Alfredo Cornejo y Gerardo Morales, en una virulenta discusión por la UCR
La discusión fue en los peores términos y casi termina a las trompadas. Hacía tiempo que la relación entre los dos jerarcas del radicalismo, Alfredo Cornejo y Gerardo Morales, se había desgastado, pero terminó por estallar anteayer cuando Cornejo, que ambiciona la presidencia del bloque de diputados de la UCR luego de su triunfo en Mendoza, se convenció de que el jujeño no lo apoyaría y de que el trofeo sería para el cordobés Mario Negri.
"Negri [actual jefe del interbloque de Cambiemos] cuenta con la mayoría de los votos de los diputados del bloque. Ya reunió 30 firmas. No podemos cambiar eso. Pero vos vas a tener tu lugar, hay que trabajar todos juntos", intentó disuadirlo Gerardo Morales. Fue entonces cuando el gobernador jujeño insistió en que Cornejo se postulara para un nuevo mandato al frente del Comité Nacional del partido. "Yo me corro", le prometió.
Pero a Cornejo no le atrae demasiado continuar en un cargo que, a su juicio, carece de brillo; durante los dos años que le tocó presidir el partido no hizo otra cosa que pagar deudas ajenas, despotrica el mendocino. Rechazó la oferta y le endilgó a Morales haber "entregado" el partido a Pro y al presidente Mauricio Macri. Amenazó con que rompería el bloque cuando ingrese a la Cámara como diputado; lo acompañarían sus pares de su provincia, Mendoza, como también los de Córdoba y de Capital, referenciados en el flamante senador electo Martín Lousteau.
La pelea fue dura; Morales pegó un portazo y dejó al mendocino almorzando solo. No volvieron a hablar, aunque Cornejo hizo trascender en las últimas horas que la sangre no llegará al río. No romperá el bloque pero ya dio un anticipo que no le hará fácil la vida ni a Morales ni al cordobés Negri.
En el entorno del gobernador jujeño están convencidos de que Alfredo Cornejo actúa como el mandamás que supo ser como gobernador de Mendoza y que, llevado por las ínfulas de su triunfo electoral, pretende ahora imponer su liderazgo en el bloque de diputados. "Apenas reúne 13 votos de más de 40 diputados que integran la bancada", sostienen cerca de Negri.
Cornejo niega, tajante, que su interés en presidir la bancada responda a una pretensión o a un capricho personal. Su mirada apunta a lo colectivo, insiste, y por ello propone conducir un bloque de diputados que sea la plataforma de lanzamiento de un radicalismo que, dentro de Juntos por el Cambio, recupere su identidad despojado de toda dependencia de Pro y de Mauricio Macri.
Su objetivo final es convertir al radicalismo en una alternativa política sólida, capaz de disputar liderazgos y competir por la alternancia en el poder.
"Mario Negri, Gerardo Morales y Luis Naidenoff [jefe del interbloque de senadores de Cambiemos] encarnan el 'continuismo' y prefieren mantener, por comodidad o vaya a saber por qué intereses, al partido como apéndice de Pro", advierten en el entorno del mendocino.
Cornejo, quien el 10 del mes próximo finalizará su mandato como gobernador de Mendoza, fue uno de los voceros más críticos del radicalismo de la praxis política que ejecutó el presidente Macri y su círculo áulico, encabezado por Marcos Peña, durante buena parte de la gestión de gobierno.
El mendocino sostiene que, tras la derrota de Juntos por el Cambio en las últimas elecciones, la coalición oficialista debe encarar una reestructuración profunda de su dinámica interna con nuevas reglas de juego.
Por empezar, Cornejo rechaza la idea de liderazgos únicos; Macri cometería un gran error si se arroga la titularidad del 40% de votos que cosechó Juntos por el Cambio en las últimas elecciones, sentencia.
Tanto Morales como Negri coinciden, como Cornejo, en la necesidad de redefinir la estructura de liderazgos en la coalición opositora.
Ambos fueron, también, duros críticos en su momento de algunas de las políticas del gobierno de Macri, como las subas tarifarias.
Quienes sostienen la continuidad de Mario Negri al frente de la bancada le reconocen al cordobés su habilidad para mantener unido al interbloque, un desafío complejo que supo ser difícil de superar en los momentos de mayor conflicto entre los socios de la coalición.
Cornejo no desmerece la trayectoria de Negri, pero insiste en que es necesario barajar y dar de nuevo: la derrota electoral, aunque digna, fue derrota al fin, lo que merece una renovación total en las conducciones parlamentarias. Incluso la de Luis Naidenoff en el Senado, advierte.
Todo está en discusión y la pelea está en su momento más candente. Todo indica que Negri continuará al frente de la bancada, pero la pregunta será a qué costo. Cornejo puede dar por perdida una batalla, pero no la guerra.
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