Crece el escándalo detrás de la investigación por el robo a Massa
Denuncian maniobras para anular la causa en el juicio en el que fue condenado el prefecto
Si se avizoraba un escándalo con las escuchas en las que el prefecto Alcides Díaz Gorgonio, que asaltó la casa de Sergio Massa en julio de 2013, decía ser agente de inteligencia, las declaraciones recogidas durante el juicio oral que anteayer terminó condenándolo por robo triple agravado prometen amplificar la magnitud de esa presunción.
En el centro de la escena quedó César Jaunarena, un joven jornalero que ofició como testigo en los allanamientos en los que se encontraron dinero y alhajas robadas a Massa. Semanas después, se presentó ante el fiscal de la UFI 1 de Pilar, Carlos Washington Palacios, para denunciar graves irregularidades en esos procedimientos y amenazas contra él y su madre.
Pero anteayer, ante los jueces María Coelho, Eduardo Lavenia y María Elena Márquez, del Tribunal en lo Criminal N° 7 de San Isidro, Jaunarena se desdijo: primero, ratificó los allanamientos y luego, ante las primeras preguntas de los magistrados, indicó que la historia sobre las irregularidades que denunció ante Palacios habrían sido patrocinadas por el abogado Tomás Pérez Bodría, ex concejal kirchnerista de Pilar.
LA NACION accedió al expediente del juez Palacios, que se inició a partir de una denuncia de Jaunarena firmada por la abogada Lorena Silvina Castro (durante el juicio, Jaunarena dijo que no la conocía). El 25 de noviembre de 2014, Jaunarena denunció ante Palacios amenazas e irregularidades en los allanamientos ordenados por el fiscal de Tigre Mariano Magaz, a cargo de la investigación del robo a Massa.
Dijo que no vio cuando se encontró el arma con silenciador del prefecto en el domicilio de Florida 1202, Rincón de Milberg, y que no pudo ingresar al segundo domicilio allanado, en la ruta 197, número 2146, General Pacheco. Y que en ese lugar vio que el ex jefe de Seguridad de Tigre, Diego Santillán (que no figura en el acta de Magaz), entró a la casa con un bolso vacío y salió con uno "abultado".
Jaunarena declaró que luego regresaron a Florida 1202 y que allí le mostraron fajos de dinero que no habían aparecido en la primera requisa, además de una bolsa con alhajas. Reveló que, cuando fue citado a declarar días después, el fiscal Magaz le indicó "que no diga que se encontró más dinero" porque "Massa no lo tenía declarado".
Palacios también señaló serias irregularidades en el acta del allanamiento y tomó la denuncia de la mujer del prefecto, Graciela Garate, quien sostuvo que se habían llevado dinero propio durante el operativo.
Anteayer, en el juicio, los testigos ratificaron el procedimiento dirigido por Magaz y dieron por el suelo con la escena que recogió Palacios. Su testigo clave, Jaunarena, pronunció términos técnicos que, ante la consulta de los jueces, no pudo explicar.
"De ahí en adelante fue la debacle", indicaron fuentes de la causa a LA NACION: Jaunarena habría terminado reconociendo que Pérez Bodría fue quien dirigió sus dichos y que le habría mostrado fotos de Santillán, para ubicarlo en la escena. También el comisario Gabriel Natiello, quien participó del allanamiento, dijo que fue convocado por Pérez Bodría para cambiar su testimonio. Y ubicó en la escena a Palacios.
"Las denuncias contra Palacios y contra mí buscan ocultar la irregular presencia de Santillán en los allanamientos", escribió ayer Pérez Bodría en Twitter.
"Hay que lograr que Jaunarena declare sin presiones", señalaron ayer en los tribunales, donde esperan recibir más novedades del fiscal de Delitos Complejos de San Isidro, Claudio Scapolán, que en otro expediente investiga si Palacios estaba armando una causa para derribar la investigación del robo.
Las fuentes señalaron que habría escuchas que probarían esa maniobra y que Scapolán investiga la promesa de pago de $ 300.000 a Jaunarena para cambiar su testimonio. En el centro de la maniobra, se ubicaría un hombre de jerarquía en la Prefectura Naval.
Ayer, Massa celebró el fallo contra Díaz Gorgonio y prometió continuar las denuncias contra Palacios. "Esperamos que esto no vuelva a pasar en la Argentina. Que el país que viene sea la Argentina de la justicia, de las fuerzas de seguridad cuidando a la gente y no delinquiendo. De las fuerzas de inteligencia cuidando a la ciudadanía y no viendo qué hace cada candidato", dijo.
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