Coronavirus. Los gobernadores le pidieron a la Casa Rosada no cerrar las fronteras internas por el impacto económico
Fuentes provinciales coincidieron en que sin asistencia extra del Estado al sector privado no se puede regresar a una cuarentena dura.
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CORDOBA.- Si los contagios de Covid-19 avanzan –como están marcando los registros de las últimas semanas, en especial en los centros urbanos- la idea general de la mayoría de los gobernadores conversada con el presidente Alberto Fernández es no repetir una cuarentena dura generalizada sino avanzar en medidas puntuales tanto geográficas como temporales. Una economía castigada es el principal límite que marcan las fuentes consultadas por LA NACION.
El ministro coordinador de una provincia peronista de las más grandes aportó un ingrediente político al análisis sanitario y económico: cómo pesa a un año del inicio de la pandemia el “factor Formosa”. De esa manera califica a la nacionalización del conflicto que se disparó en la jurisdicción de Gildo Insfrán que, incluso cuando tenía pocos casos, estaba encapsulada y parada.
A entender del funcionario, la Casa Rosada “compartió ese costo político”, lo que le “da menos espacio para volver a querer cerrar todo”. Un temor no explicitado por ministros que conversaron con este diario pero que se puede percibir es que advierten que si toman medidas drásticas, tendrían problemas para hacerlas cumplir.
Por ahora, coincide una media docena de voceros de mandatarios, no se avanzará en más restricciones que las ya resueltas para el control de fronteras y la cancelación de vuelos procedentes de países más complicados por la presencia de las nuevas cepas, más virulentas.
“Confiamos en que frenado a tiempo el ingreso de esas variantes, la segunda ola se pueda suavizar –dice el ministro de Salud de una provincia del norte-. Estamos atentos a la evolución pero al menos al corto plazo nadie planteó frenos a la movilidad interna”. En Santa Fe, por el momento Omar Perotti no estudia cambios de reglas pero “hay planes de contigencia y se conversa con la Nación”.
La Pampa analiza también una serie de posibilidades, aunque “hasta que no haya una situación real no hay nada en concreto”. No descartan volver a cerrar los límites, en un caso extremo, para que no ingresen desde otras provincias. Desde San Juan indicaron que seguirán el decreto nacional: “Se cumplirá rigurosamente con los protocolos y no habilitarán boliches ni eventos”.
“Por el momento no se prevén cambios importantes, pero si se dispara la curva, seguramente habrá limitaciones”, plantea un vocero del tucumano Juan Manzur; el mismo concepto marcan desde La Rioja. Desde Córdoba prefieren hablar de “medidas quirúrgicas, bien focalizadas y que vayan directo a los focos de contagios”. Varios sectores económicos ya hicieron llegar al mandatario Juan Schiaretti su “preocupación” ante una eventual nueva cuarentena dura.
Desde la administración entrerriana de Gustavo Bordet indican que profundizarán las campañas de autocuidado y habrá “mayor control del cumplimiento de los protocolos”. A Entre Ríos la atraviesa el corredor de la ruta 14 que viene desde Brasil y esa es una presión extra para los controles para evitar la aparición de las nuevas cepas.
Sin la asistencia nacional de los ATP para el pago de los sueldos a privados (el Repro II no sólo es más bajo sino que es sólo para algunos sectores) y del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para los grupos de menores recursos, los gobernadores también están acotados en su capacidad de acción. “No es fácil hacer cerrar un centro comercial sino hay cómo garantizarles ingresos”, ejemplifican desde el gabinete de Mendoza.
Las franjas horarias autorizadas –que se fueron ampliando con el paso de las semanas- son el primer instrumento al que se apelaría si la curva de casos subiera de manera significativa. Otro factor que coincidieron en mencionar funcionarios de varios distritos es el coordinar más los controles con los municipios por las fiestas clandestinas.
“La actividad económica es, en los hechos, la que más respeta los protocolos; no hay espacio para castigarla”, se acopla a sus colegas un funcionario patagónico. “Estamos trabajando intensamente para vacunar a los adultos mayores y al personal de riesgo para evitar un estrés en el sistema sanitario. Vamos a seguir por ese lado y por los controles”, admiten desde el equipo de trabajo de Gustavo Melella en Tierra del Fuego.
La mayoría de los consultados sostienen que se debe aprender de la experiencia de los primeros meses de cuarentena dura y que, a lo sumo, se puede analizar un cierre de diez días donde la situación sea más complicada. “El sistema sanitario está más preparado, no deberíamos regresar a un blindaje”, deslizan desde la administración mendocina, que desde siempre rechazo la dualidad entre “economía o salud”.
Aun antes del anuncio oficial de este viernes de que la ministra Carla Vizzotti y sus pares provinciales acordaron diferir la aplicación de la segunda dosis de las vacunas, ya había distritos que habían empezado a anunciar una reprogramación sin fecha por la falta de dosis.
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