Alberto Fernández respaldó a Arroyo, en otra jornada de enojo presidencial desatada por una medida de su equipo
Una vez más, el Presidente tuvo que atender una urgencia generada en el interior de su equipo, en medio de la emergencia por el avance del coronavirus. Sorprendido y de mal humor, según quienes lo vieron por la mañana, Alberto Fernández llamó temprano a Daniel Arroyo para pedirle explicaciones sobre la compra de alimentos un 50% más caros que en el mercado por parte del Ministerio de Desarrollo Social.
Hubo una frase que le dijo Arroyo que llamó la atención del Presidente. "Se nos plantaron con los precios", le relató el ministro. Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Fue en ese momento que Alberto Fernández se comunicó con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para frenar el pago y revisar todas las licitaciones en curso. Después de eso, decidió que el Gobierno no pagará precios por encima de los precios máximos.
"Si alguno quiso hacer lo que no debería hacer que se haga cargo. Si el Estado paga más que los precios dicen, con qué autoridad moral le voy a pedir al comerciante que respete los precios", dijo el Presidente en diálogo con TN.
Arroyo, a quien considera "transparente y muy trabajador", se sumó así al grupo de funcionarios que en los últimos días complicaron al jefe del Estado. Ese listado lo encabeza Ginés González García, quien, como describió LA NACION ayer, no está dando las respuestas que él espera de su ministro de Salud. Ahí se sumaron el último viernes el titular de la Anses, Alejandro Vanoli , y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, responsables de que miles de jubilados salieran a la calle para cobrar. Las consecuencias de esa decisión se verán con el correr de los días.
"Alberto quiere matar a varios", se sinceró uno de los hombres que acompañan al Presidente día y noche.
Como sucedió con González García y el tándem Vanoli-Pesce, el impacto de la noticia de que Arroyo compró alimentos a precios superiores a los de mercado volvió a enojar al Presidente y generó, nuevamente, mucho ruido interno. Pese al malestar, al menos por ahora no habrá cambios en el gabinete nacional.
El ministro de Desarrollo Social describió cada paso que dio para la compra de alimentos. Cuando terminó, el Presidente, satisfecho, le pidió que salga a aclarar lo que pasó. Fernández está convencido que no hubo un hecho de corrupción, pero una mala decisión política volvió a poner la discusión y el foco sobre las equivocaciones de parte de su gabinete.
Según publicó hoy LA NACION, en medio de la crisis sanitaria que provocó la pandemia del coronavirus el Ministerio de Desarrollo Social, mediante siete resoluciones, realizó compras millonarias de alimentos para repartir ante la creciente demanda de asistencia alimentaria. Es que desde que el virus llegó al país el número de personas asistidas pasó de 8 a 11 millones.
La particularidad de la compra fue que, en algunos productos, como aceite y azúcar, los precios que pagó están por encima de lo que establece en el programa Precios Máximos. Según explicó Arroyo, el Gobierno pidió rebajas a los proveedores, pero estos no accedieron. Debido a la situación de emergencia, avanzaron con la compra. "Los proveedores se plantaron", explicó el funcionario.
Arroyo describió que se realizó una licitación para la compra de alimentos que ningún rubro, entre ellos leche, azúcar, aceite, arroz, lentejas, fideos, harinas, se compró a una sola empresa. "Azúcar y aceite [aceite por 1,5 litro; y azúcar por 1 kg] sí estuvieron por encima de los precios fijados. Pedimos rebajas y se llegó hasta ahí. No hubo rebaja, pero decidimos igual hacer la compra porque estamos ante una emergencia", declaró el titular de Desarrollo Social.
Y agregó: "Estamos ante una emergencia alimentaria importante y tenemos que dar respuestas. Además, transferimos fondos a los municipios y provincias para que compren alimentos y artículos de higiene y así poder aumentar el volumen de asistencia".
Se trató, como explicaron cerca de Arroyo,-el único ministro con acceso a fondos ilimitados en medio de la crisis financiera- de una decisión política, no económica. "Decidimos pagar un poquito más para alimentar a la gente", justificó una fuente oficial.
Una de las razones por las que las empresas no cedieron a los pedidos del Gobierno fue que varias de esas firmas aún no cobraron las compras que se hicieron durante la administración de Mauricio Macri. "Todas vienen participando hace muchos años de las distintas licitaciones que este organismo. Todos los rubros se adjudicaron a más de un proveedor", dijeron desde el organismo que encabeza Arroyo.
La decisión de Arroyo provocó fuertes críticas, entre la oposición y figuras cercanas al oficialismo, como Juan Grabois. "Las explicaciones que dio el ministro Arroyo me parecen pésimas. ¿Que los proveedores se plantaron? ¿Y el Estado deja que se le planten? Hay cosas que tienen que cambiar", sostuvo el dirigente social.
Como hace tres días, el Presidente tuvo que poner gran parte de su energía en resolver problemas que se originaron dentro de su propia tropa.
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