Coronavirus en la Argentina: la izquierda rompe la cuarentena con una protesta y amenaza con más conflictos
La izquierda sindical rompe hoy la cuarentena por el coronavirus con una protesta para tomar distancia del acuerdo por recortes salariales que sellaron la CGT y la Unión Industrial Argentina (UIA), y que fue avalado por el Gobierno. El epicentro del reclamo será en una de las sedes del Ministerio de Trabajo, adonde se homologaron ya más de 200 expedientes del sector privado con suspensiones de personal y rebaja de sueldo de hasta un 25%.
La reacción de la izquierda esconde una estrategia mucho más de fondo, que comenzó a distinguirse hace algunas semanas, cuando se desató un conflicto en una de las plantas de la multinacional Mondelez, adonde el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) llegó hace diez años a controlar la comisión interna y a tomar la fábrica para detener un plan de ajuste que por entonces proyectaba 700 despidos.
La nueva realidad económica que traza el coronavirus encuentra a Mondelez envuelta en un conflicto por la determinación de avanzar con suspensiones de personal y recortes salariales de hasta un 15%, a pesar de haber sido una actividad que no detuvo su músculo productivo en el inicio de la pandemia. La empresa justificó el recorte en la caída de las ventas, según un comunicado. Este episodio hasta generó un contrapunto en el corazón del Gobierno, ya que el diputado nacional Máximo Kirchner le pidió al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, que no homologara este acuerdo entre la empresa y el Sindicato de Trabajadores de Industrias Alimenticias (STIAS), que lidera Rodolfo Daer.
"Mondelez, fábrica de alimentos, los puso a los trabajadores a producir golosinas bajo el paraguas de ‘industria alimenticia y servicio esencial’, se stockeó todo lo que pudo bajo el valor actual para venderlo vaya a saber cuándo, y le baja el sueldo a los trabajadores y las trabajadoras suspendiendo la actividad. Equivocadamente, el Gobierno le homologó ese acuerdo", dijo el jefe del bloque de diputados del oficialismo.
Moroni no modificará el pacto sellado entre Mondelez y Daer, según averiguó LA NACION. "Es un acuerdo de partes", dijo anoche un vocero de la cartera laboral. ¿Qué hubo entonces detrás del involucramiento de Máximo en el conflicto Mondelez? El piquetero Juan Carlos Alderete, diputado nacional e integrante del bloque del Frente de Todos, le habría acercado la inquietud. Alderete, referente de la Corriente Clasista Combativa, tiene a uno de sus hombres de confianza como delegado gremial en la planta que la empresa tiene en Pacheco. Se trata de Jorge Penayo, que milita al Partido Comunista Revolucionario (PCR), uno de los 16 partidos que integra el Frente de Todos.
Penayo es hoy el rostro combativo más visible por los recortes salariales en la planta de Pacheco y fue quien denunció que la compañía activó las suspensiones después de haber "stockeado" producción durante el primer mes de cuarentena. Un dato: Penayo se alió hace dos años con la lista Verde, de Daer, para evitar que el PTS, con la lista Bordó, recupere el poder que supo tener en 2009 de la mano de Javier "Poke" Hermosilla.
Presionado por Penayo, un sector del kirchnerismo, pero también por la izquierda, que amenaza con hacer de Mondelez su renovada bandera de lucha, Daer cumplió la semana pasada con el mero formalismo de pedir la reapertura de la negociación paritaria. El acuerdo de 2019, que contempló una suba de 43% cuando la inflación anual fue de 47,6%, venció el 30 de abril pasado. "Queremos un reconocimiento del rol social de haber estado trabajando en plena pandemia. Puede ser un porcentaje, una suma fija, algo hasta que haya más certezas de lo que pueda suceder con el coronavirus", dijo Daer a LA NACION sobre la negociación que se avecina con las empresas del sector. Además de Mondelez, hay otras dos gigantes en las que también se vislumbran recortes: se trata de Molinos y Arcor, donde hay un conflicto en escalada por la falta de pago de horas extras y presentismo, según denunció el dirigente cordobés Héctor Morcillo.
En medio de este contexto de incertidumbre, la izquierda sindical buscará recuperar protagonismo y visibilizar sus reclamos con una inusual puesta en escena en pleno aislamiento. La protesta, cuyo epicentro será en la sede laboral de Callao al 100, consistirá en una suerte de radio abierta, en la que se escucharán diferentes voces críticas contra el pacto CGT-UIA. Hablarán Alejandro Crespo, jefe del gremio del neumático, el ferroviario Rubén "Pollo" Sobrero, y la docente Romina Del Plá, entre otros referentes de lo que se denomina el sindicalismo combativo. No sería descabellado que Sobrero sume alguna adhesión de un aliado de Hugo Moyano o de otro gremio de la CGT que esté en desacuerdo con el trato que cerró la cúpula. De concretarse, sumaría más desconcierto a un mapa sindical cada vez más desdibujado.
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