Crecen los reclamos por salarios y despidos en el gremio de Caló
Pese al alineamiento con el Gobierno, hay conflictos en el Sur, Córdoba y Rosario
En las bases de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) crece el malestar con la cúpula nacional del gremio que encabeza Antonio Caló. Pese al alineamiento de su jefe con la Casa Rosada, se agudizan las demandas por subas salariales y se extienden los conflictos de los metalúrgicos en diferentes puntos del país. Y sucede con un agravante: los problemas se dan en algunos de los sectores estrella del crecimiento industrial que propicia el Gobierno: autopartes, artículos electrónicos y productos de línea blanca.
Uno de los casos que mayor relevancia ganaron en las últimas semanas es el de las industrias de electrónica en Río Grande, Tierra del Fuego, donde se denunció el cesanteo de 3000 trabajadores. Además, en Córdoba, algunos conflictos puntuales en empresas están derivando en un fuerte reclamo de recomposición salarial por encima del acuerdo paritario nacional. Y la escalada sigue en Rosario, donde un conflicto en la fábrica de electrodomésticos Liliana enfrenta a los delegados con la dirigencia de la UOM.
En Tierra del Fuego, las industrias de electrónicos, fuertemente dependientes de insumos externos, acusan el golpe de la devaluación y los problemas con las importaciones. Las estimaciones van desde los 1000 trabajadores afectados a más de 3000. Además, este año había una fuerte expectativa por las ventas de televisores en las vísperas del Mundial de fútbol. Aunque hay diferencias en las cifras, distintos sectores confirman que este año habrá menos contratos. Y también se advierte sobre un fuerte reclamo de recomposición de los salarios por el impacto de la inflación, magnificado en esa región por los altos costos de vida.
El secretario general de la UOM en Río Grande, Oscar Martínez, es diputado nacional por el Frente para la Victoria. Así y todo, la semana pasada encabezó una protesta para reclamar por la reincorporación de los trabajadores de la industria de los electrodomésticos. "No vamos a medir ningún esfuerzo y esta marcha en ese sentido nos fortalece", dijo Martínez sobre la negociación salarial. A diferencia de otros dirigentes, evitó criticar a la conducción nacional de la UOM.
En Córdoba, el caso más resonante, pero no el único, es el de la fábrica de autopartes Valeo. La fábrica está tomada por el reclamo de 68 empleados que perdieron su trabajo por despidos y suspensiones. Este conflicto afecta directamente a automotrices como Renault, Peugeot, Toyota, Volkswagen y Fiat.
"Llevamos 15 días de paro total y ocupación pacífica de la planta", explicó el delegado de Valeo Leandro Sánchez. Y dijo que continuarán "con la medida de fuerza hasta lograr la reincorporación de los trabajadores y la recomposición salarial". Reclaman, además, por la eliminación del impuesto a las ganancias y la ampliación de las asignaciones familiares.
La seccional cordobesa de la UOM aprobó una moción de apoyo a los trabajadores de Valeo y reclamó un aumento del 25% por encima del acuerdo paritario nacional.
En Córdoba se está dando un hecho curioso: las dos vertientes de la CGT están en proceso de reunificación, al menos a la hora de reclamar. Ya hubo coincidencias en dos movilizaciones y hasta hubo señales de respaldo.
Acusaciones en Rosario
En Rosario un conflicto en la empresa de electrodomésticos Liliana enfrenta a los trabajadores con la dirección local de la UOM. El problema comenzó con despidos, que, según denuncian los trabajadores, cuentan con la "complicidad" del sindicato.
"Quieren separar a quienes hacemos reclamos por los salarios que tenemos, que son de $ 4200 mensuales", dijo el delegado despedido Abraham Beloso.
La huelga en Liliana lleva unos once días y hasta hubo un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad . Beloso denuncia que "hay temor por los rumores de que se esté organizando una patota desde el sindicato porque fracasó el intento de represión policial".
Los conflictos en Tierra del Fuego, Córdoba y Rosario son una muestra del creciente malestar entre los metalúrgicos, según los dirigentes gremiales provinciales.
Muchos de ellos se sintieron identificados con Caló cuando el jefe manifestó que con los salarios "no alcanzaba para comer". Esta expresión le valió un reto de Cristina Kirchner por cadena nacional. Pero ahora, a poco de cerrar la paritaria, le exigen a Caló una mayor intervención.
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