Coronavirus. Cautela de los intendentes del conurbano ante el regreso de una cuarentena más estricta: temen no poder garantizar los controles
El endurecimiento de la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) no cosecha un respaldo masivo entre los intendentes del conurbano. Si bien algunos consideran que debería pasarse a una fase más restrictiva, predomina la cautela, en un escenario dividido en el que pesan las dificultades que acarrearía controlar un régimen de mayor encierro.
"Nos cuesta pensar en retroceder. Hicimos un gran trabajo para abrir empresas e industrias, volver para atrás sería un problema. Seguiría un tiempo más como estamos", afirma a LA NACION el intendente de Tigre, Julio Zamora (Frente de Todos). En el distrito se dieron contagios en algunas industrias y se observa una mayor circulación de personas, informa el jefe comunal. "El Estado no tiene recursos humanos para controlar a toda la gente", remata.
Néstor Grindetti (Juntos por el Cambio), intendente de Lanús, también elige la cautela. "Los centros comerciales de los barrios de Lanús están bastante tranquilos, yo me tomaría una semana más de observación", considera. "No veo que el problema sea el comercio, sino que la gente sale. Regulemos eso, por ejemplo por número de documento, en vez de tener los comercios cerrados", afirma. Y agrega: "En Lanús, de 70 camas de terapia intensiva hay 50 ocupadas, entre coronavirus y otras enfermedades. Estamos cerca del límite. Yo tomaría una semana más de observación y, si esto siguiera creciendo, lo haría [endurecer el régimen de cuarentena]".
El intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk (Frente de Todos), pide "confiar en los expertos" a la hora de definir los próximos pasos. "No se pueden tomar decisiones individuales, tiene que haber una decisión colectiva del AMBA", plantea. Para él, "la cuarentena estricta es necesaria". En su distrito, según cuenta a LA NACION, "el cumplimiento de la cuarentena está en un 60%". Reconoce que "el hastío y el nivel de nerviosismo son importantes" y pide pensar medidas "para apoyar económicamente a la clase media".
"Soy respetuoso de las responsabilidades, pero me permito decir que lo que se haga tiene que ser practicable. Los vecinos están cansados, en el límite económico y psicosocial", sostiene el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela (Juntos por el Cambio).
"Puede ser sensato volver para aplanar la curva, pero ¿con qué herramientas de control se va a hacer? Con las de los municipios es inviable", señala. Valenzuela pidió "una mirada basada en datos y no en ideología, que tenga en cuenta la tasa de contagios, los barrios populares, los geriátricos, la ocupación de camas", y subrayó: "Los runners no vienen a Villa Bosch o a Caseros, el problema de movilidad es de los bonaerenses".
En diálogo con LA NACION, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse (Juntos por el Cambio), define: "No hay peor orden que la que no te van a cumplir. Voy a colaborar con lo que decidan las autoridades nacionales y provinciales, pero no creo que nos vayan a cumplir. Parando, quizás no se logre lo que se necesita, que es que una parte de la ciudadanía entienda la gravedad de la situación".
"En San Isidro, que la gente camine alrededor de su casa no tiene riesgo. En los circuitos aeróbicos, sí. Voy a mantener la calidad de vida de la gente. Lo mismo para el comercio y la industria, que tienen protocolos que funcionan. Prefiero mayor rigidez en el cumplimiento de las normas de bioseguridad", evalúa el jefe comunal.
Para Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes, del Frente de Todos, hacer más estricta la cuarentena "es una necesidad porque, si el ritmo de crecimiento de los casos sigue así, en tres o cuatro semanas se satura el sistema de salud". La intendenta compara la situación en la provincia con la de la Capital. "Cada 100 mil habitantes, la ciudad tiene 651 casos, y la provincia, 116. No podríamos sostener un ritmo de crecimiento como el de la ciudad. Desde el Estado podemos hacer todo lo que está a nuestro alcance, pero necesitamos la responsabilidad de la ciudadanía. A partir de la maratón de los runners, en el Gran Buenos Aires se notó mayor circulación", señala.
El intendente de Morón, Lucas Ghi (Frente de Todos), también respalda analizar un régimen más estricto. "Es necesario pensar en algún nivel de restricción y reformulación de la cuarentena. Es difícil pensarlo por distrito, venimos dialogando en clave de región sanitaria con el Presidente y el gobernador. Advertimos una tendencia preocupante en el aumento de los contagios y la ocupación de camas", indica. Agrega que, en su distrito, "el nivel de circulación de personas en las calles ha aumentado", pero que "hay un nivel de conciencia altísimo y se han incorporado hábitos".
"Son necesarias más medidas restrictivas para la circulación, porque hoy ya se nota en las estadísticas que más del 50% de los casos son por contagio comunitario, lo que implica que no se puede rastrear el origen de los contagios y se hace más difícil aplicar protocolos como el del Plan Detectar", señaló por su parte el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza (Frente de Todos), luego de reunirse autoridades locales y representantes de los equipos de salud del municipio.
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