Coronavirus en la Argentina: más policía y rastreo de contactos estrechos, la fórmula de la cuarentena recargada
La nueva etapa de la cuarentena estricta será acompañada por un refuerzo de los controles de seguridad en los pasos entre la ciudad y la provincia de Buenos Aires, y por una intensificación del monitoreo de los contactos estrechos de casos confirmados de coronavirus.
Todavía con cuestiones sin definir, quedó hoy establecido que el objetivo principal de las fuerzas de seguridad será montar un cerco que impida cruzar sin autorización de Capital a provincia, y viceversa, como fórmula para reducir el nivel de circulación de personas. La responsabilidad de esa tarea puntual quedará en manos de las fuerzas federales, en tanto que la policía porteña y la bonaerense se ocuparán del control de sus respectivos territorios. Así se acordó hoy en una reunión que encabezó el jefe de gabinete, Santiago Cafiero.
"Habrá saturación policial como método disuasivo", dijeron a LA NACION en la Casa Rosada, y anticiparon que la presencia policial en las calles será similar a la que se desplegó durante las primeras semanas de cuarentena, a fines de marzo. También está decidido que se cerrarán pasos interjurisdiccionales, pero resta definir cuáles. Durante reuniones que se extenderán durante todo el fin de semana debe establecerse también el nivel de rigurosidad que se aplicará ante las infracciones.
Otro punto clave a definir son los controles en el transporte. El ministerio que encabeza Mario Meoni debe coordinar con la Secretaría de Innovación, de Jefatura de Gabinete, qué permiso será necesario para usar trenes, subtes y colectivos. Las restricciones se aplicarán
a partir del miércoles y podrían instrumentarse por medio de la tarjeta SUBE: se analiza que solo queden habilitadas aquellas vinculadas a permisos de trabajadores esenciales.
En coordinación con la Casa Rosada, los gobiernos porteño y bonaerense se disponen además ampliar las redes de detección temprana, rastreo de contactos y aislamiento efectivo, una tarea que es señalada como un déficit por investigadores del Conicet con los que los tres gobiernos mantuvieron conversaciones durante las últimas semanas. Los anuncios sobre el fortalecimiento de esas actividades siguen siendo insuficientes, destacó el bioinformático Rodrigo Quiroga, uno de los referentes de ese grupo.
Rastreo de contagios
En la Ciudad se duplicará el personal destinado al rastreo y seguimiento de contactos estrechos, tanto en el territorio como vía telefónica, anticipó el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. Detalló que la Ciudad tiene 1000 personas para esa tarea y que pasará a tener 2000. En la provincia de Buenos Aires, se aumentará a partir del lunes un 40% el personal de rastreo y seguimiento, dijeron a LA NACION en el Ministerio de Salud bonaerense. Hoy ese plantel es de 150 personas. A eso se van a agregar, según los planes del gobernador Axel Kicillof, unas 1200 personas, a partir de convenios con universidades.
Para Quiroga, el personal destinado a esas tareas es escaso, incluso con los aumentos proyectados. "De acuerdo con las experiencias exitosas implementadas en otros países se recomienda tener a cuatro o cinco personas haciendo tareas de rastreo por cada caso activo. Si en el AMBA tenemos 2500 casos por día, deberíamos tener un equipo de entre 10.000 y 12.000 rastreadores", sostuvo, en diálogo con LA NACION. "Es fundamental que estas dos semanas no pasen sin poner en marcha un sistema masivo de rastreo. Sería un grave error no hacerlo", agregó.
El investigador del Conicet señaló otro déficit a reparar. Sostuvo que el Estado está llegando tarde con los aislamientos de los contactos estrechos, dado que solo se concreta cuando se confirma un caso de coronavirus. Como el diagnóstico se conoce en promedio 4 o 5 días después de que la persona tiene los primeros síntomas, el aislamiento de los contactos estrechos es poco efectivo. Para ese momento, muchos esos contactos estrechos ya pudieron haber contagiado a otras personas.
Para enmendar ese problema, Quiroga y otros investigadores del Conicet proponen que se aísle a los contactos estrechos de los casos sospechosos, incluso antes de que esté confirmado el diagnóstico. Eso requeriría un esfuerzo mayor, pero haría más eficiente el aislamiento, explicó.
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