Ley ómnibus | Corridas, gritos e insultos: el detrás de escena del momento más caliente del debate
La tensión en las calles por los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes se trasladó al recinto; el kirchnerismo y la izquierda abandonaron el recinto, pero volvieron
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En el momento más caliente del extenuante debate por la ley ómnibus en la Cámara de Diputados, el oficialismo y sus aliados de Pro, la UCR y Hacemos Coalición Federal frenaron un intento del kirchnerismo y la izquierda de levantar la sesión por los violentos incidentes entre manifestantes y efectivos de las fuerzas de Seguridad en las inmediaciones del Congreso.
Alrededor de las 20, mientras varios legisladores se habían levantado de sus bancas para distenderse y dar batalla contra el cansancio o los negociadores de la oposición dialoguista analizaban los cambios propuestos por el Gobierno, la diputada Romina del Plá (FIT) le pidió al titular de la Cámara, Martín Menem, que convoca a un cuarto intermedio por los enfrentamientos en las calles. El caos y la tensión se trasladaron al recinto. Myriam Bregman y Nicolás del Caño irrumpieron en la escena. “Están reprimiendo, hijos de puta”, gritó Del Caño, mientras se secaba las lágrimas de los ojos.
“Pedí un cuarto intermedio para que se reúnan los presidentes de bloque con el presidente de la Cámara u hablar con los responsables del operativo represivo infundado, para pedir que se detenga”, dijo Del Plá ante la consulta de LA NACION. “Es lo que corresponde y lo que se ha hecho varias veces con situaciones análogas. Salvo que haya un Estado de sitio o un golpe de Estado, casi nunca hemos visto semejante represión y provocación sobre manifestantes pacíficos”, completó.
De inmediato, el kirchnerismo se sumó al reclamo de la izquierda. En las filas de los aliados causó sorpresa que Mónica Frade, de la Coalición Cívica, haya solicitado también suspender la discusión durante diez minutos para recibir un informe sobre los disturbios. Germán Martínez, jefe de la bancada de Unión por la Patria, le recordó a Menem que horas antes había alertado sobre el amplio operativo de seguridad que dispuso Patricia Bullrich alrededor del edificio ante la protesta de organizaciones de izquierda y sindicalistas.
Martínez pidió votar una moción para definir si harían o no un cuarto intermedio. La jugada encendió las alarmas en el tablero de los libertarios y de Pro. Diego Santilli saltó de su banca para hablar con Oscar Zago, jefe del bloque de LLA. Y Cristian Ritondo corrió hasta el sector de Miguel Pichetto y Emilio Monzó. Diputados del oficialismo, Pro y la UCR entraban al recinto al trote, alertados por sus compañeros. Fastidiado, Pichetto tomó la palabra: “No vamos a permitir que se interrumpa la labor de un poder del Estado”, enfatizó. Los militantes libertarios que estaban apostados en las gradas y los palcos comenzaron a palmear el mensaje de Pichetto. El jefe de bloque de HCF se enfureció con los seguidores de Milei. “Dejen de aplaudir, no sean pelotudos. Parece que están en una fiesta”, bramó.
Con reproches cruzados y gritos, Leopoldo Moreau y la camporista Paula Penacca le reclamaban desencajados a Menem que levante la sesión. El titular de la Cámara aceptó el pedido cuando la Cámara comenzó a completarse. Votaron a mano alzada y ganaron los libertarios, gracias al respaldo crucial de sus aliados. Consumada la derrota, el kirchnerismo y la izquierda decidieron levantarse de sus bancas y salir del recinto. Mientras tanto, Menem ordenó desalojar a los militantes de las gradas.
El grupo de radicales que responde a Facundo Manes improvisó una cumbre en el pasillo para deliberar si salían o se quedaban. En Pro miraban el quórum y especularon con la chance de cerrar el debate, retirar los oradores y solicitar la votación en general. El plan lo motorizó Silvana Giudici, cercana a Bullrich. Alertas, Pichetto, José Luis Espert y Ritondo aceptaron la idea. Pero Menem y la conducción de LLA dudaron. Menem le dio la palabra a otros diputados, mientras en la UCR deliberaban qué hacer. No había consenso. Manes, Pablo Juliano y la tropa de Gerardo Morales desconfiaron del intento de apurar la media sanción y se fueron. El socialista Esteban Paulon también se retiró. Entre los macristas y bullrichistas sentían que la chance de conseguir un triunfo holgado se esfumaba. Reclamaban al titular de la Cámara que ordene. “Menem no conduce. No le puede dar la palabra a todos”, despotricaban en Pro.
Con el clima enrarecido, los diputados del kirchnerismo, que supervisaban el debate detrás de los cortinados, regresaron al hemiciclo. Cecilia Moreau (UP) cuestionó con dureza a Bullrich por la represión de los manifestantes y advirtió que el bloque no abandonará el debate. Minutos antes, los libertarios anunciaron que levantaban su lista de oradores para acelerar el debate.
En medio de la frenética pelea, Karina Milei irrumpió en la Cámara. Se ubicó en el Palco de Honor, junto con el vocero presidencial Manuel Adorni y Sebastián Pareja, armador de los libertarios en la provincia. Un rato después se sumó a la comitiva el ministro del Interior, Guillermo Francos. En el oficialismo había optimismo después de que las últimas concesiones a los aliados destrabaran la negociación. “Lo que pasa afuera no depende de nosotros. Voy a respetar a todos por igual. No busquemos inconvenientes para no seguir con la sesión”, imploró Menem. En ese momento, en su computadora, tenía puesto el canal Todo Noticias, para monitorear los incidentes.
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