El edicto informó que en el transcurso de una mañana de principios de marzo salió a remate un edificio de 795 metros cuadrados en pleno Núñez, más precisamente en la calle Roosevelt 1815. Había que pagar, al menos, 1,2 millones de dólares. Es una propiedad entera, en buen estado, donde funcionó durante años FM Milenium. A las 10.30, puntual, empezó la subasta. Pocos minutos después, nadie hizo la oferta por la base y el martillero se retiró sin vender. Se fijo otra fecha, entonces, con precio inicial menor.
A punto de cumplir cuatro años detenido, Lázaro Báez es testigo de cómo la Justicia Comercial convierte en millones de dólares varios de los inmuebles que formaron su imperio. El empresario patagónico subió a su avión por última vez el 5 de abril de 2016. Despegó desde Río Gallegos y cuando aterrizó en San Fernando lo esperaba una enorme comitiva de fuerzas de seguridad. Pasó en el aire los últimos minutos de libertad. Desde entonces está en la cárcel, aunque hoy podría conseguir la excarcelación y arresto domiciliario. Nadie lo incluye en las pancartas de supuestos presos políticos que levanta el kirchnerismo para enfrentar aquellos años de corrupción.
Austral Construcciones, la empresa más importante que creó Báez de la mano de la obra pública, se desintegra a través de sucesivos remates. Ya fueron vendidos 35 departamentos en la ciudad de Buenos Aires y por esas ventas se recaudaron 4.178.920 millones de dólares, de acuerdo con la reconstrucción del expediente judicial que realizó LA NACION.
El 20 de marzo iban a continuar los remates. Pero ese mismo día comenzó el aislamiento obligatorio decretado para hacer frente al nuevo coronavirus, y las subastas quedaron en pausa.
Dos dúplex de 70 metros cuadrados aproximadamente, ubicados también en la calle Roosevelt, a media cuadra de Libertador, deben seguir el camino del martillo. Cada uno tiene una base de 122.000 dólares. Un tercero en ese edificio, algo más grande, ya se vendió en 217.000 dólares.
El 1° de junio del año pasado se remató otro edificio en la misma calle, pero al 1780, que, si bien estaba subdividido en unidades funcionales, seguía a nombre de Austral Construcciones. Los nueve departamentos se vendieron en la subasta. Todos, menos el 4° A de 76,60 metros cuadrados, tienen entre 52 y 54 metros.
En total, el inmueble suma 507 metros y se pagó, en promedio, 2247 dólares cada uno. A eso se le debe sumar el IVA, que es una tasa especial de 10,5%, la comisión del rematador (3%) y sellado (0,25%). Todo se canceló en dólares y se recaudaron 1.140.420 millones.
Poco después, el 19 de junio de 2019, le tocó el turno a otro inmueble, todos de similares características y materiales, ubicado en pleno corazón del barrio de Coghlan. En Ugarte 3840, a poco del paso a nivel, se remataron 24 unidades funcionales, muchas de ellas con cochera, que iban desde los 49 metros cuadrados las más chicas hasta 70 las más grandes. El precio de venta fue, en promedio, de 2009 dólares el metro cuadrado y se recaudaron 2,85 millones de dólares.
Cuando vuelvan los remates, en Pilar, en las calles Valentín Gómez y Los Almendros, volverá a ser ofrecido un esqueleto de hormigón implantado en una esquina de mucho valor comercial. La propiedad, a pocos metros del hotel más importante de Pilar y sobre Panamericana, ya estuvo a la venta, pero en el remate no hubo oferentes. El precio fue de 3.787.500 dólares y el martillo no cayó. Habrá una segunda oportunidad y esta vez habrá que confeccionar un cheque por 3.410.000 dólares.
Terminará así el remate de los bienes más líquidos de los que se le encontraron a Austral Construcciones. De venderse todo por la base, los síndicos de la quiebra ya habrán recuperado unos 8.932.920 dólares.
Ahora bien, ¿qué significa ese monto? Mucho en términos nominales, poco si se lo compara con la deuda que se debe pagar con esas ventas. Solo para ilustrar, si se convierten esos dólares a pesos, entre los recaudados y los que podrían surgir de los remates que ya tienen fecha, la sindicatura habrá obtenido 571 millones de pesos. Poco, demasiado poco, para la cantidad de ceros de deuda que acumuló Austral Construcciones. Según un cálculo realizado por la sindicatura y presentado en el expediente, a septiembre del año pasado, ya era de 3123 millones de pesos. Dicho de otra forma: si las ventas de marzo se realizan al precio que está fijado, la quiebra dispondrá de 8,9 millones de dólares y necesitará llegar a alrededor de 55 millones para poder cancelar lo que se debe. Claro, aún quedan todas las decenas de propiedades que la empresa tiene en provincias como Santa Cruz -casas, departamentos, bienes comerciales y estancias-, Chubut y Chaco, además de algunos lotes en terrenos bonaerenses.
Con la caída del imperio Báez se empezó a conocer la magnitud de los bienes que estaban a nombre de la familia, más allá de Austral Construcciones. En septiembre de 2016, la Justicia Federal realizó el operativo más importante de la historia de Santa Cruz. Entonces, el juez Sebastián Casanello embargó más de 1000 bienes entre propiedades, vehículos, embarcaciones y aviones.
La quiebra de Austral Construcciones logró identificar, con títulos de propiedad suficientes como para poder proceder al remate, 785 vehículos, entre comerciales y maquinaria, y alrededor de 100 propiedades.
La impactante flota de vehículos de Austral Construcciones
El destino de los rodados es aún una incógnita. Sucede que, tanto la maquinaria vial como los vehículos, se deterioran cuando están sin funcionar. Entonces, la Justicia decidió entregarlos a "depositarios judiciales", un sistema de préstamo de uso que requiere que sean mantenidos. Decenas de entes públicos recibieron pequeñas porciones de aquel impresionante parque automotor que llegó a tener, por caso, 191 camionetas.
Los pedidos de maquinaria se sucedieron en el expediente. La municipalidad de Río Gallegos, Vialidad Nacional y Vialidad de Santa Cruz fueron algunos de los que recibieron algún vehículo. Maquinaria pesada y alguna camioneta también fueron a los hangares de la Fuerza Aérea y de ahí, previa autorización judicial, fueron subidos a los aviones Hércules para ser trasladadas a la Antártida Argentina. Bienes de Báez trabajan en el continente blanco.
Una quiebra que está lejos de terminar
La historia de la quiebra empezó con el cambio de autoridades nacionales en 2015. "Mi mandante -escribió el abogado de Austral Construcciones al momento de presentar en concurso preventivo- ha entrado en crisis a partir del recambio de autoridades en el ámbito del gobierno de Santa Cruz y en el gobierno nacional". Sin embargo, más allá de la argumentación política, contablemente los números mostraban otra cosa. Los síndicos escribían otros argumentos. Entonces, la sociedad, "a pesar de tener ganancias y patrimonio neto positivo, comenzó a acumular deuda de carácter previsional". En el balance que cubre 2014, Austral tuvo una pérdida de 61 millones de pesos, con una deuda a la seguridad social de 95 millones, de los cuales unos 82.128415 eran exigibles. Un año después, la pérdida llegó a 222 millones de pesos. Y ya en 2016, con la llegada del nuevo gobierno, el rojo ascendió a 122 millones de pesos, con una acreencia de parte de la Anses de 195 millones de pesos.
Así las cosas, más allá de las declamaciones políticas de los abogados de la empresa quebrada, con la AFIP acumuló una deuda de $2700 millones entre aportes a la seguridad social (impagos desde el 13 de agosto de 2013), IVA (desde el 24 de febrero de 2010 hasta diciembre de 2014) y Ganancias (con el primer incumplimiento el 13 de mayo de 2011), además de otros conceptos por ganancias sobre salidas no documentadas, vencidas desde el 16 de abril de 2010.
La quiebra resultó irremediable desde 2016, cuando los flujos se interrumpieron. "Desde entonces, más allá de la disputa inicial, la caída en desgracia de Austral parece definitiva. Hoy, los síndicos y la jueza María José Gigy Traynor velan por tratar de vender los activos a un precio de mercado. Se venden las propiedades en remate y se avanza en juntar dinero para pagar deudas", contó una fuente que frecuenta los miles y miles de fojas que conforman el famoso expediente 22.216/2017 que tramita en el Juzgado Comercial 28, Secretaría 55.
Santa Cruz, el capitulo que no empezó
Más adelante vendrá la enorme tarea de liquidar los bienes en el sur, especialmente en Santa Cruz. Los valores de venta son una incógnita ya que semejante cantidad de activos, todos ofrecidos en un corto lapso de tiempo, podría generar una baja en el precio de las propiedades.
Algo similar a lo que podría suceder con el sector inmobiliario puede replicarse con las estancias. Decenas de miles de hectáreas, estancias e instalaciones serán sacadas a remate. Desventuras de mercado para el terrateniente Báez.
Cruz Aike es una de las estrellas del imperio de estancias que tuvo Báez. Austral Construcciones se creó en 2003, al poco tiempo de la llegada del kirchnerismo al poder. En 2006, exactamente el 24 de octubre de 2006, Fernando Butty se presentó como apoderado con dinero de la empresa y compró la tradicional estancia. Pagó un millón y medio de dólares y el vendedor fue The Argentine Southern Land Company Limited, una sociedad constituida en Inglaterra el 1° de mayo de 1889. Pasaron 117 años y la propiedad paso a manos del empresariado argentino. Báez, en este caso.
Lázaro no quiere ser solidario
Mientas se mantiene el cronograma de remates y el proceso avanza, la abogada de Austral Construcciones introdujo un planteo no menor. En representación de Lázaro y su hijo Martín Báez, ambos detenidos en Ezeiza, solicita que la empresa pueda ingresar a la moratoria impositiva que se sancionó en las nueve emergencias que aprobó el Congreso a fines de diciembre. Dice que, como la compañía facturó cero en los últimos tres años, debe ser considerada "microempresa". Eso, claro está, le daría enormes ventajas impositivas y quitas cuantiosas.
Finalmente, el impuesto solidario. Entre las lagunas legales que dejó la imposición del impuesto PAIS, que se aplica a la compra de dólares, nadie se arriesga a autorizar la compra de moneda estadounidense sin el 30% de adicional. Las consultas empezaron. El Banco Ciudad contestó que no puede vender dólares sin ese impuesto y la jueza envió un oficio similar a la AFIP. Todavía no llegó la respuesta. En ese momento se sabrá si, desde la cárcel, Lázaro y Martín Báez serán solidarios o no.
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