Coronavirus: los motivos por los que el Gobierno dio marcha atrás y volverá a sentarse a negociar los acuerdos del Mercosur
El Gobierno buscó distender la relación con los países de la región y dio marcha atrás con la idea de salir de las negociaciones del Mercosur, aunque reclamó estudiar en detalle los acuerdos comerciales que pretende el bloque para proteger "el tejido productivo y el empleo" de los países miembro.
El giro se produce a dos semanas de la reunión de Coordinadores Nacionales del Grupo Mercado Común que provocó una fuerte alarma regional, luego de que la Argentina, en medio de la crisis por el coronavirus, anunciara que dejaría de participar en las negociaciones del Mercosur con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India.
En una nueva videoconferencia que se celebró este jueves, la gestión de Alberto Fernández moderó su postura. El secretario de Relaciones Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Jorge Neme, manifestó que la intención es potenciar el Mercosur y "conectarse con el mundo", pero sin dejar de evaluar oportunidades y riesgos. Según el comunicado oficial de la Cancillería, el funcionario pidió no ir hacia una "apertura frívola".
En la Cancillería aseguraron que no se trató de una desinteligencia, sino de una estrategia. "Se tensionó pero justamente para llevar al bloque al lugar de ir más despacio, de reflexionar bien sobre todos los acuerdos, teniendo en cuenta el contexto en el que nos dejará el coronavirus", señalaron desde el entorno del canciller Felipe Solá a LA NACION.
Qué paso
En la reunión de coordinadores que se celebró el 24 de abril, la Argentina anunció que dejaría de participar en las negociaciones de los acuerdos comerciales del Mercosur, con la excepción del pacto ya realizado con la Unión Europea y con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), para priorizar la economía interna dañada por el coronavirus.
Se diferenció así fuertemente de algunos socios, especialmente de Brasil, que planteaban una aceleración de las tratativas hacia acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India, entre otros.
Ese día, Paraguay -que ejerce la presidencia pro tempore del bloque- emitió un alarmante comunicado en el que resaltó que se evaluarían"las medidas jurídicas, institucionales y operativas en razón de la decisión soberana de la Argentina para no afectar el proceso de construcción comunitaria del Mercosur".
El conflicto pareció escalar cuando, en una entrevista radial, Alberto Fernández instó a Brasil, Uruguay y Paraguay a tomar una decisión sobre el futuro del bloque regional, al considerar que se vulneró la regla que impide a los países negociar tratados comerciales unilaterales.
"[Para firmar acuerdos] todos tienen que estar de acuerdo. Repentinamente, en los años de Macri y [Jair] Bolsonaro, empezaron a dejar la cláusula de lado. Si eso es así, no tiene sentido el Mercosur. (...) Si no hay matrimonio, no habrá matrimonio. Pero si lo hay, hay ciertas cosas para respetar", lanzó el Presidente en ese entonces.
Todo estuvo enmarcado en tensiones que, por distintos motivos, Fernández tuvo con los presidentes de los países con los que comparte fronteras.
La escalada comenzó a ceder cuando el Presidente mantuvo conversaciones telefónicas bilaterales con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y de Uruguay, Luis Lacalle Pou, para intentar acercar posiciones.
Con Brasil, conciliar posturas parece más difícil. Según pudo saber este medio, lo que hizo saltar la chispa del Gobierno fue la observación de que Brasil buscó "acelerar a mucha velocidad" el acuerdo con Corea del Sur. La Argentina tenía sus reparos, porque considera que ese país siempre puso altas barreras fitosanitarias, que se transforman en la práctica en un virtual arancel para los productos primarios argentinos.
La pandemia, en definitiva, no hizo más que potenciar las diferencias internas con respecto a la apertura comercial. Mientras que en Brasil buscan agilizar los acuerdos de libre comercio, en la Argentina piden no apurarse, para analizar el impacto del coronavirus y no perjudicar al sector productivo interno.
"Las reservas que planteamos no son ideológicas. Pedimos ir hacia un lugar más racional. Nosotros sabemos que tenemos que potenciar el mercado exterior porque la Argentina necesita divisas, pero no podemos hacerlo de cualquier modo", insistían hoy en la Cancillería.
Además de la situación con Corea del Sur, en la Cancillería advierten, por ejemplo, inconvenientes con Canadá por legislación vinculada a la marca de origen y con Singapur, ya que podría ser una plataforma de terceros países.
La UBA estudiará el impacto
Solá, de hecho, firmó en las últimas horas un acuerdo con la Universidad de Buenos Aires (UBA) para medir "el impacto socioeconómico" de los acuerdos de comercio en nuestro país.
En el comunicado de este jueves, la Cancillería aseguró que la última videoconferencia regional fue "constructiva" y que la iniciativa argentina "fue valorada por los socios del bloque" que agradecieron la "claridad" del planteo y realizaron consultas específicas.
"Debemos abordar todos los desafíos de manera conjunta, tal como lo hemos hecho en innumerables ocasiones a lo largo de treinta años: como países hermanos, como socios, como un bloque", le dijo Neme a sus pares de la región.
El próximo martes habrá una nueva reunión y se conocerá si los socios del bloque aceptan la postura de la Argentina.