Conflicto mapuche: opiniones cruzadas en Neuquén por los cambios en la dirección del INAI

Las desafortunadas gestiones en los conflictos mapuches en Neuquén y Río Negro terminaron por decantar en la salida de Magdalena Odarda del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI). Mientras que desde el gobierno neuquino prefieren mantener la cautela ante la nueva gestión, a cargo de Analía Noriega, para esperar a conocer su accionar frente a la temática, desde las comunidades afirman que fue la presión de los gobernadores la que impuso un timonazo en la gestión que podría ser perjudicial para el reconocimiento del Estado nacional a sus derechos sobre tierras que consideran ancestrales.

A pesar de que Odarda adujo el cansancio como la principal motivación para dar un paso al costado, las comunidades mapuches se mostraron en contra de la desvinculación y consideraron que la decisión nacional fue otro gesto de debilidad frente a la presión de los gobernadores. Es que las provincias de Neuquén y Río Negro criticaron la gestión que hizo la exfuncionaria del INAI frente a casos concretos, como los incendios en Villa Mascardi, cerca de Bariloche, o la declaración del volcán Lanín como sitio sagrado, que luego fue desestimada.

A partir del reclamo del gobernador neuquino, Omar Gutiérrez, que consideró la resolución de Parques Nacionales respecto al volcán como un atropello a las autonomías provinciales, a nivel nacional se dieron una serie de cambios. En primer lugar, fueron desvinculados los funcionarios autores de esta declaración. Finalmente, desde el Ministerio de Ambiente se decidió cambiar las máximas figuras de mando en la Autoridad de Parques Nacionales (APN).

La última noticia con respecto a la gestión de los conflictos indígenas fue la salida de Odarda. Si bien desde el gobierno neuquino aclararon que no se hizo un pedido concreto para definir su salida del INAI y que no habían tenido ningún tipo de incidencia en las definiciones a nivel nacional, la visibilidad que tomó el reclamo del Lanín puede considerarse como un ingrediente fundamental para esta reestructuración.

Por su parte, la Confederación Mapuche de Neuquén consideró como positiva la gestión de la exfuncionaria. “El accionar de Odarda impidió actos de violencia de enormes consecuencias en desalojos ya declarados y eso irritó enormemente a grupos de poder y gobiernos provinciales. Ésto, a pesar de que la falta de presupuesto y de apoyo político explícito que fué devaluando la política sobre pueblos indígenas que hoy había quedado reducido a un INAI descapitalizado, con escaso personal y con recomendaciones de no molestar a los gobiernos provinciales”, señalaron a través de un comunicado.

Según publicó el diario Río Negro, en su último día al frente del INAI, Odarda firmó un documento para ratificar la ocupación tradicional de una comunidad mapuche en territorios cercanos a Bariloche que ocupan unas 480 hectáreas. La medida benefició a la comunidad Los Che Buenuleo a pesar de las críticas de los privados, que denunciaban usurpación.

Aunque las comunidades consideran que Odarda logró impedir una escalada mayor de los conflictos territoriales violentos, los incendios en Villa Mascardi generaron tal repudio que motivaron a la gestión nacional a pensar nuevos nombres para comandar el INAI.

La nueva titular es Analía Noriega, que se presenta públicamente como licenciada en Trabajo Social y que ya cumplía funciones en el INAI en relación a la aplicación de la ley 26160 de relevamiento territorial, que apunta a reconocer a las comunidades e identificarlas con las zonas geográficas que reclaman como ancestrales.

Si bien trascendió que Noriega respondía a Juan Grabois, el dato que llegó a los gobernadores es que la funcionaria chaqueña se vincula con la gestión del ex Jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner y actual gobernador de Chaco, Jorge Capitanich.

A su vez, su curriculum la identifica como socia fundadora y actual secretaria de la Fundación Napalpí, con un trabajo que busca reivindicar el legado de Juan Chico, un investigador qom que fue el principal propulsor del proceso de reparación judicial por la masacre de 400 integrantes de esa comunidad indígena.

“Juan comenzó con las investigaciones en 1999, cuando tomó conciencia de lo sucedido al hablar con una abuela que le relató cómo había sucedido lo de Napalpí”, señaló Noriega a Télam sobre el investigador, que murió en junio de 2021, a los 45 años, por coronavirus.Y relató que “en ese momento en la iglesia evangélica donde él se congregaba estaban trabajando el tema del perdón y la conciliación, y algo le hizo un clic porque a partir de ahí él comenzó a plantear ‘Perdón no’, sino que había que trabajar en reconocer esa parte de la historia que estaba oculta y comenzó a recorrer las comunidades y a entrevistar a ancianos y ancianas que fueron relatando los hechos sucedidos”, afirmó Noriega.

Aunque su trabajo en la Fundación y su rol de autoridad en la aplicación de la ley de relevamiento territorial sientan bases positivas para las comunidades mapuches, la confederación no pronunció sus expectativas respecto a su gestión frente al INAI. Por ahora, sólo criticaron la salida de Odarda, que era apuntada por los gobiernos provinciales a causa de sus políticas parciales en torno a la temática indígena.

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