ataque, puntualizó otros episodios de violencia “simbólica”. En más de una oportunidad, los asoció a su condición de mujer, aunque sin dejar de resaltar que ella “no era feminista”. Como parte de ese muestrario, enseñó una tapa de la revista Noticias que blandió con su diestra y cuyo título rezaba “el negocio de pegarle a Cristina”. La tapa la tenía a ella con un ojo morado. “Miren que contexto actual”, dijo casi al pasar. “Como verán, todo siempre se repite”, agregó. Acto seguido, mostró otra caricatura de Hermenegildo Sábat de ella con un ojo negro. Fue en resonancia con las primeras declaraciones que salieron desde su entorno luego de conocerse las fotos de la ex primera dama, Fabiola Yañez. Por caso, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, afirmó que la exvicepresidenta también había sufrido la violencia de Alberto Fernández.
El escándalo de Yañez asomó por unos pocos segundos en el juicio. En el medio de la audiencia, la fiscal Gabriela Baigún buscó anclarse en el caso para preguntarle a la exvicepresidenta si se había sentido re victimizada. La pregunta descolocó tanto a Cristina como a la jueza Namer, quien llevó las riendas de la audiencia en todo momento. Tras ajustar la pregunta, Cristina contestó afirmativamente. “Hay una doble victimización -argumentó- Primero tengo que demostrar de que no tuve la culpa de que quieren matarme. Ridículo. Dos: la invisibilización de todo este procedimiento. La invisibilización de que solamente estamos ante los autores materiales hoy sentados acá”.
La audiencia, la más corta de esta saga judicial, concluyó minutos antes de las 11. Cristina Kirchner partió por el mismo lugar en que llegó. La militancia comenzó a desconcentrar a los pocos minutos.
Cronología de la jornada
11.03. Con apoyo de dirigentes del PJ
Tras la salida de Cristina Kirchner de Comodoro Py, la militancia apostada frente a la puerta de los tribunales comenzó la desconcentración. El grupo que acompañó a la exvicepresidenta no superó las 150 personas y agitó solo un modelo de banderas frente a los tribunales: “La patria es el otro”. Con la salida de Andrés “cuervo” Larroque, se entonaron algunos cánticos que le dieron cierre a la jornada de Cristina Kirchner en Comodoro Py, que en esta ocasión la tuvo como víctima.
10.54. “Faltan los autores intelectuales”
Sobre el final de la audiencia, reforzó la estrategia que impulsa la querella. “Este juicio es un juicio que es a los autores materiales del hecho. Faltan los autores intelectuales. Faltan los financiadores. Y Creo que bueno el poder judicial, en ese caso lo que yo considero el partido judicial, protegió y sigue protegiendo a quienes tuvieron que ver en este atentado. Tenemos sentados acá a los tres autores materiales, pero no a los ideólogos, no a los financiadores”, subrayó.
10.46. El rol de la familia Caputo
La defensa de Brenda Uliarte, el abogado Alejandro Cipolla, le preguntó a la exvicepresidente por el rol que le atribuía a la familia Caputo en el atentado. “El que han presentado mis abogados defensores, mis querellantes en la instrucción. Usted las debiera conocer”, sostuvo, sin dar detalles. Según la defensa de Cristina Kirchner, “nunca se profundizó la investigación sobre las supuestas organizaciones políticas que rodeaban a los atacantes”, entre ellas Revolución Federal, liderada por Johnatan Morel, Leonardo Sosa y Gastón Guerra. Ni se investigó, para la expresidenta, “el financiamiento de Caputo Hermanos” a la propia Revolución Federal. “Morel recibió decenas de millones de pesos de la familia Caputo para trabajos de carpintería. Las transferencias están probadas”, sostienen en el equipo jurídico de la jefa del kirchnerismo.
10.35. El caso de Fabiola Yañez se tocó en el juicio
De manera sorpresiva, la fiscal Baigún nombró a Fabiola Yañez y utilizó su caso como anclaje para preguntarle a la expresidenta por una posible “revictimización”. “¿Siente que le hicieron sentir que usted a través del atentado lograba revictimizarse?”, preguntó la fiscal. Cristina Kirchner no entendió la pregunta. La jueza Namer tampoco. La presidenta del tribunal solicitó que la fiscal precisará la consulta. “Sí, claro. Es increíble que me quiero hacer la ´víctima porque sufrí un atentado contra mi vida”, contestó Cristina, tras la aclaración. Luego de otra intervención de la jueza Namer para orientar el tramo del debate, Cristina añadió: “Hay una doble victimización. Primero tengo que demostrar de que o no tuve la culta de que quieren matarme. Ridículo. Dos: la invisibilización de todo este procedimiento. La invisibilización de que solamente estamos ante los autores materiales hoy sentados acá. Pero no están los autores intelectuale ni los financiadores. Más allá de todas las pruebas que se adjuntaron”, describió.
10.40. Respaldo a su custodia
Cristina Kirchner respaldó a su custodia por su accionar el día del atentado. “No reparo en la custodia, no les tomo lista. El jefe de mi custodia es el mismo. No tuvieron nada que ver”, lo respaldó la expresidenta.
10.29. Los discursos de odio en las redes sociales
“Son personas muy grises, que solamente existen en los posteos de las redes y de que los repliquen”, dijo, en referencia a los usuarios de redes sociales que “exacerban” los discursos de odio. “Si le sacan el celular y le cierran las redes, no existen y nadie se va a acordar de ellos. Son seres absolutamente intracendestes”, sumó. Segundos antes, afirmó ser una militante de la “modernidad” y no de la “postmodernidad”.
La voz de Cristina Kirchner se agrietó por unos segundos mientras relataba anécdotas de su familia. Reparó en una en particular: cuando le pidió a su hijo Máximo que viniera desde el Calafate tras la muerte de Néstor Kirchner.
10.26. “Mascota del poder”
Cristina Kirchner volvió a reparar en su condición de mujer como motivo de encono sobre su figura. “La verdad que para mascota del poder no sirvo, no serví y no serviré nunca. Y eso les molesta, y lo irrita más [porque soy mujer]. Si un hombre se opusiera a eso no les molestaría tanto como una mujer”, afirmó. “Vuelvo a reiterar, no soy feminista pero tampoco soy estúpida”, sentenció.
10.19. La vecina de Cristina
La fiscal Gabriela Baigún la interrogó por Ximena de Tezanos Pinto, su vecina en el departamento de Recoleta, que ha dado sobradas muestras de su antipatía por la exvicepresidente. Cristina relató que era “conflictiva”, pero la desligó de Revolución Federal, el grupo apuntado por la querella. “Hubo denuncias de vecinos por fiestas que se organizaban”, dijo. Subrayó incluso que la apoyó en una decisión de consorcio cuando quiso construir una pileta en el edificio de Juncal y Montevideo.
10.10. Crítica a los medios de comunicación
Cristina Kirchner describió un pirámide de articulación entre los medios, el Poder Judicial y los “grandes poderes” concentrados. “Hay una articulación con los medios hegemónicos que son la otra gran pata. Y por supuesto, lo que digita esto, medios de comunicación –no no hagamos los tontos- y poder judicial, es arriba el poder económico concentrado”, describió, dibujando una suerte de triángulo con las manos.
10.07. Contra Rivolo y Capuchetti: “Partido judicial”
Cristina Kirchner apuntó contra el fiscal Carlos Rívolo y la jueza María Eugenia Capuchetti que escucharon su declaración al día siguiente del atentado, el 1° de septiembre de 2022. “Un desastre total y absoluto”, señaló. “La unificación que se quiso hacer con la causa de Revolución Federal con la causa de mi atentado fue rechazada por, pese a que se la pedí al magistrado que llevaba la instrucción, fue rechazada por la doctora Capuchetti, y la decisión [de ella] deu ratificada por la Cámara Penal. Por lo cual no es solamente la doctora Capuchetti. Es el partido judicial”, dijo. Luego confirmó que alcanzó a ver el arma y solo cayó en la cuenta del ataque cuando subió a su departamento y se lo contó Diego Bermudez, uno de sus custodias.
10.06. “Están los autores materiales, el hilo se corta por lo más delgado”
Cristina Kirchner cuestionó a la jueza María Eugenia Capuchetti porque no siguió la “trama del encubrimiento” del ataque en su contra. “Están solo los autores materiales, el hilo se corta siempre por lo más delgado”, reprochó Cristina Kirchner. Reclamó que se amplíe la investigación a los autores intelectuales y financistas de los tres acusados. Y calificó al Poder Judicial de “partido judicial”.
10.02. Señalamiento a Milman, Patricia Bullrich y el llamado del Papa
La expresidenta apuntó contra el diputado bullrichista Gerardo Milman e insistió con que lo escucharon decir en el bar Casablanca, frente al Congreso: “Cuando la maten, voy a estar camino a la Costa”. Calificó a Milman de “notre damus contemporáneo”. Y agregó: “Los celulares de sus secretarias fueron borrados por el director de tecnología informativa del Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich. Todo tiene que ver con todo”. Luego, la fiscal Gabriela Baigún le preguntó si lo conocía personalmente a Milman. La expresidenta dijo que “no”. Y agregó: “Querían la eliminación del adversario, querían exterminar al adversario”. Además, contó que el papa Francisco la llamó después del atentado.
9.59. Crítica al accionar policial
“La policía con los peronistas o kirchneristas de la ciudad [textual] muy agresivos y muy permisivos. Casi cuidados y protegiendo a los que venían a insultar a la puerta de casa”, señaló, en alusión a la policía porteña. “No solamente eso, sino que hicieron tareas de inteligencia también. También está comprobado”, añadió la expresidenta.
9.51. “Violencia simbólica”
Ante una consulta de su abogado, Marcos Aldazabal, la expresidenta exhibió una serie de publicaciones periodísticas que la mostraban caricaturizada. En una de ellas estaba con un ojo negro. “Sufría estas agresiones en mi condición de mujer. No es que reclame nada. Simplemente marcar”, sostuvo. “Dicen que me quiero hacer la víctima, no es una cuestión de hacerse la víctima. Son datos duros y objetivos”, añadió. “No soy feminista, pero sí fue una violencia simbólica. Cuando la ponen con un ojo negro, a unos cuantos le gustaría pegarle. Mucha, mucha violencia. Siempre”.