Coronavirus: cómo avanza el plan de vacunación en Santa Fe

La muerte del exgobernador Miguel Lifschitz, quien a los 65 años murió luego de batallar contra el coronavirus, despertó un interrogante: por qué todavía no estaba vacunado. Según pudo saber LA NACION, el exmandatario provincial había elegido aguardar su turno, que había sido asignado para fines de abril.

Hasta ahora, con el 17,2 por ciento de su población total inmunizada contra el coronavirus, la provincia de Santa Fe se posiciona en el noveno lugar de la campaña a nivel nacional. Según fuentes oficiales de la provincia, indicaron la última semana, ya se vacunó “casi la mitad de la población objetivo”. De acuerdo a cifras del Monitor Público de Vacunación del Ministerio de Salud de la Nación, unas 708 mil inyecciones fueron aplicadas.

Entre primeras y segundas dosis de Sinopharm, AstraZeneca y Sputnik V, que ha remitido el Estado nacional hasta el momento, Santa Fe recibió 857 mil dosis.

Las vacunas disponibles serán destinadas a completar los esquemas de vacunación ya iniciados, de acuerdo a la recomendación acordada en las reuniones de la Comisión Nacional de Inmunizaciones y del Consejo Federal de Salud.

En su discurso anual ante la Asamblea Legislativa, el gobernador Omar Perotti remarcó que el operativo de vacunación en su provincia representa un “esfuerzo sanitario, logístico y de recursos humanos sin precedentes, con 236 vacunatorios en 323 localidades”.

A nivel nacional, 9,2 millones de vacunas han sido administradas. El plan de vacunación estratégico nacional, gratuito y voluntario cuenta con distintas etapas definidas en base a criterios epidemiológicos específicos, como la exposición al virus o el riesgo a enfermedad grave a causa del mismo. Esto se traduce en la priorización de determinados grupos para acceder a inoculación contra el coronavirus.

A continuación, el orden sugerido por el Estado para la vacunación:

• Personal de salud
• Personas adultas mayores de 70 años y personas que viven en residencias de la tercera edad
• Personas adultas mayores de 60 años
• Personal estratégico
• Personas entre 18 y 59 años con factores de riesgo
• Otros grupos estratégicos

La muerte de Lifschitz

Estaba internado desde el 19 de abril en el sanatorio Parque, de Rosario, luego de asistir al hospital para someterse a estudios preventivos debido a que diez días antes se le había diagnosticado un cuadro positivo de coronavirus, por lo que se mantenía aislado en su domicilio. Al día siguiente, los médicos dispusieron internarlo en la Unidad de Cuidados Intensivos de esa clínica, y allí permaneció hasta su muerte, con respiración mecánica artificial y sin reponerse.

Durante esas semanas, fue presentando una desmejoría clínica, con signos de inestabilidad, en el marco de su cuadro crítico, a pesar de todas las estrategias terapéuticas correspondientes, contando con el apoyo de asistencia mecánica respiratoria.

Según informes médicos a los que tuvo acceso LA NACION, el viernes último, el actual presidente de la Cámara de Diputados de la provincia comenzó a presentar una falla grave de su sistema renal.

Lifschitz, de 65 años, todavía no había sido vacunado contra el coronavirus. La enfermedad lo sorprendió el mes pasado en su rutina política y legislativa, y el 11 de abril tuvo la confirmación de que se trataba de un caso positivo.

Desde el primer día de internación, la vereda del centro médico de Oroño al 800 lució con varios mensajes de apoyo al socialista que gobernó Rosario en dos períodos consecutivos. El mismo reconocimiento que recorrió luego las redes sociales desde entonces y llevó el hashtag #fuerzaMiguel a convertirse en tendencia en Argentina.

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