Coronavirus: "cuarentena barrial", la adaptación del Gran Rosario al aislamiento obligatorio
ROSARIO.- La atención no solo está puesta en cómo el sistema de salud, uno de los más robustos y preparados del país, enfrentará el pico de contagios del coronavirus. En esta ciudad crece la preocupación por la frágil trama social, que está atravesada por distintas carencias urbanas y es víctima de la violencia derramada del narcotráfico, una violencia por ahora contenida, con la desaparición en estos días de cuarentena de los sicarios como articuladores de la muerte.
La lupa está puesta en un conurbano donde conviven -según datos del Instituto de Estadísticas y Censos (Indec)- 540.000 personas en condiciones de pobreza e indigencia. Hay 112 villas de emergencia diseminadas en el norte, oeste y sur de la ciudad, donde es muy complicado que una persona que vive en una casa de chapa, cartón y madera pueda cumplir con el aislamiento social impuesto por el Gobierno.
La apuesta del municipio en esos sectores es instar a que los vecinos se queden en los pasillos y en las veredas, en esta época donde el clima es benigno, pero le piden a la gente que no se traslade, que no se mueva de barrio. Para garantizar que eso no pase, se incrementaron los controles policiales.
"En algunos sectores apuntamos a que haya una cuarentena barrial. Sabemos que hay personas que no pueden cumplir un aislamiento en las condiciones en que viven, pero les recomendamos que no circulen, que traten de quedarse en su zona", explicó el intendente de Rosario Pablo Javkin a LA NACION.
El plan es evitar lo que ocurrió en la ciudad de Santa Fe, con una mujer que llegó de Chaco el 15 de marzo con síntomas de coronavirus y cinco días después le realizaron el test que dio positivo. La mujer no cumplió el aislamiento en el barrio Las Lomas, una zona humilde del noroeste de la capital provincial. El peligro mayor es que habría tenido contacto con 30 personas.
El último reporte oficial indica que en Rosario hay 44 casos de coronavirus, dos en grave estado, pero desde los equipos sanitarios señalan que aún no se registra una circulación comunitaria del virus, de acuerdo con los test que se realizan en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (Cemar).
La apuesta, según advirtió el funcionario del Frente Progresista, es que este sector más golpeado por la paralización de la economía tras la cuarentena "reciba alimentos y elementos de limpieza para poder sobrepasar este difícil momento". Javkin lanzó este martes una línea de crédito del municipio para pymes y dueños de taxis por 1.000 millones de pesos.
"La articulación del Estado nacional, provincial y municipal funciona bien en cuanto a la asistencia de alimentos, pero vemos también que muchos recursos económicos están centralizados en el conurbano bonaerense, algo que conversábamos con cierta preocupación con autoridades de otras ciudades, como Córdoba", advirtió el intendente del Frente Progresista, quien valoró el trabajo de organizaciones sociales y políticas, así como de la Iglesia.
Es muy complicada la cuarentena en los barrios. A la demanda de alimentos se suman otros problemas, como la violencia de género
"Es muy importante que los comedores y los merenderos sigan funcionando porque muchas personas no tienen para comer, porque hay mucha gente que no puede salir a trabajar. Se triplicó el reparto de comida los días de cuarentena", sostuvo Georgina Mansilla, de la organización La Poderosa, que desempeña una labor en el barrio Los Pumitas. "Se hace muy complicada la cuarentena en los barrios, donde a la demanda de alimentos se suman otros problemas, como la violencia de género. Nosotros hacemos una especie de custodia a mujeres que denunciaron a sus parejas y hoy tienen que estar en cuarentena", afirmó Mansilla.
El viernes arribaron a Rosario varios camiones con alimentos que se distribuyeron en un galpón del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia. Allí se coordinó la entrega. Hicieron su debut el Ejército y la Fuerzas Aérea, que colaborarán, como en sectores del conurbano bonaerense, en el reparto de víveres. Participa personal del Liceo Militar de Funes y de la base de Apoyo Logístico de Fray Luis Beltrán.
Hay una franja dentro de las cifras de la pobreza que aparece invisible, que es el cuentapropista que quedó sin ingresos por la parálisis de la economía, tanto formal como informal. "Es una sector que nos preocupa porque no está acostumbrado a recibir ayuda del Estado y no le está llegando nadie", reconoció Javkin y se mostró también preocupado sobre "qué pasará después que se levante la cuarentena".
La Policía es la que lleva adelante los operativos para evitar la circulación en los barrios. "El compromiso que ha mostrado la fuerza de seguridad en esta emergencia es elogiable", afirmó a LA NACION el ministro de Seguridad de la provincia, Marcelo Saín, que se caracterizó desde su llegada al gobierno por lanzar fuertes críticas a la estructura policial, sospechada de ser parte del problema narcocriminal en Rosario. Desde que comenzó la cuarentena hubo 1.682 detenciones en esta ciudad por violar las restricciones para circular y 6.363 en toda la provincia.
La venta de drogas en Rosario se ha invisibilizado por ahora con la pandemia
El sacerdote Fabián Belay, de la pastoral social sobre drogadependencia, coincidió con el intendente en que se insta a los vecinos de los sectores más pobres a no moverse de los barrios. "Estamos repartiendo alimentos con bolsones más grandes, para evitar que la gente venga varias veces y circule", señaló.
El cura contó que "no solo hacen falta respiradores para los hospitales sino también respiradores sociales, no desde ahora sino desde hace tiempo". Y contó, en diálogo con LA NACION, que el problema de la venta de drogas en Rosario "se ha invisibilizado por ahora con la pandemia".
"Notamos un incremento en el consumo de alcohol, como reemplazo de la adicción. Pero hay que estar muy atentos porque como se cortó parte de la economía ilegal con la cuarentena, esto va a tener expresiones en los barrios en algún momento. Por eso es necesario incrementar la contención de las personas que tienen problemas de adicción", apuntó el sacerdote.
Belay se mostró preocupado por lo que ocurrió la semana pasada en las cárceles de Santa Fe, donde una serie de motines violentos provocaron cinco muertos. Con los disturbios supuraron los problemas invisibilizados, como la adicción de los internos en las cárceles, que no pudieron acceder a estupefacientes después de que se prohibieran las visitas y el ingreso de "bagayos", los bultos con alimentos y víveres por donde entran las drogas.
El diputado provincial Carlos Del Frade (Frente Social y Popular) coincidió en su preocupación con el planteo del sacerdote. "Todo está muy frágil y en este contexto tan complejo no hay que dejar que la desesperación de la gente sea aprovechada por las bandas narcocriminales, como Los Monos y el clan Alvarado, que dominan gran parte de la ciudad".
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