Cortesía bajo el viento isleño

DARWIN (De un enviado especial).-Sonrisas, apretones de mano, amabilidad, todo muy polite , muy cortés, muy británico. Pero más allá de los gestos, durante las cuatro horas en que los familiares de los caídos honraron a sus muertos no se olvidaron las reivindicaciones de la soberanía sobre las islas Malvinas.

No hicieron falta exhibiciones de la bandera argentina ni cantar el himno. Estaba dentro de lo previsto que no hubiera estas manifestaciones para no irritar los ánimos de los muy bien predispuestos habitantes de las islas. Fue el presidente de la Comisión de Familiares de los Caídos, Héctor Cisneros, quien, antes de la misa, dijo claramente que a pesar de que los isleños se oponen a discutir la soberanía eso no impidió negociar el homenaje. Dijo que pudieron acordar el viaje porque los ingleses tienen "el mismo sentido del honor" que los argentinos para honrar a los que murieron en la guerra.

El sacerdote Sebastián Bombín, en cambio, fue más explícito: "Los argentinos murieron defendiendo la tierra argentina. Es nuestra patria y la Argentina necesita de estos héroes". Del lado inglés no hubo respuesta. El vicegobernador de las islas, Paul Martinez, en esforzado castellano dijo que no había que politizar esta visita "humanitaria", pero en cambio opinó que las relaciones con la Argentina atraviesan "un momento difícil" por las diferencias sobre los temas pesqueros y petroleros.

Sobre el gobierno de Cristina Kirchner, dijo que "es duro" y por eso "no es muy popular" en estas islas.

Todo esto ocurría en el mismo cementerio de Darwin, La construcción costó 1,5 millones de dólares y se hizo en cinco meses y medio en 2005. Recién ahora se inauguró. Lo financió el empresario Eduardo Eurnekian y quien lo contactó con los familiares de los caídos hace seis años fue el entonces embajador inglés en la Argentina, sir Robin Christopher. Así lo reveló Cisneros.

Eurnekian siguió apoyando a los familiares y ayer aportó un avión privado para trasladar a una comitiva reducida de periodistas que pudo aterrizar en las Malvinas, todo un logro considerando que aún está en debate la posibilidad de que vuelos de línea argentinos puedan reanudar el contacto habitual con el continente.

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