Volar sobre una ciudad de Buenos Aires casi vacía y ver, por ejemplo, todos los aviones estacionados en Aeroparque es una experiencia que impacta. Una postal muy poco habitual. Esa es la visión que todas las mañanas tienen los pilotos de los helicópteros del Ejército que participan de los vuelos de reconocimiento como parte del apoyo logístico de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el avance del coronavirus.
Esta mañana se percibía unaactividad nula en las estaciones aéreas–Aeroparque, San Fernando y El Palomar– y un movimiento vehicular en las calles que fue superior al de la semana pasada. Del mismo modo, se advirtió una actividad más incesante en los peajes de las autopistas, una marcada diferencia frente a días anteriores, según la impresión que se llevaron los pilotos desde el aire.
La emergencia del Covid-19 trastocó la rutina del Comando de Aviación del Ejército, en Campo de Mayo. "Hacemos lo mismo de siempre, pero ahora no son ejercicios. Es de verdad", describió un militar que tiene oficiales bajo su mando.
Dos helicópteros del Ejército parten cada mañana de Campo de Mayo para participar de las misiones encomendadas por la emergencia sanitaria. Los efectivos, motivados y comprometidos con la misión, nunca vieron un grado de alistamiento mayor en el Ejército. "Todo lo que tenemos está listo y disponible", confió un oficial de la fuerza a LA NACION.
Con capacidad para llevar tres tripulantes y ocho pasajeros –o transportar más de 900 kilos de carga–, las aeronaves están listas para salir a cualquier punto del país y desarrollar operaciones de protección civil. En general, trasladan personas –funcionarios, autoridades militares, médicos y técnicos–, equipos sanitarios y otros elementos necesarios para los grupos que realizan tareas humanitarias en el conurbano, como la elaboración y distribución de comida en La Matanza, Quilmes y Florencio Varela.
Las aeronaves son helicópteros monomotor, a turbina, de origen norteamericano y con participación en la Guerra de Vietnam. Ingresaron al Ejército argentino en 1971.
No tienen por el momento capacidad para evacuar personal infectado. Pero se estudia la posibilidad de poner las naves en condiciones, con protocolos estandarizados y equipos apropiados, para trasladar en un marco de seguridad a pacientes con Covid-19.
"Tendría que ser unas carpas o cápsulas que aíslen a la tripulación, con material ignífugo y fácilmente desinfectable, para evitar que por trasladar una vez a un enfermo se inutilice toda una tripulación y se deje fuera de servicio la máquina por un tiempo prolongado", explicó una fuente castrense a LA NACION.
Los 350 efectivos del Comando de Aviación, que conduce el coronel Alexis Iván Dudowik, se dividen en tercios durante la semana y se organizan en turnos de dos días para cumplir las misiones, con las exigencias y preparativos que se requieren.
Además del piloto, el copiloto y el mecánico de vuelo –las caras visibles de la misión–, hay una actividad continua en la preparación de las aeronaves, las tareas de apoyo, el alistamiento de las cargas y la preparación de los alimentos por transportar, así como las funciones en las torres de vuelo y de control, para que todo transite por los carriles previstos.
Tres helicópteros están listos al alba en el aeródromo de Campo de Mayo, con 30 o 40 efectivos desplegados en las distintas tareas, más una dotación de reserva. "Nosotros no salimos a hacer vigilancia, no llevamos armamento y no realizamos tareas que están prohibidas por la Ley de Seguridad Interior", aclaró a LA NACION uno de los oficiales que participan de las misiones de apoyo a la comunidad. También están disponibles dos aviones –de caza y Gran Caravan–, que todavía no salieron. Todos tienen el bolso preparado en la oficina por si tienen que salir a alguna misión en el interior.
Las órdenes de vuelo son transmitidas por el Ministerio de Defensa, a través del Comando Operacional de las Fuerzas Armadas. Sin entrar a la ciudad de Buenos Aires, los helicópteros transitan por helicorredores preconfigurados por las autoridades civiles de aviación. Generalmente, el circuito es Campo de Mayo, Panamericana, General Paz y Aeroparque, y enfilan luego hacia el Riachuelo, La Matanza, Morón y El Palomar, aunque los recorridos sufren variaciones de acuerdo al destino de cada día.
Los vuelos suelen durar entre 45 minutos y una hora. Al llegar al destino –habitualmente en el conurbano–, el piloto debe localizar la unidad a la cual se dirigen, ubicar los hospitales de la zona y buscar un sitio para descender.
Los pilotos señalan, sin embargo, que en la primera línea de batalla está la gente del sistema de salud, de la seguridad y de los supermercados y almacenes. "Ellos son los héroes", resumen en Campo de Mayo.
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