Cristina encabezó otro acto político y después se hizo un chequeo médico
Al mediodía estuvo en el conurbano, donde pidió garantizar la "gobernabilidad"; después habló con Macri y más tarde se hizo un estudio en la Fundación Favaloro
Cuando le faltaban sólo cinco días para entregar el poder, la presidenta Cristina Kirchner volvió a acaparar la atención pública, como a lo largo de todo su mandato. Al mediodía encabezó un nuevo acto, en este caso para inaugurar la primera etapa de electrificación de la línea del Ferrocarril General Roca, ramal Constitución-La Plata, en donde prometió "aportar gobernabilidad" al futuro gobierno.
Después de las tres de la tarde habló con Mauricio Macri sobre las características que tendrá el traspaso de mando el 10 de diciembre (ver página 14). Y más tarde sorprendió el dato de que había ido a la Fundación Favaloro para realizarse una tomografía axial computada.
El dato fue revelado a través de fuentes del propio sanatorio, quienes precisaron que se trató de un estudio de rutina vinculado a la operación de cráneo que le practicaron en octubre de 2013. Recién a las 22.30 se emitió un comunicado con la firma doctor Cristian Fuster, director médico del Hospital Universitario Fundación Favaloro, en el cual se especificó que "en el día de la fecha la Señora Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, concurrió al Hospital Universitario Fundación Favaloro para completar su chequeo anual, resultando el mismo satisfactorio".
Una fuente del Gobierno que conversó a la noche con la mandataria dijo a LA NACION que se encontraba en la quinta presidencial y que estaba en perfectas condiciones. De hecho se encargó de autorizar en persona al vicepresidente Amado Boudou a emitir un comunicado sobre la ceremonia de traspaso.
La jornada se había iniciado con un acto en la localidad bonaerense de Don Bosco, Quilmes, donde advirtió que a la nueva administración de distinto signo político "no le haremos todo lo que nos hicieron a nosotros". Si bien instó a la unidad de los "argentinos", llamó a sus seguidores a "empuñarlas banderas". También lanzó un filoso mensaje hacia adentro del peronismo, que vive momentos de reacomodamiento tras la derrota de Daniel Scioli. "Traidores y traiciones hubo siempre. Son necesarios. Si no hay traidores, no hay leales."
A su lado estaba el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, que la acompañó en el acto de inauguración de las obras ferroviarias. La decisión de Randazzo de no ser candidato en las últimas elecciones movió el tablero político dentro del peronismo y generó el enojo de la Presidenta.
A la convocatoria también asistieron el ex candidato a vicepresidente y secretario legal y técnico, Carlos Zannini; los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Planificación, Julio de Vido, y los intendentes de Quilmes, Francisco "Barba" Gutiérrez, y de Berazategui, Patricio Mussi, entre otros funcionarios. "Tenemos la inmensa responsabilidad de aportar gobernabilidad al país. Somos una fuerza política que no le vamos a hacer a un gobierno, aunque no sea de nuestro signo político, lo mismo que nos hicieron a nosotros", agregó Cristina, que pese a la derrota intenta mantener su poder dentro del peronismo. Después resaltó: "La gobernabilidad no es que cuatro dirigentes se pongan de acuerdo; es volver a bajar todos los compañeros al territorio, a los barrios, a las fábricas".
En un clima tenso en el PJ, la Presidenta pidió que "no nos distraigamos en cuestiones internas, ni «zutanito», ni «menganito» ni «perenganito». Perón siempre decía que no hubiera existido el cristianismo sin Judas. El problema no es Judas, el problema es la fe y las convicciones". Y siguió: "No nos detengamos en lo pequeño, en lo chiquito, en los que no entienden. Al contrario: tratemos de convencerlos y, si no, que sigan hablando", arengó.
Después de ocho años al frente del Ejecutivo nacional, tras 12 años de kirchnerismo y a punto de dejar el poder, Cristina Kirchner lideró su penúltima aparición pública antes del acto convocado para el miércoles 9 en la Casa Rosada, donde tiene previsto inaugurar un busto de su fallecido marido, el ex presidente Néstor Kirchner.
En su enérgico discurso, la jefa del Estado hizo una exhortación: "Es importante que nos unamos entre los argentinos y entre los compatriotas porque una de las cuestiones fundamentales de nuestra historia ha sido dividirnos y enfrentarnos con falsos dilemas y antinomias", sentenció.
"Por ahí no todos tienen la inteligencia ni la claridad de que son falsas las antinomias, que son cuestiones formales y que no hacen al fondo, y cuando se dan cuenta ya es demasiadotarde", expresó.
En el mismo sentido, Cristina Kirchner volvió a defender su gestión al remarcar que "los derechos que han conquistado" a lo largo de los 12 años de kirchnerismo "son de cada uno". Tras advertir que "si hay que ir solos, iremos solos", la Presidenta volvió a conminar a la sociedad a que "empuñen fuerte las banderas y no las suelten nunca más".
Randazzo, feliz con Cristina
Después del cruce que protagonizó con la Presidenta por su negativa a ser candidato, Florencio Randazzo aseguró ayer sentirse "feliz" por haber acompañado a la Presidenta hasta el último día de su gestión. "La mejor manera de tributar a una idea política es honrando los desafíos que afrontamos", dijo.
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