Congelan los subsidios al transporte y suben tarifas
Las provincias y los municipios deberán decidir si aumentan el boleto o si ponen dinero propio
El Gobierno puso ayer un tope a los multimillonarios subsidios que giraba para mantener el sistema de transporte público de pasajeros y, en una fuerte jugada política, trasladó a provincias y municipios la responsabilidad de aportar los fondos que hagan falta cuando suban los costos operativos.
De esa manera, serán los gobiernos de Daniel Scioli y Mauricio Macri los que deberán subir las tarifas de los colectivos del área metropolitana o aportar de sus propios presupuestos el dinero necesario cuando se terminen los fondos que envía la Casa Rosada. El Gobierno traslada así el costo político y cumple con el achique de subsidios que había anunciado la presidenta Cristina Kirchner al abrir su segundo mandato.
El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, anunció ayer los cambios, que incluyen una suba de tarifas para los pasajeros que no tengan la tarjeta SUBE : el boleto de colectivo pasará a costar de 1,10 pesos el mínimo a 2 pesos sin la tarjeta. Para quienes sí la usen no habrá ningún tipo de aumento por el momento.
En el caso del servicio de trenes, el mínimo de 0,80 pasará a costar $ 1,50 para aquellos que decidan no pagar a través de la SUBE, con lo que el Gobierno intenta universalizar finalmente la tarjeta después de varios fracasos en su implementación.
El congelamiento del gasto en subsidios a las empresas de colectivos quedará establecido en $ 965.225.054 por mes para la zona metropolitana, que abarca tanto la ciudad de Buenos Aires como el conurbano de la provincia.
Esa es la cifra que la Casa Rosada aportó hasta julio. Si los costos del servicio se elevan, ya sea por los aumentos salariales anuales o bien los costos de funcionamiento a raíz de la inflación, esa diferencia la tendrá que aportar cada jurisdicción.
Una de las alternativas que tendrán los responsables políticos de cada distrito si no quieren aportar fondos de sus propios presupuestos es aumentar las tarifas, como ya hizo Macri con el subterráneo a principios de año. Así, la Casa Rosada se ahorra el costo político de tener que tomar una medida impopular.
"Por los mayores costos que puedan generarse en el futuro por aumentos salariales o por otros costos, cada jurisdicción, provincia o municipio decidirá si cambia la tarifa o asigna compensaciones del propio presupuesto", explicó Randazzo en una conferencia de prensa, al mediodía, junto al secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos.
Esto involucrará fundamentalmente a Macri y Scioli por la cantidad de transporte en la zona metropolitana.
Al hacer la presentación oficial, el ministro del Interior y Transporte consideró una facultad de cada provincia la de fijar sus correspondientes tarifas y puso como ejemplo los valores de los boletos en distintas zonas.
"Lo que estamos haciendo es estabilizar el nivel de aportes del Estado Nacional." Llamó Randazzo al congelamiento de subsidios y sostuvo que lo mismo sucederá con los aportes para el resto del país, para el que la Casa Rosada gira $ 397.137.246. Así, el funcionario detalló que en Rosario, el boleto mínimo cuesta $ 2,70; en Salta, $ 2 pesos; en Resistencia, $ 2,50; en Santa Fe, $ 2,75.
Una de las apuestas más fuertes del cambio en los subsidios se dará, de todas maneras, en la fórmula para distribuir los cuantiosos fondos.
Si bien el dinero público seguirá girándose a cada empresa, como hasta ahora, la información que determinará qué compañía merece o no la ayuda estatal la fijará la Casa Rosada.
Actualmente, eran las mismas empresas las que determinaban cuánto cobrarían y no el Estado. "Este nuevo sistema permitirá eliminar las asimetrías que existen en las empresas, empresas mucho más rentables que otras empresas producto de los recorridos que cada una de éstas tienen, para que el único objetivo sea mejorar las prestaciones de servicios a los pasajeros."
Cambio de paradigma
De esa manera, si antes la mitad de los subsidios se repartía en función de la rentabilidad, ahora se hará según la cantidad de colectivos que pongan en circulación, el combustible que necesitan y la renovación de la flota para actualizar las unidades.
Fuentes cercanas a Randazzo negaron ayer que se fuera a aplicar una suba de tarifas en el corto plazo. Sucede que con la universalización de la tarjeta SUBE, habilitaría al Gobierno a diferenciar entre los usuarios y sus necesidades y propiciar un aumento. Por eso, en la conferencia de prensa los funcionarios recomendaron a la población usar la tarjeta, que hoy cuesta 15 pesos (era gratis en un principio).
"No habrá cambios de tarifas, sólo será para aquellos que no tengan la tarjeta", aclararon las fuentes del Ministerio del Interior y Transporte.
El anuncio de ayer se da en medio de una serie de decisiones de peso respecto de los servicios urbanos de pasajeros: en los últimos días se dispuso una reducción de las frecuencias de la línea Sarmiento del ferrocarril (para avanzar con obras de refacción) y se canceló el sospechado contrato de supervisión de la tarjeta SUBE.
Topes y aumentos
- $ 2
Costará el colectivo, sin SUBE
Sin la tarjeta SUBE, el pasaje mínimo en colectivos metropolitanos pasará de $ 1,10 a $ 2.
- 87%
Más costará el tren, sin SUBE
Sin la tarjeta SUBE, el pasaje mínimo subirá de $ 0,80 a $ 1,50.
- $ 965
Millones para el AMBA
Es el tope de subsidios que el Estado destinará a las empresas de colectivos del área metropolitana.
- $ 397
Millones para el interior
Es el tope de subsidios para los colectivos del resto del país. Si los costos aumentan, deberán absorberlos las provincias y los municipios.
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