Crecen las peleas en la UCR por su relación con Pro: Manes busca resurgir y Morales apura su candidatura
La disputa entre Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por el liderazgo opositor genera realineamientos en el radicalismo, donde resurge la idea de tener un candidato a presidente propio
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El tablero de la UCR se mueve al ritmo de la interna nacional de Pro. En medio de los realineamientos que provoca en la cúpula del radicalismo el armado electoral, vuelve a emerger en el centenario partido la idea de disputar la presidencia con un candidato propio.
La tensa disputa entre Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por el liderazgo opositor agita el ambiente del radicalismo. En momentos en que la UCR carece de un liderazgo claro y luce atomizada, los proyectos personales de la fuerza quedaron impregnados de la pulseada nacional entre Macri y sus herederos en Pro por la estrategia para recuperar el poder. Sin un referente que sea lo suficientemente competitivo en los sondeos para inquietar a Pro, el radicalismo comenzó a exhibir fisuras y tensiones en su esquema. Y el plan de abandonar el rol de partenaire en la coalición opositora y disputar el liderazgo del espacio con sus socios de Pro había quedado al borde del naufragio.
Pese a los acercamientos de referentes nacionales de la UCR a Larreta y Bullrich, las figuras más taquilleras de Juntos por el Cambio, según la mayoría de las encuestas, Gerardo Morales y Facundo Manes buscan seguir en carrera. Distanciados, ambos procuran mejorar su nivel de conocimiento y posicionamiento a nivel nacional. Necesitan incrementar sus posibilidades electorales antes del cierre de listas, previsto para el 24 de junio.
Tanto la reaparición de Macri en el escenario como la carrera de Larreta y Bullrich para ubicarse en la pole position de la grilla de 2023 provocan reacomodamientos en el radicalismo. Si bien preserva el vínculo con Bullrich -se verán el martes en la sede de Pro en Balcarce en una nueva cumbre la mesa de conducción de JxC- Morales cerró filas con Larreta ante la ofensiva de Macri para redefinir la fisonomía de la coalición opositora y fijar los ejes del relato de proyecto de país que presentará el espacio a la sociedad durante la campaña.
Esa estrategia de Morales despertó críticas en la UCR. Un sector del partido reniega de su estilo de conducción. Es más: acusan al jujeño de haberse “acomodado” en la interna de Pro. En lugar de coquetear con Larreta, creen que la UCR debe fortalecer su posición y ganar volumen para equilibrar a JxC. No quieren reeditar la experiencia de 2015, es decir, volver a ocupar el rol secundario. Confían en la capilaridad del partido y apuestan a instalar más candidatos a gobernador, como Carolina Losada en Santa Fe, para reclamar el volante de la coalición a Pro. A ese planteo lo empujan desde Maximiliano Abad o Ernesto Sanz hasta los Manes.
Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes, también quiere ser protagonista del futuro. En una semana recibió a Bullrich, Morales, Manes y Larreta. A su vez, mantiene su buena sintonía con Macri. Puja por lograr una mayor sinergia en el espacio: está convencido de que JxC “debe ser un gobierno de coalición” en 2023. El sábado cenó con Larreta, Morales y Maximiliano Ferraro, titular de la CC, en la Fiesta Nacional del Chamamé. Losada y Luis Naidenoff también pasaron por el festival, pero con un guiño “halcón”. El jueves buscaron a Bullrich por su hotel para ir juntos al baile.
El nuevo eje de Morales
Morales se siente cómodo en el ala moderada de JxC. Con Larreta coinciden en los lineamientos centrales del programa -la cumbre de economistas en Mar del Plata les permitió llegar a puntos de acuerdo en su filosofía económica- y en la creencia de que el conglomerado opositor debe blindarse de los planteos de la derecha extrema. Para ambos, el libertario Javier Milei es un límite y no encaja en sus proyectos políticos. Es más, el jujeño considera que es funcional al kirchnerismo: “Lo pusieron ellos para seguir en el poder”, dicen cerca de Morales. Para Macri y Bullrich, en cambio, el economista -que mide bien en Buenos Aires y Córdoba- puede ser un socio en el futuro, sobre todo, en el Congreso.
Para darle musculatura al eje moderado, Larreta y Morales articularon en tándem para seducir a Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica. El jujeño tuvo dos encuentros con Lilita en Exaltación de la Cruz en las últimas semanas. El primero fue para cerrar un preacuerdo electoral. A la segunda reunión asistieron los equipos técnicos. Consensuaron hacer hincapié en la reconstrucción de la clase media y desarrollar un plan productivo que sea “disruptivo” . Como había ocurrido en Mar del Plata, Morales llegó acompañado por Eduardo Levy Yeyati, su principal referente económico, quien trabaja en el armado del plan de JxC. Con esa escudería de “palomas”, el gobernador de Jujuy pretende quitarle poder de influencia a Macri, quien revalidó su centralidad en JxC y busca imponer las políticas a sus socios. “Mauricio quiere mantener su lugar para disciplinar”, comenta un cacique de la UCR.
Pese a que armó un bloque con Larreta y la CC, Morales dice a los suyos que prefiere no entretenerse con la “telenovela” de Pro. Con Macri no habla hace varios meses. Ahora duda de que el fundador de Pro aspire a disputar la presidencia, pero nota que tensiona para ser el gran elector y fijar condiciones. Mientras el expresidente “deshoja la margarita” sobre su futuro, como dicen en el entorno del radical, el jefe de la UCR acelera su plan presidencial. Sabe que corre de atrás y que Larreta o Bullrich pican en punta, pero confía en sus chances. Su principal déficit es el nivel de desconocimiento de su figura que reflejan las encuestas, sobre todo, en el interior. Pese a que sus detractores internos consideran que ya cerró un acuerdo con Larreta para integrar la fórmula como candidato a vice, Morales insiste ante los suyos que se lanzará a fines de febrero o marzo. Su objetivo es ser competitivo para mediados de abril. “Si mide 12 o 13 puntos, va a ser candidato a presidente”, afirman cerca de Morales. En un clima de incertidumbre por la crisis económica, sus armadores visualizan un escenario “abierto”. Con la llave del partido nacional en su poder, el jujeño podría negociar un lugar en una fórmula -en caso de que sean mixtas- o ser candidato a senador nacional. “En mayo se verá”, transmite a sus leales.
¿Todos contra Macri?
Dentro del universo de la UCR, Morales mantiene su alianza táctica con Martín Lousteau, líder de Evolución Radical, y está enfrentado a Alfredo Cornejo, quien orbita cerca de Bullrich y Macri. Lousteau también es un socio clave para el proyecto presidencial del larretismo. Otro protagonista de la foto “beatle” en Mar del Plata. De hecho, el alcalde estira la definición sobre su sucesión para no dañar el vínculo con el senador, aspirante a jefe porteño. Lousteau quedó atado a su alianza con Larreta -se puso “un corsé”, según sus contrincantes en la UCR-, pero apuesta a minar el país con postulantes de su fuerza, como Rodrigo de Loredo (Córdoba), Pablo Cervi (Neuquén), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Martín Tetaz (Buenos Aires), para incrementar su capital y tener poder de fuego. En su fuerza también se cuela la interna de Pro: los permanentes guiños de Tetaz y De Loredo a Macri generan ruidos y malestar en la cima de Evolución.
Morales está convencido de que JxC debe preservar la unidad si quiere tener chances de regresar a la Casa Rosada y limar asperezas en base a los acuerdos programáticos. Pero las diferencias entre Pro y la UCR por el armado electoral amenazan sus planes. Pese a su enemistad con Cornejo, el jujeño intervino para frenar la avanzada de Omar de Marchi (Pro), alfil de Larreta, en Mendoza, bastión radical. En charlas cerradas los laderos de Morales sugieren que Cornejo debería tener una postura más concesiva con De Marchi, quien amenaza con una ruptura. Las crisis en Río Negro y Neuquén también preocupan al jefe de la UCR.
La crisis de Manes
Con ese telón de fondo, Manes desea resurgir de su crisis más profunda. Después de un largo silencio y del temblor que generó en su armado presidencial su embestida contra Macri, a quien acusó de haber hecho populismo institucional y de haber estado vinculado al espionaje ilegal, el médico planea su reaparición. El desencanto con sus socios de la UCR, que le soltaron la mano en su hora más oscura, y su animadversión a la “rosca” política empujaron al neurólogo a replantear su futuro.
Quienes lo rodean aseguran que necesitaba alejarse de los laberintos de la política y replantear su rumbo. “Entró a boxes y ahora quiere volver a la pista”, sintetizan cerca suyo. Muchos de sus correligionarios lo notan “caído” y apagado desde que se tomó vacaciones. Pero, sobre todo, lo ven distanciado de la dirigencia política, con “posturas fundamentalistas”. Creen que no podrá remontar en la carrera presidencial tras sus últimos tropiezos políticos. En cambio, los asesores del médico relativizan el impacto de su ausencia del debate público, ya que coincidió con el clima de efervescencia por el Mundial y las fiestas de fin de año.
Con la idea de renacer, Manes reunió el martes pasado a su equipo en su búnker para rediseñar su estrategia y debatir su discurso. Se siente más outsider que nunca y quiere dar un golpe de timón ante lo que considera una “nueva oportunidad”. Es que percibe una consolidación del hartazgo social con la clase dirigente. Reniega de la lógica de la construcción política tradicional y apelará a su fórmula: reforzar su perfil “carismático” y su narrativa de científico.
En la cumbre de su mesa chica estuvieron su hermano Gastón y el consultor Gastón Douek, socio de Guillermo Seita en Prosumia, conocido como “el señor de los trolls”, entre otros colaboradores. Encargado de la parte “creativa”, Douek fue el ideólogo de la gira nacional del médico en 2022 y el autor de “Empatía”. Por ahora, Manes no planea un nuevo tour.
El consultor Sergio Doval, exCEO de Taquion, ya no integra el equipo de campaña del neurólogo. Se alejó luego de terminara una “etapa de diagnóstico” de la estructura política del médico. Fueron unos 45 días al lado de los Manes. Ahora sigue con proyectos en Europa y su nueva productora de contenidos, Lumos.
También hubo cambios en el esquema político de Manes. Los dirigentes radicales Josefina Mendoza -ya se sumó a Evolución Radical- y Manuel Terradez se distanciaron del proyecto del neurólogo. Con Morales no hubo acuerdo por la interna y tampoco hay diálogo fluido. Manes se volvió una carta indescifrable para los caciques radicales.
El médico, que aún retiene el apoyo de Sanz, uno de sus consejeros en las sombras, tiene en mente renovar su pedido de fortalecer al radicalismo y ampliar a la coalición. Insistirá en convocar a sectores desencantados con el gobierno. Mira a peronistas de peso del interior, no alineados con el kirchnerismo. ¿Piensa en Juan Schiaretti?
Frente al resurgimiento de Macri, el neurólogo ratificará su apuesta a una propuesta de “centro popular”, por más que hasta ahora no haya logrado seducir, y cree que la sociedad podría buscar una “figura nueva”. Quiere ser una suerte de Milei de la “avenida del medio”, que juegue con las reglas de sistema y respete las instituciones.
Sus detractores internos en la UCR sospechan que volverá con intenciones de patear el tablero y que tensionará a la coalición con una ola de críticas. Les inquieta que dispare con munición gruesa contra Pro, pero también a los radicales como Morales y Lousteau que tomaron distancia de su proyecto. Ese tema fue conversado durante las tertulias radicales en Corrientes, donde Manes se vio con varios correligionarios en medio de la fiesta del chamamé. “Estaban todos sorprendidos con las cosas que dijo. Va a quemar naves para ver si puede ser candidato”, desliza un referente radical. El domingo, en diálogo con Infobae, el médico arremetió contra los “halcones”, las “palomas” que hacen un uso “propagandístico” del Estado y los “acuerdistas” que solo buscan un cargo. Un anticipo.
Como en el caso de Milei, en un sector del radicalismo comienzan a dudar de las intenciones de Manes. Entre los máximos dirigentes de la UCR circula un temor: que Manes tenga diálogos o asistencia de sectores ligados al oficialismo. Cerca del médico niegan esas supuestas aproximaciones. Y recuerda que aquellos que tienen vínculos personales con Sergio Massa son otros “altos dirigentes de JxC”, en relación a Morales y Larreta. “No saben cómo bajarlo a Facundo”, afirman.
Hace apenas un año y medio, los popes de la UCR habían ido a buscar a Manes a su casa para pedirle que fuera candidato en Buenos Aires. ¿Ensoñaciones electorales o falta de empatía?
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