Crisis en la UCR: De Loredo resiste los embates de Lousteau y Manes, que buscan desbancarlo de la conducción del bloque
El jefe de la bancada de diputados radicales ratificó que, de ahora en más, las futuras votaciones se definirán por la regla de la mayoría; rechazo del ala dura
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Tras la tumultuosa reunión de bloque celebrada anoche, el cordobés Rodrigo de Loredo resiste la presión del tándem que conforman Facundo Manes y Martín Lousteau e intenta mantenerse firme al frente de la bancada de diputados del radicalismo. Cuenta por ahora con el apoyo de más de la mitad de sus integrantes, aunque los disconformes con su conducción intentan sumar más voluntades para desbancarlo a fin de año.
Este bloque, con sus 33 integrantes, es clave porque suele inclinar la balanza a favor o en contra del oficialismo en las votaciones más ajustadas. Una rápida radiografía de la bancada permite discernir al menos tres tribus que conviven bajo la jefatura de De Loredo: quienes ejercen una oposición cerril al oficialismo –una docena de diputados enrolados detrás de las figuras de Manes y Lousteau–; los que, por convicción o conveniencia electoral buscan acercarse al gobierno de Javier Milei –con el tucumano Mariano Cantero como la voz más estentórea– y los “racionales”, que pretenden que el bloque preserve un perfil de oposición moderada y centrista.
De Loredo ancla sus apoyos en estos dos últimos grupos. Afirma contar con al menos una veintena de correligionarios dispuestos a sostener su conducción. Allí conviven diputados que responden a los gobernadores radicales Alfredo Cornejo (Mendoza), Carlos Sadir (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Leandro Zdero (Chaco) y referentes partidarios de distintas provincias, como Karina Banfi (Buenos Aires), Martín Tetaz (CABA) y Gabriela Brouwer de Koning (Córdoba).
Con estos apoyos De Loredo evitó que fueran expulsados los cinco diputados conversos que apoyaron el veto presidencial a la ley jubilatoria, pese a que dos meses antes la habían votado a favor. Desoyó los cuestionamientos de Lousteau y Manes, que pretendían un castigo ejemplar para los cinco rebeldes y evitar así más fugas que contribuyan a que Milei pueda vetar cualquier ley sin temor a que la oposición reúna dos tercios para insistir en ella.
“No es cuestión de votar distinto. Cinco diputados votaron a favor de la recomposición de jubilados y dos meses después fueron a Olivos, se sacaron una foto con el Presidente sonriendo y votaron en contra de lo que habían votado –despotricó Lousteau–. No es un tema de si todos votan igual. Es un tema de que ellos por prebendas o ventajas personales traicionaron a los jubilados y fueron en contra de la postura del partido en este tema”.
De Loredo rechazó los argumentos del jefe de su partido. Es más: sostuvo que la decisión que tomó la Convención Nacional del partido –que preside Gastón Manes– de suspender preventivamente las afiliaciones de Campero, Luis Picat, Martín Arjol y Pablo Cervi “es selectiva y parcial”. Incluso sostuvo que es ilegal porque no se les garantizó a los cuatro legisladores un derecho a la defensa.
“Hay decenas de otros casos de dirigentes que han competido contra la UCR y no fueron sancionados. Es arbitraria y deviene en ilegal toda vez que toda decisión sancionatoria de un órgano institucional debe garantizar, ante todo, un derecho a la defensa. Los diputados no fueron notificados para dar sus argumentos; nuestro bloque tampoco. No comparto la postura que tomaron los diputados, pero tengo plena conciencia de que se trata de diputados honorables, de prestigio en su distrito y de mucha trayectoria”, enfatizó De Loredo.
La regla de la mayoría
En la reunión de bloque, el cordobés intentó una segunda jugada que fue automáticamente resistida por el ala dura: de ahora en adelante las decisiones se tomarán por mayoría y las minorías deberán acompañar. “De no hacerlo, deberán dar las explicaciones de no atenerse a lo resuelto democráticamente por la institución del bloque”, advirtió.
Sin embargo, esta medida no llegó a votarse anoche en el bloque: entre gritos y portazos, los diputados enrolados en el ala dura se retiraron, dejando semivacía la reunión. No obstante, la conducción de la bancada emitió, sobre el filo de la medianoche, un comunicado dando por resuelta la medida.
“No echamos a nadie del bloque por un sentido de responsabilidad, pero tampoco le andamos rogando a nadie que se quede. De manera que aquellos que no se sientan cómodos con la postura que mayoritaria y democráticamente tome el bloque del radicalismo, pueden hacer lo que quieran”, retrucó De Loredo.
La tropa de Lousteau y Manes desconoció el comunicado, lo que no hizo otra cosa que exacerbar los ánimos internos. De todas maneras, confirmaron que no se marcharán del bloque.
En la reunión de @diputadosucr realizada esta tarde, se llevó a cabo una votación con la participación de solo 4 o 5 personas, un número que claramente no representa la mayoría del bloque. Así no se definen los caminos a seguir. https://t.co/mPyFwrRh9U
— Marcela Coli (@Marcelacoli63) September 18, 2024
“No le vamos a entregar la UCR al gobierno de Milei”, retrucó el formoseño Fernando Carabajal.
“A ningún jefe de bloque se le puede pasar que cinco diputados suyos aparezcan en la Casa Rosada. O que tengamos diputados del radicalismo comiendo en Olivos (en alusión al asado al que convocó Milei para homenajear a quienes resistieron el veto), mientras lo que van a pagar por cabeza es muchísimo más que lo que queríamos darle en aumento a los jubilados. Es un insulto a la gente”, agregó Pablo Jiuliano.
Con un bloque balcanizado, reflejo de un partido dividido entre opositores cerriles y dialoguistas que tienen una mirada cooperativa con el Gobierno, De Loredo intenta pasar la página y mirar hacia la agenda parlamentaria futura. Le esperan el presupuesto 2025 y el posible veto a la ley de financiamiento universitario, otra medida con la que el Gobierno buscará desafiar la integridad del radicalismo, autor de la iniciativa.
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