La Presidenta eligió a Boudou como un premio "a la lealtad"
Anunció ayer al ministro como candidato a vicepresidente / Sorprendió hasta al propio designado / Elogió sucompromiso con el kirchnerismo en contraste con Cobos / Tensiones con la CGT / La Cámpora, la gran ganadora
Amado Boudou se quedó al final con el premio mayor. Como si fuera una entrega de premios, la presidenta Cristina Kirchner anunció ayer, en Olivos, que el ministro de Economía es su compañero de fórmula para disputar un nuevo mandato en octubre.
El no lo sabía. Tampoco los ministros, gobernadores y funcionarios que llegaron a la quinta presidencial de Olivos para, en su rol de espectadores, escuchar la decisión de Cristina Kirchner.
"Necesito alguien a mi lado que no les tenga miedo a las corporaciones ni a los preconceptos", lanzó la jefa del Estado, en un mensaje destinado a dejar en claro que el papel de Boudou será defender cada medida del Gobierno.
La Presidenta justificó la elección en su "lealtad y valentía", que, según argumentó, eran condiciones fundamentales después de la ruptura con Julio Cobos, en 2008. "Por las cosas que nos pasaron, la necesidad de atributos se hace indispensable, y son la lealtad y la valentía", anunció. Todavía no decía el nombre y todos se miraban entre sí buscando al indicado.
Cristina Kirchner le puso un dramatismo inusitado a la definición, que ya de por sí estaba cargada de tensiones por el cierre de las listas, en las que la CGT quedó debilitada, el gobernador Daniel Scioli debió aceptar un vice que no quería (Gabriel Mariotto) y en la que creció la influencia de la agrupación juvenil La Cámpora.
Con el oficialismo en vilo, Cristina alargó con letanía su mensaje hasta que finalmente llegó a Boudou. Según analizaban altas fuentes oficiales ante LA NACION, la idea de nombrar un candidato a vice reinventado a imagen y semejanza de un Kirchner busca mostrar la intención de formar candidatos pensando en la sucesión en 2015.
El quincho de la residencia era un hervidero de versiones. Nadie sabía, por supuesto, quién era el elegido, pero tampoco los posibles candidatos para el Congreso estaban al tanto si finalmente quedarían en las listas. El gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, ni siquiera se mostró en Olivos junto a su compañero de fórmula, Gabriel Mariotto, después de haber tenido que aceptar sin ganas la decisión de Cristina. El frío entre ambos fue el dato destacado de la tarde.
Además de Boudou, que deberá dejar el Ministerio de Economía para mudarse al Senado si gana la Presidenta, otros que se irán de Balcarce 50 serán el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, que encabeza la lista de candidatos a senadores por la provincia de Buenos Aires, y el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, que irá como primer postulante a diputado por el territorio bonaerense. Además, la Presidenta le ofreció la presidencia de la Cámara de Diputados.
El sindicalismo fue el gran perdedor en el reparto de lugares en las listas. A pesar de que estaba en el acto el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, el único que quedó con posibilidades de entrar al Parlamento fue su hijo, Facundo, como candidato a diputado nacional por Buenos Aires. En el interior del país los postulantes de Moyano se fueron bajando por haber quedado, por decisión de Cristina Kirchner, en lugares alejados de los primeros puestos.
La contracara del sector de Moyano fue la agrupación de jóvenes La Cámpora, apadrinada por el hijo de la Presidenta, Máximo Kirchner. Ayer, apenas entró al quincho de la residencia, fue aplaudido por los cerca de 300 invitados que esperaban ansiosos la definición de su madre. Sólo la sabían él y ella.
Con una puesta en escena teatral, Cristina recién entró al salón cuando finalizaba un video, de un minuto y medio, con imágenes suyas. Estuvo tan pensada la escenografía que debió esperar unos segundos afuera, en la tarde gélida, antes de entrar. Sólo había un atril para ella. Boudou se había ubicado como uno más entre los ministros del Gabinete.
El pasado político en la Ucedé que el propio titular del Palacio de Hacienda odia recordar fue ayer destacado por la Presidenta. "Lo he valorado no por haber pensado siempre igual a nosotros, sino por haber sabido cambiar cuando el mundo cambia", sostuvo.
Presencias destacadas
En el acto hubo dos presencias destacadas. Una, la de Moyano, que por el malestar que había en la CGT por haber quedado afuera en la mayoría de las listas, llamó la atención. Se fue con cara larga. La otra fue la presidenta de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, que apenas ingresó, pasadas las 18, recibió un aplauso del resto de los invitados. Ninguno de los dos había estado el martes pasado en la Casa Rosada, cuando la Presidenta anunció que iría por la reelección.
Por supuesto, en su mensaje Cristina recordó a Néstor Kirchner. Cuando una ráfaga abrió la puerta por donde había ingresado ella, dijo: "Es el viento del Sur. Debe haber entrado él". Todos aplaudieron.
La jefa del Estado contó, además, que estaba recuperada después del golpe que tuvo el miércoles pasado al salir de un acto, y que le dejó un tajo de tres centímetros en el cuero cabelludo y parte de la frente. "Por suerte me lo taparon con el peinado", agregó, y distendida, contó que una enfermera del Sanatorio Otamendi, donde fue atendida, le había preguntado mientras le ponía una inyección si ya tenía decidido quién sería el vice; ella le confió que sí, sin darle el nombre.
Cristina destacó que había elegido a Boudou por haber inspirado la estatización de los fondos previsionales, decidida desde su gestión en la Anses. "La persona que vino a proponerme en aquel momento de crisis que teníamos que adoptar una medida como ésa fue nuestro ministro de Economía, Amado Boudou, que es el hombre que me va a acompañar". Y así, finalmente, lo reveló.
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