Convencido de que “hay que hacer algo”, Fernández analizará medidas para el AMBA
El Presidente anunció que la semana próxima retomará un esquema de trabajo conjunto con la Ciudad y la Provincia para aplacar los contagios en el área metropolitana
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Convencido de que “hay que hacer algo”, pero sin tomar todavía medidas restrictivas concretas, Alberto Fernández anunció que la semana próxima retomará un esquema de trabajo conjunto con la Ciudad y la Provincia para aplacar los contagios en el área metropolitana, con una segunda ola que aparenta más voraz que la del año pasado.
En el Gobierno insisten en que el paradigma que regirá a esta etapa será el de tomar resoluciones focalizadas geográficamente -hoy solo miran el AMBA- y el de poner el acento en las actividades recreativas y de esparcimiento, sin interrumpir la actividad económica. Por ahora, Fernández transmitió mucha preocupación, pero no tomó resoluciones nuevas, en una jornada marcada por su caso confirmado de Covid.
El Presidente anunció, sin embargo, que en el transcurso de la semana próxima las tres jurisdicciones volverán a dialogar “para fijar ya una política sanitaria coordinada”.
Con una óptica muy distinta a la de 2020, en el Gobierno aseguran que la experiencia indica que los momentos de mayor peligro son los de las reuniones sociales, cuando no se aplican protocolos de cuidado. “Lo que uno observa es que los problemas de los contagios no se dan en las fábricas y en los lugares de trabajo. Los problema se dan en el relajamiento social, en las reuniones sociales, en los encuentros. Ahí está el problema”, enfatizó Fernández ayer en diálogo con AM 750.
En Uspallata pretenden únicamente reforzar los controles sobre las restricciones vigentes. Es decir, cuidar el aforo en los restaurantes, reservar el transporte público para trabajadores esenciales y para la comunidad educativa, y vigilar que no haya actividad nocturna en horarios prohibidos.
Pero por el planteo inicial del Presidente, en la Ciudad esperan que en los próximos días se planteen medidas adicionales. Creen que el Gobierno buscará ampliar las restricciones a la nocturnidad, hoy interrumpida únicamente de 2 a 6.
Diferencias
El Presidente insiste en volver a instalar la mesa conjunta del AMBA. “Estamos enfrentando un incremento de casos a una velocidad mayor que en el primer momento. Esto ya lo viví, empieza en el área metropolitana y luego contamina el resto del país”, dijo el Presidente ayer en declaraciones radiales.
El problema es que Kicillof y Rodríguez Larreta exhiben dos estilos y enfoques contrapuestos: mientras que la Provincia analiza nuevas medidas y transmite pánico por el nivel que adquirieron los contagios, en la Ciudad apuntan únicamente a reforzar los controles sobre las medidas que ya están en práctica.
En La Plata, en cambio, analizan tres “puntos sensibles” para reforzar restricciones: el transporte público, las reuniones sociales y las actividades que implican una amplia afluencia de personas (como los shoppings).
La posibilidad de un confinamiento total, como el que se resolvió en 2020, todavía no está sobre la mesa del Gobierno. “Quisiera que hagamos algo para ordenar el área metropolitana. También sé que la sociedad tiene muchas dificultades para volver a soportar un encierro”, dijo el Presidente en AM 750.
Fernández recordó que hay “21 países que tienen toque de queda”, pero fuentes oficiales señalaron a LA NACION que difícilmente se pueda tomar una medida de ese tipo en la Argentina. No descartaron, en cambio, ampliar las restricciones a la vida nocturna, para acotar los espacios de “relajamiento social”.
Respecto a la vida laboral, según pudo saber este medio, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, ya se puso en contacto con su par de Trabajo, Claudio Moroni, para analizar el rol de los empleadores frente a esta segunda ola, de modo de extremar los cuidados en los ámbitos laborales hasta que llegue la vacunación.
“Hay que ir viendo qué se puede reducir y acelerar la vacunación. Lo prioritario de esta etapa es no cerrar la economía y reducir la mortalidad”, resumió un importante portavoz oficial.
Nadie sabe hasta dónde subirá la segunda ola ni cuánto se podrá sostener este nivel de apertura. En todos los despachos oficiales repiten lo mismo: “Es un trabajo día a día”.
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