Coronavirus en la Argentina. Nueva cuarentena: un control férreo en la calle sin multar a comercios
El Gobierno pretende diseñar con la nueva cuarentena estricta-que se extenderá del 1 al 17 de julio- un paisaje similar al que se observó en los primeros días del aislamiento: una circulación en la vía pública reducida al mínimo, estrictos controles vehiculares y el regreso de las penalidades a los incumplidores, aunque sin castigar con multas a los comerciantes, los más perjudicados con la vuelta atrás.
La gran cantidad de actividades exceptuadas que se habilitaron prórroga a prórroga habían dificultado el control policial, porque multiplicaron las justificaciones para poder circular. Ahora, con solo 24 actividades esenciales permitidas, el esquema está simplificado.
Durante todo el día de ayer, las carteras de las tres administraciones fueron puliendo la instrumentación de las nuevas medidas, que después de dos días "puente" se harán efectivas a partir del miércoles.
Uno de los mayores desafíos estará en el control de los comercios. Como al cominezo, solo podrán abrir los esenciales (supermercados y farmacias, entre otros) y eso obligará a muchos comerciantes que cargan con varios meses de muy baja recaudación y que habían logrado abrir sus persianas, a volver a cerrarlas.
Según señalaron a LA NACION fuentes del gobierno porteño, en la Ciudad será la Agencia Gubernamental de Control (AGC) la que monitoree la apertura de los comercios. Apuntarán, primero, a la concientización. Fuentes de la provincia, en tanto, señalaron que en el conurbano saldrán a la calle inspectores municipales y provinciales, con apoyo de las policías municipales y la fuerza bonaerense. Axel Kicillof, advirtieron, no pretende ni "militarizar los barrios" ni cobrar multas a los comerciantes en infracción. "No es la idea perjudicar más al sector", dijo un portavoz del gobernador. En La Plata también advierten que, con muy baja circulación de gente en la calle, para muchos negocios puede perder sentido abrir sus puertas.
Patrullaje y permisos
Ayer, en tanto, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, mantuvo una reunión con los secretarios de su cartera y los jefes de las fuerzas federales para coordinar los operativos para la nueva etapa. Los uniformados de la cartera nacional se ocuparán de controlar los accesos a la Ciudad, los puentes y los peajes durante las 24 horas, mientras que escuadrones viales de Gendarmería y Policía Federal patrullarán las autopistas. La policía porteña y la bonaerense, en cambio, se ocuparán de sus respectivos distritos.
Como novedad, las fuerzas federales tiene previsto desplegar un patrullaje con altoparlantes y mensajes grabados para concientizar a la población sobre los riesgos del coronavirus.
Como ocurría al comienzo de la cuarentena, se prevé secuestrar los vehículos de los conductores que, sin ser personal esencial, circulen por la calle. Y se dará intervención a la Justicia en caso de que alguien no cuente con su permiso. En rigor, estas infracciones siempre estuvieron vigentes, pero la mayor laxitud en las habilitaciones para circular dificultó el control de cada situación particular.
La Jefatura de Gabinete, en tanto, comunicó ayer que desde el miércoles próximo se darán de baja todos los permisos para circular otorgados previamente. Quedarán habilitados solo los trabajadores esenciales, los de industrias habilitadas y aquellos permisos por motivos de fuerza mayor.
Los trabajadores esenciales (las 24 categorías que figuraron en el primer DNU) deberán, entre lunes y martes volver a tramitar sus permisos en la app Cuidar. El sistema pedirá información diferenciada para hacer las validaciones. El Ministerio de Desarrollo Productivo, en tanto, elaborará el listado de industrias que podrán seguir operando.
El sistema solicitará que el trabajador informe el número de su tarjeta SUBE o la patente del auto particular. En el Gobierno tenían previsto hacer un control estricto del uso de la SUBE, debido a que el transporte público estará reservado solo para los empleados esenciales.
Sin emrago, todavía no terminaron de definir si se implementará y cómo. Ayer, el ministro de Transporte, Mario Meoni, señaló que "si se registra la utilización de la SUBE más de dos días seguidos y no tiene asociado un permiso de circulación, se podría bloquear esa tarjeta por unos días". Sin embargo, el Gobierno quiere contemplar una alternativa para quienes se trasladen por razones de fuerza mayor. Además, el desarrollo tecnológico para efectivizar los bloqueos demandará varios días.
"Hoy estamos entre 900.000 y un millón de pasajeros por día en el transporte público. Con estas medidas queremos reducir esas cifras a 600.000 o 700.000, de modo de bajar la circulación de entre 200.000 o 300.000 personas", dijo ayer Meoni.
En el Gobierno saben que la clave de la nueva cuarentena pasará por la concientización. "El éxito de la próxima etapa depende más de la responsabilidad y solidaridad de la población que de los controles", reflexionó un importante asesor.
Por eso, el mensaje presidencial del viernes apuntó a recrear el consenso que lo acompañó en el primer tramo de la pandemia.
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