Cooperar para honrar un derecho ciudadano
Argentina Debate es un esfuerzo que comenzó hace un año y medio para promover y organizar el primer debate presidencial de nuestra historia. El hecho de que nunca hayamos tenido uno no sólo marca una falta en nuestras costumbres democráticas, una ausencia en nuestras capacidades de visualizar y discutir nuestro futuro. También señala nuestra dificultad para cooperar. En efecto, los debates presidenciales en el mundo son muestras de la capacidad de acordar reglas de juego de los candidatos, de los medios de comunicación y, en muchos casos, también de organizaciones de la sociedad civil y universidades, entre otros actores sociales.
La historia de la falta de debate presidencial evidencia la dificultad, en primer lugar, de los candidatos de asumir el debate como un deber frente a los ciudadanos y, en consecuencia, de acordar condiciones y reglas de juego con los otros candidatos y con los medios de comunicación. En Brasil, cada uno de los principales canales de TV abierta produce un debate presidencial, y todos los candidatos de primera y segunda vuelta asisten. En Chile, todos los canales se ponen de acuerdo y todos los candidatos asisten a los debates de primera y segunda vuelta organizados por la Asociación Nacional de Televisión (Anatel). En EE.UU., los principales canales transmiten conjuntamente los debates organizados por una ONG, en universidades. En ninguno de estos casos, y en ninguna otra tradición de debate presidencial del mundo, la conversación entre los candidatos es una obligación por ley. Es siempre el resultado del acuerdo y la voluntad democrática de sus protagonistas.
Argentina Debate trabajó desde el principio con la idea de que la cooperación es la condición para el debate. Personalidades de la vida pública nacional, más de 40 ONG y universidades, las asociaciones del sector de radio y TV, los principales medios gráficos nacionales y líderes del sector privado se sumaron a la propuesta. La idea de proponer desafíos del desarrollo argentino para que los candidatos los discutieran por radio y televisión, y fuera transmitido por todo canal o radio dispuesto a hacerlo, se fue concretando como un modo inédito de colaboración. Simultáneamente, se comenzó un diálogo con todos los equipos de campaña que, desde hace cerca de un mes, se reúnen semanalmente para acordar contenidos y reglas de juego. Eso se plasmó en un acuerdo firmado por todos los representantes de todas las campañas, que reconoce que el proceso de elaboración de los términos del debate es transparente, participativo y de buena fe.
El eslabón más importante de esta cadena es la cooperación entre los candidatos, la puesta en juego de la capacidad de ceder y acordar en beneficio de toda la ciudadanía. El debate presidencial, al que fueron invitados todos los candidatos presidenciales, se realizará el 4 de octubre a las 21, independientemente de que uno de ellos decida no participar. La cooperación de los candidatos que participen debe celebrarse, y el derecho de los ciudadanos a verlos exponer sus ideas, sus coincidencias y sus diferencias debe ser honrado.
El autor es coordinador general de Argentina Debate
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