Conflicto en Medio Oriente: el Gobierno sostiene un nivel de alerta “alto” en toda la frontera norte, pero lo redujo para el resto del país
Así lo pudo saber LA NACION de fuentes oficiales; además de la zona norte limítrofe con Bolivia, Brasil y Paraguay, la atención también se concentra en las sedes diplomáticas en puntos conflictivos
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El gobierno nacional redujo el nivel de alerta que imperaba en parte del país desde que el último sábado Irán atacó a Israel y se activaron las alarmas. Según pudo saber LA NACION de altas fuentes oficiales, el descenso acompañó la baja también en el clima de máxima de confrontación que marcó el fin de semana en Medio Oriente. “Estamos cambiando los niveles de alerta”, explicaron a este diario en la Casa Rosada, para detallar: el alerta se mantiene alto en la zona norte, con especial atención tanto en la Triple Frontera con Paraguay y Brasil como en los márgenes con Bolivia, y moderado en el resto del país. También se decidió mantener el nivel alto en las embajadas argentinas radicadas en la zona de conflicto, que fueron reabiertas hoy, y moderado en otras sedes diplomáticas.
La información será oficializada este lunes por la tarde, una vez que esté al tanto el Gabinete. El Gobierno conformó este domingo un Comité de Crisis para analizar el ataque y el impacto en el país. El presidente Javier Milei interrumpió abruptamente su gira internacional para regresar a Buenos Aires y manifestar su alineamiento completo con Israel. Este domingo, el mandatario reunió de emergencia a sus ministros en la Casa Rosada, a donde también concurrió el embajador de Israel en Buenos Aires, Eyal Sela, que presentó un informe ante los ministros. La participación del diplomático provocó una fuerte controversia con la oposición, que escaló con las acusaciones que el Presidente lanzó contra el periodista Jorge Lanata.
La comunicación sobre los niveles de alerta en la seguridad nacional también provocaron algunos tropiezos. En la mañana de este lunes, el Gobierno anunció el incremento de la seguridad en las fronteras, en prevención de un eventual ataque. Así lo señaló el vocero presidencial, Manuel Adorni, que dijo que “se están tomando todas las medidas necesarias para tener un mayor control en la frontera debido a esta situación”. Minutos después, el Ministerio de Seguridad, Patricia Bullrich, anunciaba que la alerta en el país pasaba de “naranja” a “moderada”.
Para despejar cualquier malentendido, fuentes oficiales confirmaron a LA NACION que el nivel de alerta se mantiene alto en la Triple Frontera y en las sedes diplomáticas argentinas en la zona de conflicto. Mientras que el resto del país y de las embajadas fueron ubicados en un nivel de alerta “moderado”.
“El Ministerio de Seguridad trabaja en conjunto con el de Defensa y el ministro del Interior para, efectivamente, tener alerta ante cualquier tipo episodio que nos pueda llamar la atención”, había enfatizado Adorni en su conferencia de prensa matutina.
Más allá de la baja en el nivel de alerta de buena parte del país, la Dirección de Migraciones, que controla las puertas de ingreso al país, sigue en diálogo con diferentes organismos. Desde el fin de semana se acrecentaron los controles en todos los pasos fronterizos, con un mayor énfasis en el perfilamiento de quienes ingresan al país. En paralelo, se mantienen reuniones y se siguen de cerca las alertas internacionales.
La Argentina fue escenario de dos atentados terroristas en la década del noventa. El primero, el 17 de marzo de 1992, fue el ataque a la Embajada de Israel, en la intersección de las calles Arroyo y Suipacha, en el que fueron asesinadas 22 personas. Dos años después, el 18 de julio de 1994, el objetivo fue la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en la que el número de víctimas ascendió a 85. Los responsables intelectuales y materiales no fueron condenados, pero la semana pasada Justicia confirmó en un fallo la responsabilidad del Estado iraní, lo que también elevó las hipótesis de un eventual nuevo ataque en el país.
El jueves pasado, la Cámara de Casación, máximo tribunal penal del país, señaló que “el atentado de 1994 en Buenos Aires fue organizado, planificado, financiado y ejecutado bajo la dirección de las autoridades del Estado Islámico de Irán, en el marco de la Jihad Islámica”. Para el tribunal, el brazo operativo que concretó el ataque fue la organización terrorista Hezbollah.
Los camaristas apuntaron a que ambos atentados se concretaron en respuesta a la decisión del gobierno argentino, entonces en cabeza de Carlos Menem, de cancelar los contratos de suministro de material nuclear a Irán. “La decisión unilateral del gobierno de cancelar tres contratos de provisión de material y de tecnología nuclear acordados con Irán, como consecuencia de un giro de la política exterior operado entre fines de 1991 y mediados de 1992″, consignó textualmente el fallo firmado por los camaristas Carlos Mahiques, Diego Barroetaveña y Ángela Ledesma.
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