Constitución, una de las puertas de acceso a la Ciudad, fue bloqueada por la infantería de la Policía Federal
Los efectivos se ubicaron en la puerta de la terminal de trenes; allí suele llegar el grueso de los manifestantes desde la zona sur del conurbano; en Once hubo menos movimiento
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La estación de trenes de Constitución, una de las principales puertas de acceso a la ciudad de Buenos Aires desde el sur del conurbano bonaerense, fue rodeada esta tarde por personal de infantería de la Policía Federal, en un nuevo intento del gobierno por restarle concurrencia a la marcha de los piqueteros de izquierda, que congregaba manifestantes para movilizarse hacia la Plaza de Mayo. Ocurrió a 22 años de la llamada masacre del 19 y 20 de diciembre de 2001.
La llegada de los efectivos federales, integrantes de una fuerza cuya jefa política es la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, tuvo lugar después de que dirigentes y militantes de distintos espacios de izquierda, entre ellos el Partido Obrero, se presentaran en el hall de la terminal para procurar que los manifestantes que llegaban a bordo de los trenes no fueran interceptados y se pudieran sumar a la protesta.
De hecho, uno de los dirigentes que ingresó a la ciudad de Buenos Aires por la terminal de Constitución fue Eduardo Belliboni, líder del Polo Obrero y uno de los principales referentes de la Unidad Piquetera, quien en medio de un altercado con la prensa que cubría en el lugar dijo que podía mostrar su tarjeta SUBE, con la que viajó desde la estación de Burzaco, donde reside. “Vamos a movilizarnos por las calles. ¿Dónde vamos a meter 50.000 personas?”, afirmó el líder piquetero, una de las caras de la movilización.
En la estación de Constitución también se los vio a Gabriel Solano, legislador porteño del Frente de Izquierda Unidad (FIT); Itai Hagman, diputado nacional del Frente Patria Grande en Unión por la Patria; Natalia Zaracho, del mismo espacio que Hagman; Nicolás del Caño, diputado nacional del FIT; Ignacio Levy, referente de la organización La Garganta Poderosa; y otros dirigentes de izquierda.
“Hay una decisión de vulnerar un derecho básico que es el derecho a la protesta, coincida o no uno con el contenido de esa protesta. Entre el DNU que aparentemente se va a anunciar esta noche en cadena nacional y este protocolo veo una fuerte vocación autoritaria que me llama la atención de parte de gente que supuestamente defiende valores liberales y republicanos”, cuestionó Hagman, cercano al excandidato presidencial Juan Grabois.
Peleas entre usuarios
Mientras los dirigentes se dirigieron al punto de concentración de la marcha a bordo del subte, en la avenida 9 de Julio y Belgrano, una numerosa división de Infantería de la Policía Federal tomó posición en la puerta de la estación. Allí, diversos usuarios mantuvieron cruces y discusiones en torno a la movilización. “La clase media tiene hambre, no los negros de gorrita. Ustedes son los responsables de generar odio”, manifestó uno de ellos entre gritos a las cámaras de TV.
Otros miembros de ese grupo -que no portaba insignias partidarias- se cruzaron con aquellos que expresaron su rechazo a los cortes. “No saben ni que existís, boluda, los derechos se ganan en la calle”, le dijo una mujer a otra mientras discutían sobre el operativo de seguridad dispuesto por el Gobierno nacional.
Enzo, quien prefirió resguardar su apellido, tiene 21 años y es encargado en una cafetería de Lomas de Zamora. “Estoy cansado de los cortes de calles. Todos los días hay un problema para circular, se vuelve un dolor de cabeza para llegar a tu trabajo y no es justo”, expresó. “Esperamos que ahora verdaderamente cambien las reglas”, opinó y se mostró a favor de la consignas (“El que corta no cobra”) que más temprano exhibieron los carteles digitales en Constitución.
Gabriela, empleada doméstica y vecina de Alejandro Korn, rubricó ese pensamiento: “Estoy en contra de los piquetes, si los hacés todo el tiempo es porque tanto efecto no tienen”. Otra postura exhibió Abril Salafia, de 25 años y a la espera de la salida del próximo tren para regresar a Ranelagh, localidad de Berazategui. “El protocolo es antidemocrático, es un desastre, pero estoy expectante de lo que va a pasar”, sostuvo la joven, que llegó a Constitución tras rendir un final en la facultad de Filosofía y Letras en Puan. Sin embargo, consideró “un error marchar hoy”, ya que “hay que dejar madurar la situación, aunque las cosas se están poniendo complicadas y las medidas del gobierno son bastante drásticas”.
Menos movimiento en Once
La Plaza Miserere, punto de encuentro de los manifestantes que llegan a la estación de trenes de Once, lució con poca gente y también poca presencia policial. Adentro de la estación se apostaron unos 15 efectivos de la Policía Federal; afuera, merodeaba personal de la Policía de la Ciudad. “Por ahora está tranquilo, veremos en un rato”, dijeron fuentes del operativo, que no fue tan numeroso como en Constitución.
En la terminal de Once, a la que llega el tren Sarmiento, se lo vio al dirigente sindical ferroviario Rubén “Pollo” Sobrero, que luego bajó al subterráneo para dirigente hacia la Plaza de Mayo. “Esperamos que venga mucha gente. Sabemos que hubo problemas para llegar, lo que demoró la jornada de protesta. Dudo mucho que haya quilombo”, sostuvo, en tono coloquial, el explatinado Sobrero.
En Once también estuvo la diputada de izquierda Romina del Plá. “Venimos eludiendo las provocaciones. Defendiendo el derecho a la protesta. Enfrentando el plan motosierra de Milei y recordando el 20 de diciembre de 2001 y la nefasta situación que dejó (Fernando) De la Rúa y ahora regresa toda esa actitud nefasta. Es imposible de lllevar adelante la medida de Bullrich. Nuestras movilizaciones son siempre pacíficas”, dijo la legisladora.
Con la colaboración de Matías Bianchi