Cristina Kirchner busca frenar la interna, recuperar la centralidad perdida y polarizar con Javier Milei
Así analizan sectores del peronismo la reaparición de la expresidenta en la escena pública; ahora ensayan una recomposición entre Máximo y Kicillof; cómo tomaron la réplica del jefe libertario
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La necesidad de resistir o retrasar todo lo que le sea posible el alumbramiento de un kirchnerismo sin Cristina y frenar las internas en su espacio; la intención de recuperar centralidad tras haber sido desplazada por la sociedad a un segundo plano de la política; y la búsqueda de un escenario de polarización con el presidente Javier Milei a partir de una crítica frontal a su rumbo económico. Esos son los tres motivos que, dentro del peronismo, atribuyen a la reaparición pública de Cristina Kirchner tras un prolongado silencio durante la última campaña electoral y en el inicio del gobierno libertario.
“No me gusta que hablen por mi”, le comentó la expresidenta a un dirigente de su confianza luego de que diera a conocer el documento de 33 páginas en el que no hubo sorpresas respecto de su postura histórica, pero que incluyó algunas pinceladas novedosas en materia laboral, educativa y de seguridad. Cristina Kirchner se había enojado con las versiones que indicaban que compartía el estilo del Presidente en cuanto a su coraje para afrontar el debate político y económico. Por eso no se privó de calificar de “showman” al mandatario y dos días después reposteó un mensaje en el que preguntaban si Milei “es o se hace”.
Muy interesante. Me encantó. https://t.co/wUCDCLrCmJ
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) February 16, 2024
Si bien la explicación oficial que surgió desde el Instituto Patria fue que la exvicepresidenta de Alberto Fernández -mal que le pese- apuró un pronunciamiento ante la convicción de que Milei está gestando “una suerte de caos planificado” para forzar la dolarización, en los distintos sectores del peronismo sostienen por lo bajo que era imprescindible para Cristina “aparecer” en escena porque observan una aceleración de la crisis que algunos juzgan de similares proporciones a la de 2001. “Vamos derecho ahí”, deslizó el jefe de una organización social que, en las últimas semanas, recuperó la memoria de la protesta.
La propia Cristina Kirchner lo manifestó en su documento, al refrescar su versión de la caída de Fernando de la Rúa. “El presidente que había ganado en primera vuelta con más del 48% de los votos, terminó presentando su renuncia después de declarar el estadio de sitio que provocó represión y 38 muertos en la Plaza de Mayo y en distintos lugares del país”, escribió. Fue una forma de advertirle a Milei que si no soluciona la “tercera crisis de la deuda” -que reprochó enteramente a Mauricio Macri-, entonces no valdrán tanto los votos que sacó en las elecciones y que verá desplomarse su legitimidad de ejercicio.
“En el momento en que la gente empiece a asumir el ajuste, (Milei) se va a caer como un piano”, dijo prácticamente en un susurro un funcionario bonaerense, que agregó: “Ponerse a evaluar escenarios futuros no tiene mucho sentido, si no se sabe si van a durar seis meses o cuatro años”. En esa misma línea, un diputado del PJ ofreció su propia lectura: “Cristina hubiese preferido seguir en silencio, pero es Milei el que está acelerando y no sabemos dónde ni cómo va a terminar su carrera”, sostuvo con un tono que mezcló la incertidumbre con el aviso propio de quien luego dirá “yo te lo dije”.
Una encuesta reciente que hizo la consultora Opina Argentina, que dirige Facundo Nejamkis, situó a Cristina Kirchner con una imagen negativa del 63% de los consultados, una valoración que compartió con Mauricio Macri, su antagonista natural en las últimas dos décadas. Pero lo que le interesa a la expresidenta ahora no es confrontar con el fundador de Pro, sino polarizar con Milei. En los grupúsculos que conforman al peronismo entendieron y avalaron ese objetivo. “Ya no se discute con Macri: si a Milei le va bien, él se lleva las medallas; si le va mal, arrastra también a Pro”, analizó un operador vinculado a los gobernadores.
En cambio, en el variopinto mundillo peronista sorprendió que Milei le respondió a Cristina con mucha menos virulencia que a Lali Espósito. De hecho, dijo que el documento de la expresidenta es “consistente” con su postura de siempre y no profirió ningún adjetivo calificativo en su contra. Además, exhibió una señal de respeto político al mostrarle a los periodistas de la señal LN+ cómo había subrayado y realizado anotaciones sobre el texto de Cristina. En el PJ kirchnerista anotaron que el Presidente tomó en serio el documento y diferenciaron su actitud con la de otros miembros del gobierno como Luis Caputo.
Milei leyó y subrayó las 33 páginas de CFK. También hizo anotaciones al respecto. Esta noche desde las 21 con @majulluis y @PRossiOficial cuenta qué le pareció en @lanacionmas. pic.twitter.com/mU3zbFfNfE
— Esteban Trebucq (@trebuquero) February 14, 2024
A la evidente intención de recuperar la centralidad perdida -la publicación del documento no provocó el mismo efecto sorpresa que hasta no hace mucho tiempo conseguía Cristina- y de proyectar un escenario de polarización con Milei, la jefa del kirchnerismo le adosó mensajes de clara lectura interna. Por caso, cuando esgrimió el artículo 29 de la Constitución para advertir que el “canje de recursos” entre el gobierno nacional y las provincias -en medio de negociaciones como las que tuvieron lugar antes de que cayera la ley ómnibus- puede rotular a sus protagonistas como “infames traidores a la patria”. En el peronismo se acordaron entonces de los tres diputados a los que ya apodan como “tucumanos traidores”.
El pago chico
Pero Cristina tiene un problema en su pago chico. Antes que mirar a los gobernadores, algunos de los cuales tienen actitudes verdaderamente oscilantes -el caso del salteño Gustavo Sáenz es comentado con saña en los últimos días-, la expresidenta debió interceder para frenar una interna cada vez más fuerte entre su hijo Máximo Kirchner y el gobernador Axel Kicillof. A tal punto se vio la mano de “la jefa” en el kirchnerismo que a las pocas horas de la publicación del documento, el jefe camporista y su economista preferido cruzaron gestos de buena voluntad tanto en privado como a través de las redes sociales.
Feliz cumpleaños Máximo✌️ pic.twitter.com/S3WfpDbfGG
— Axel Kicillof (@Kicillofok) February 16, 2024
El cariñito que el gobernador le dedicó el viernes al diputado por su cumpleaños 47 fue correspondido por el primogénito de Néstor Kirchner con una comunicación política de La Cámpora: “Máximo Kirchner presentó esta tarde un proyecto de ley, trabajado junto al gobernador Axel Kicillof, para proteger el Fondo Nacional de Incentivo Docente y garantizar su permanencia, evitando que quede atada a la discrecionalidad del gobierno de turno”, indicó la agrupación otrora juvenil. Buscó, de esa forma, escenificar que ambos depusieron sus broncas recurrentes para pasar a colaborar en un proyecto conjunto.
¿Será efectivamente así? Hace tiempo que en el peronismo se preguntan quién será el heredero político de Cristina Kirchner. De ahí que las fricciones entre Máximo y Kicillof se hayan vuelto cíclicas. En la situación económica que pintó la expresidenta, el diputado y el gobernador tendrán que cerrar filas para “defender a la provincia de Buenos Aires”, dijo un peronista bonaerense, ante lo que consideran como un “ataque masivo” a la población por parte de Milei. Ya se sabe que el conurbano bonaerense es un territorio dominado por el kirchnerismo, pero que a la vez oficia como su “último bastión”.
Máximo Kirchner presentó esta tarde un proyecto de ley, trabajado junto al gobernador Axel Kicillof, para proteger el Fondo Nacional de Incentivo Docente y garantizar su permanencia, evitando que quede atada a la discrecionalidad del gobierno de turno. https://t.co/Ubbwm2oY1a
— La Cámpora (@la_campora) February 16, 2024
Además del formal reclamo de fondos que Kicillof le hace a Milei, la “defensa” de la Provincia también se apostará en los puentes de acceso a la ciudad de Buenos Aires. El próximo jueves 22, distintas organizaciones afines al kirchnerismo marcharán a los puentes Pueyrredón, La Noria y Saavedra para reclamar la restitución de los alimentos para los comedores populares. Pero no subirán a los puentes, sino que se quedarán del lado bonaerense. Allí no rige la aplicación del protocolo antipiquetes. La imagen ofrecerá todo un símbolo de lo que, para Cristina Kirchner y para buena parte del peronismo, se pondrá en juego en los próximos meses.
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