Humo en la montaña y turistas varados: así se vivió el desalojo de las tomas mapuches en la ruta 40
Las fuerzas de seguridad interrumpieron el tránsito desde las 6.30 y ocho horas después, cuando los automovilistas se hartaron y se agolparon frente al control, los dejaron pasar
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VILLA MASCARDI.– Desde las 6.30 de la mañana la ruta nacional 40 estuvo completamente cortada. El último punto al que se podía llegar era el kilómetro 2023, a aproximadamente 12 kilómetros de la zona usurpada. A pesar de la distancia, desde este punto se pudo observar durante la mañana una nube de humo que venía de los gases lacrimógenos que utilizaron las fuerzas federales para avanzar con el desalojo de las comunidades mapuches que ocuparon propiedades privadas y públicas.
Cerca de 20 efectivos de la Prefectura estaban formados con escudos para bloquear la ruta, escoltados por dos camionetas de esa fuerza. A sus uniformes color beige se sumaba un chaleco y protecciones en los hombros y en las piernas desde las rodillas hasta los borcegos negros. Al lado de una valla roja, dos de ellos -identificados con chalecos naranjas- eran los encargados de detener a los autos que intentaban pasar. Pero hasta allí solo llegaban los pocos que lograban atravesar el primer filtro, a cargo de otro puesto de Gendarmería Nacional, que suele estar apostado en allí como parte de los controles que rodean a Villa Mascardi. Esta fuerza era la encargada también de bloquear el camino desde El Bolsón, en el control ubicado a dos kilómetros de la toma.
“La ruta está totalmente cortada por un operativo de desalojo”, repetían los efectivos a cada persona que consultaba por qué no podían transitar. La ruta estaba totalmente bloqueada. No era posible avanzar ni con vehículos, ni a pie. En un principio no dejaban pasar ni siquiera a los vecinos de la zona, porque temían que se acerquen otras comunidades mapuches. “Yo vivo acá”, dijo un hombre mientras le indicaba al efectivo a cargo del operativo donde estaba su hogar. “Señor, no puede pasar nadie. Ese auto que esta ahí esperando también es gente de la zona”, le contestó.
La mayoría de los vehículos retomaba la ruta y regresaba camino a Bariloche. El primer vehículo que logró cruzar el control, cerca de las 9 de la mañana, transportaba a la defensora de menores, luego de la detención de la jefa de la comunidad, que según dijeron a LA NACION fuentes al tanto del operativo, estaba en su casa con niños.
Solo unos pocos más consiguieron también cruzarlo. Eran aquellos que venían con una autorización de Gendarmería. “Mi casa es ahí, pasando esta curva. Salí a llevarle unos medicamentos a mi hija, sino no me hubiera ido”, explicaba una señora, mientras exhibía el papel con la autorización. Entonces eran escoltados por Prefectura hasta el punto que debían llegar. También ingresaban a toda velocidad camionetas de la policía o Gendarmería.
Cerca de 15 vehículos optaron por esperar desde la mañana hasta que se levantó el operativo. Se iban acumulando en la colectora de la ruta 40.
“Yo fui el primero en llegar. A las 6.30 ya no te dejaban pasar”, dijo Fabián a LA NACION, y agregó: “Abrir van a abrir, yo tengo que llegar en algún momento. Si no, el diario no me va a pagar el viaje”. El hombre está apoyado sobre un auto Fiat mientras espera en la colectora. Es el encargado de llevar el diario local a El Bolsón. A las 5.50 cruzó camino a Bariloche y a esa hora vio que ya había un despliegue de efectivos en la estación de servicio que está a dos kilómetros de la toma.
También quedó en el medio del corte un colectivo con 40 turistas que se dirigían a Esquel, que luego de tres horas decidió volver a la terminal de Bariloche.
“Necesito ir a mi puesto de trabajo. Está mi compañero ahí encerrado”, reclamaba Reinaldo. A los pocos vecinos que cruzaron desde Villa Mascardi hacia Bariloche los dejaron pasar, pero les advierten que no podrían regresar, sin precisarles ningún horario.
A las 11.30 dejaron el lugar los primeros efectivos: eran cinco motos con dos uniformados cada una. Los de atrás llevaban sus armas en alto. Anticipaban la salida de las detenidas.
Antes del mediodía, en una camioneta negra con las ventanas enrejadas, salieron a toda velocidad las siete mujeres detenidas, escoltadas por camionetas policiales. Una camioneta negra, más atrás, aparentemente trasladaba a los menores. En el trayecto, a la altura del kilómetro 2028, cerca de 10 mapuches que habían incendiado una goma le gritaron a la caravana policial.
Aunque en algún momento se barajó que terminaría cerca de las 13, para las 19 la ruta permanecía bloqueada. “Te pido por favor que me dejes pasar. Salí antes del trabajo porque me siento mal”, pedía una de las conductoras.
Quienes permanecían desde la mañana, muchos de ellos turistas que se dirigían hacia El Bolsón o Esquel, ya habían empezado a abrigarse.
A más de ocho horas de iniciado el corte, encendieron motores y empezaron a tocar bocina. “Dejen pasar, dejen circular”, reclamaba una mujer. “Vamos, vamos, avancen”, arengaba otro hombre. Se empezaron a acumular frente al control y a los efectivos no les quedo otra opción que correr la valla y permitir que comiencen a circular.
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