Sin una convocatoria centralizada, hubo protestas aisladas en distintos puntos del país para pedir el fin de la cuarentena
La manifestación más numerosa se observó en las calles de Tigre, donde vecinos reclamaron el paso a un aislamiento"inteligente" que permita más oportunidades laborales
Comerciantes que aún no pueden abrir sus locales, profesionales sin ingresos desde mediados de marzo y, también personas que siente vulnerados sus derechos por la limitación de circulación fueron parte de los manifestantes que en varios puntos del país reclamaron la aplicación de "una cuarentena inteligente", en un pedido de compensar la prevención sanitaria con la necesidad de trabajar. Con réplicas en Mendoza, Córdoba, Rosario y Tucumán, entre otras ciudades, la convocatoria tuvo en la región metropolitana dos epicentros: la concentración en el Obelisco, con unos 250 participantes, y la caravana en Tigre, con unos 1400 asistentes.
Mientras la demostración en Tigre se desarrolló sin incidentes, en la protesta realizada en la plaza de la República, un efectivo de la Policía de Ciudad resultó herido cuando intervino para separar a un grupo de manifestantes se pelearon con dos mujeres que habían criticado los argumentos de la protesta.
En la caravana realizada en Tigre, aproximadamente 1400 personas en 700 vehículos protagonizaron una ruidosa manifestación con bocinazos que tuvo su punto central en la rotonda de Ubieto y Cazón, frente a la estación del Ferrocarril Mitre y a metros de terminal fluvial.
"Primero quiero aclarar que nadie está en contra de la cuarentena. Durante más de dos meses me quedé en mi casa. Pero queremos que nos escuchen porque hace setenta días que no puedo trabajar. La situación es insostenible. Los abogados la estamos pasando muy mal. Queremos trabajar respetando el distanciamiento social", expresó Javier Forestiero, de 56 años.
"Me sumé a la marcha para reclamar por la libertad de poder trasladarme de un lugar a otro, porque vivo en Nordelta y no puedo salir de mi casa ni siquiera para hacer una caminata. Además, estoy a punto de perder mi fuente de trabajo. Tuve que sacar un préstamo personal para pagar parte de los sueldos a los empleados. A pesar de la pandemia, de la situación excepcional que estamos viviendo, los bancos te matan con los intereses cada vez que uno intenta pedir un préstamo", indicó Claudio, quien tiene una escuela de enseñanza de mecánica.
La manifestación se realizó a pesar del aislamiento obligatorio. Para participar de la caravana, los organizadores pidieron que los vecinos concurrieran con barbijos y que los vehículos no tuvieran más de dos ocupantes. "Ninguno de nosotros está en contra del aislamiento obligatorio. Pero necesitamos trabajar", expresó María, quien agregó, resignada, se desempeña en la organización de eventos sociales.
Al llegar a la rotonda de Ubieto y Cazón, la caravana, con muchos vehículos con la bandera argentina, tomó por Enciso, hasta Montes de Oca. Allí, los manifestantes, a bordo de sus automóviles, giraron a la izquierda hasta Cazón, tomaron esa avenida y pasaron frente al palacio municipal, para retornar a la mencionada rotonda. En el momento de mayor aglomeración de rodados la caravana ocupaba los carriles de las manos de ida y vuelta en los 400 metros de la medialuna del paseo costero Ubieto, desde Cazón hasta la rotonda del cruce con Juncal.
"Vino mucha más gente que en la otra marcha", expresó Julián Pettinato, uno de los organizadores, al comparar la cantidad de manifestantes que participaron de la caravana realizada el lunes pasado.
Pettinato no confirmó si se realizará otra convocatoria. "Depende de la actitud que adopte el intendente de Tigre, Julio Zamora, y si decide abrir un canal de diálogo para escuchar nuestro reclamo", agregó uno de los organizadores de la marcha.
"Somos vecinos de Tigre. Comerciantes, trabajadores, profesionales y cuentapropistas. No negamos la pandemia ni estuvimos en contra de las primeras fases de la cuarentena. Pero no puede aprovecharse esta situación para avasallar las libertades civiles amparadas por la Constitución Nacional en su artículo 14", indicaron los organizadores en un comunicado.
La manifestación se realizó sin incidentes y después de cincuenta minutos se concretó la desconcentración. "Nos autoconvocamos a instancias de algunos vecinos que iniciaron por las redes el reclamo por el derecho a poder trabajar. Pero lo que estamos viviendo es un problema de todos. Somos todos los que necesitamos salir a trabajar y circular tomando los recaudos correspondientes. Reclamamos que dentro de los cuidados y protocolos establecidos se permita trabajar cada vez a más gente", concluyó el comunicado redactado por los organizadores.
Sin descender de su automóvil, Lucas Maciel, expresó su deseo de que el intendente Zamora les pida disculpas por las declaraciones que hizo el día de la primer marcha.
"El intendente no puede decirnos como única respuesta a nuestro reclamo que nos tenía a todos filmados. Los vecinos de Tigre hicimos bien las cosas durante la cuarentena y necesitamos trabajar. Somos responsables y sabemos cómo cuidarnos", expresó Lucas Maciel.
Otra mirada
Mientras tanto, en la zona del Obelisco, a pesar del aislamiento obligatorio, unas 250 personas participaron de la manifestación contra la cuarentena. La convocatoria se realizó a través de las redes sociales bajo el slogan "Pan y trabajo" y no hubo ningún signo partidario. Algunos de los manifestantes consultados por LA NACION se definieron como libertarios, mientras que otros dijeron haber asistido a la protesta desde la posición de comerciantes que quieren recuperar su actividad. "No al nuevo orden mundial", expresaban decenas de carteles en la marcha.
Gran parte de las personas que protestaron en el Obelisco entre las 16 y las 19 horas no llevaban barbijos ni tapabocas. Ante la presencia de dos mujeres con carteles que decían "quedate en casa", se ocasionaron disturbios, e intervino la Policía de la Ciudad. Un agente resultó herido.
"No es grave lo que está pasando, no hay una pandemia, es la histeria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que a nosotros no nos representa. Lo que es grave es la crisis y la parálisis de la economía", dijo Marcelo Bolognine, uno de los manifestantes.
La premisa, entre quienes protestaron fue que existe un "nuevo orden mundial" impuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que la pandemia "es una mentira".
"Ahora supuestamente se enferman en las villas y nosotros tenemos que seguir en cuarentena. Yo quiero libertad" dijo Marcela, de 60 años, ama de casa. Otros manifestantes pidieron la apertura de gimnasios y clubes deportivos.
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