Coronavirus en la Argentina: más desigualdad y salarios a la baja, ejes de un debate sobre los efectos de la pandemia
Mayor desigualdad estructural, salarios a la baja y aumento del desempleo fueron las principales definiciones sobre la situación provocada por la pandemia del coronavirus y la parálisis económica. Lo trazaron el sociólogo y director del Observatorio de Deuda Social de la UCA Agustín Salvia, la politóloga Daniela Soldano, de la Universidad Nacional del Litoral, y la economista Roxana Maurizio, investigadora del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires, que analizaron las condiciones sociales en las que se desenvuelve la emergencia sanitaria y su impacto en los contextos de pobreza.
En un panel coordinado por el ensayista y editor Alejandro Katz, los tres disertantes plantearon un pronóstico sobre los efectos de esta crisis en el mediano plazo, en un debate virtual.
El panel fue organizado por La Usina Social, un think tank presidida por el exgobernador de Santa Fe, y actual presidente de la Cámara de Diputados de esa provincia, Miguel Lifschitz, que presenció el debate virtual.
La politóloga Soldano, que lleva dos décadas de trabajo de campo en barrios populares del Gran Buenos Aires, remarcó la ausencia del Estado en el territorio y sus consecuencias. "El confinamiento pone en primer plano la dimensión espacial y territorial de las condiciones de vida y de reproducción de la vida, que a veces se desestima en el tratamiento cotidiano de la pobreza y la desigualdad", introdujo, y puso de relieve la inscripción territorial como uno de los principales determinantes en la desigualdad.
"Los barrios relegados -agregó Soldano- son aquellos que parecen integrarse cuando las condiciones económicas mejoran, pero que cuando la cosa se complica, vuelven a desengancharse, vuelven a enganchar la fragilidad de esas condiciones".
"El nuevo confinamiento no solo permite ver la desigualdad social si no como una película, como un proceso, momentos en los que parece que la sociedad coagula, se integra, pero volvemos a ver el desacople de poblaciones y ciudadanías", agregó.
Como ejemplo del "desenganche" mencionado planteó los ejemplos de trabajadores informales que dejaron de cobrar sus sueldos. "El confinamiento sanitario permite ver la película de la desigualdad social que se instaló en la sociedad argentina. Las trabajadoras domésticas no están cobrando por distintas razones que argumentan sus empleadores, los albañiles recibieron un adelanto que después tienen que devolver Eso nos habla de relaciones interclases, que siguen siendo subordinadas", describió.
En relación con los trabajadores del sector informal, Soldano dijo: "los sectores que vieron recortadas sus relaciones con el mundo del trabajo son costureras que ahora hacen tapabocas, albañiles que cortan el pasto donde viven, cocineras para afuera, una reconversión de los oficios de la marginalidad, de la informalidad, a los que los somete la nueva coyuntura,
"La desigualdad estructural en la Argentina ha crecido más allá de cómo se distribuyen los ingresos. A eso hay que sumar dos años de estancamiento y alta inflación, entre 2018 y 2020. Nada extraordinario en la Argentina, pero sin duda agravante", introdujo Agustín Salvia.
Se refirió a la situación en el país antes de la pandemia, y dijo: "Lejos de ese respiro que necesitábamos, tuvimos una pandemia con cuarentena, que agravó y consolidó esas tendencias. Tanto en términos de generación de ingresos y riqueza como en términos de la estructura productiva y la distribución de los empleos"
Salvia pronosticó que se verá una mayor desigualdad estructural, que tendrá efectos en la reproducción social a nivel intergeneracional. "Es posible que muchos adolescentes no vuelvan a la escuela y que otros no hayan tenido un día de clases, mientras en otros segmentos se logró implementar los sistemas digitales", opinó.
El director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA evaluó que "se tendió a confinar o aislar en una mayor marginalidad económica asistida a los sectores más pobres, segmentos que quedan más recluidos, más lejos de la media y mucho más lejos de la punta". Dijo, en ese sentido, que se produjo la degradación de las posiciones sociales intermedias, de obreros, emprendedores, pymes trabajadores informales o formales de sectores autónomos y cuentapropistas.
En relación al impacto en el mercado de trabajo, la economista Roxana Maurizio planteó: "Este parate económico en el cual estamos inmersos, más allá de una fuerte incertidumbre y una inestabilidad, generan un cóctel disruptivo y explosivo en el mercado de trabajo, en materia de empleo y de salarios", dijo Maurizio.
"Si uno mira mas afuera de la Argentina -agregó-, en materia laboral regional, de acuerdo a los datos de la OIT para este mismo trimestre de 2020 anticipan una pérdida de alrededor del 4,5% de puestos de trabajo. Eso implica unos 130 millones de puestos laborales". Advirtió que cuando se trasladan esos impactos mundiales a contextos de informalidad, la cifra se amplifica por la propia flexibilidad de hecho que tienen los trabajos informales
Maurizio, en tanto, advirtió sobre las condiciones en las cuales se lleva adelante el trabajo remoto. "Hoy no estamos viendo teletrabajo: estamos viendo personas en su casa tratando de trabajar. Las condiciones pensadas para el teletrabajo están muy alejadas de estas que vemos".
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